2.

17.6K 2K 789
                                    


Bill corrió por toda la biblioteca, el patio y el primer piso de la facultad de literatura, y es que había algo muy extraño en Dipper porque cada vez que creía verlo doblando la esquina en algún pasillo el muchacho desaparecía al instante en que el rubio se acercaba. Era un jodido ninja. Cuando Bill ya estaba exhausto y a punto de darse por vencido atisbó su silueta entrando en una de las salas. Corrió detrás para encontrarse con los bancos dispuestos como anfiteatro y varios otros alumnos sentados que lo miraban extrañado.

Serían unas treinta o cuarenta personas, todos con caras curiosas y una pinta de lo más extraña.

La puerta se cerró a su espalda, un hombre mayor y canoso lo observó de pies a cabeza con el ceño fruncido. 

-¿Alumno nuevo? –le dijo, todos se habían quedado en silencio con su llegada, de modo que Bill supo que era el profesor.

-Ehh... si, estoy tomando el electivo de... de... -estiró el cuello para ver un portafolio rojo de una chica en uno de los bancos. –literatura inglesa.

El maestro lo examinó una vez más, no le habían avisado nada sobre alumnos de otras carreras, pero no iba a preocuparse, no le pagaban lo suficiente como para eso. 

–Siéntate, vamos a empezar.

Bill fue hasta un asiento desocupado en la última fila, así podía ver a todas partes y buscar a Dipper. No le costó encontrar su cabecita de pelo castaño y ligeramente ondulado. Ahora si podía verlo bien, llevaba una camisa azul y unos jeans negros, encima un sueter celeste, y aunque solo lo veía de espaldas hubiera jurado que era lo más lindo que había visto en la vida. Apoyó la cabeza en las manos, estaba en posición de colegiala enamorada cuando el profesor comenzó a escribir algo en la pizarra. El único ruido que escuchaba era el de la tiza sonando sin cesar, luego de un rato la voz del profesor lo sacó de sus ensoñaciones.

-William Shakespeare. Escritor, dramaturgo, actor y el más grande exponente de la literatura anglosajona. –el hombre hizo una pausa dramática en la que recorrió con la mirada a todos los alumnos, Bill lo miraba con una cara de aburrimiento imposible, el mayor lo había notado y no esperó en atacarlo con preguntas. –usted en la última fila. –lo apuntó con la tiza. -¿Puede nombrar alguna de sus obras?

Bill se lo pensó un momento, sentía todas las miradas sobre él, en especial la del castaño que finalmente se había volteado en su dirección. 

–Ehhh... ¿Romeo y Julieta?

-Muy bien, puede decirme de qué va la obra.

-De un par de chicos que estaban enamorados. –una risa unísona se hizo presente, el rubio no sabía que pasaba, ¿Acaso no se trataba de eso?

-Muy acertado señor...

-Cipher, Bill Cipher.

-Puede ser un poco más específico señor Cipher. –Bill se encogió de hombros para ponerse cómodo, tal vez no hubiera leído la historia pero había visto mil películas que la citaban, podría inventarse algo rápido y si tenía suerte impresionaría a Dipper que cada vez lo miraba con más interés, o tal vez desagrado...

-Dos hijos de familias rivales que se conocen y se enamoran. Pero el destino no los deja estar juntos. Luchan contra todo para quedarse con la persona que aman... Creo que es una historia hermosa que refleja muy bien lo que significa el amor verdadero.

-Bien... ¿Alguien tiene una opinión diferente? –en medio de la multitud una mano se alzó, era Dipper que se enderezaba en la silla listo para hablar. –Pines... -dijo el profesor para darle la palabra.

-Romeo y Julieta no es más que una sátira. Shakespeare solo se estaba riendo de la estupidez de un par de chiquillos caprichosos. –Bill se lo quedó mirando con el ceño levemente fruncido, ¿Cómo era posible que alguien dijera algo así de Romeo y Julieta? Es decir... ¡Es Romeo y Julieta, por favor! Seguramente la historia romántica más contada del mundo y él se burlaba de ella así como así.

Dipper se giró para encarar al rubio. Acababa de formarse un debate en el que el castaño tenía todas las de ganar. 

–No estaban enamorados, ni siquiera se conocían. Lamento decirte que has vivido engañado por las fantasías románticas que nos han contado desde siempre.

-Pero... ellos se suicidaron por amor. –replicó ya sin estar seguro ni de lo que decía.

-Un berrinche de adolescentes, solo querían aquello que sabían que no podían tener. –Dipper levantó una ceja y estaba a punto de decirle algo más cuando el profesor los interrumpió dándole la palabra a una chica de la tercera fila. Aquella había sido la única vez en toda la clase que el rubio había conseguido llamar la atención del menor y no había sido más que para que se burlase. Hubiera estado sacando chispas de indignación si no hubiera sido él quien lo había dejado en ridículo.

Escuchar su voz... Había sido algo exquisito y casi lo hacia sentir culpable. Su rostro tan inteligente y con aires de soberbia era algo mágico, no podía entender como su mundo había funcionado antes de conocerlo. Ahora estaba seguro de que nunca lo haría sin tenerlo cerca.

La clase pasó sin mucho más que contar, el profesor había dibujado un esquema gigante de la vida de Shakespeare y algunas de sus obras más importantes. Al sonar la campana había dicho que les dejaría un trabajo en parejas. Redactar un ensayo sobre una de las obras de Shakespeare o algo así... Bill dejó de escuchar cuando mencionó la palabra "parejas".

Como Romeo y Julieta #PremiosBillDipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora