Capítulo 8

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Martes 27 de julio del 2015

Al abrir la puerta me encontré con Thomas y sólo lo cubría una toalla blanca. Genial idea _____.

—Veo que te despertaste— dijo sonriendo. Fue el momento más incómodo de mi vida.

Cerré la puerta lo más rápido que pude, como si hubiese sido un acto reflejo. Me recosté en ella tratando de calmar mi respiración.

—Lo siento— murmuré mientras tapaba mi boca con mis manos.

Pasaron varios minutos y no hubo respuesta alguna. Comencé a pensar de que Thomas se había desmayado del susto. Bueno no pensé eso, sin embargo su silencio me inquietaba. Espero que no se haya enojado o algo por el estilo.

La puerta se abrió y con ella salió Thomas.

—Lo siento— dije nuevamente mientras me daba la vuelta para no mirarlo, tratando de ignorar que solo lo cubría una simple toalla.

—¿Lo sientes?— preguntó sonriente.

—Por supuesto que lo siento, no fue intencional, estaba buscando a Dylan.

Noté como me había puesto a la defensiva, haciendo que me viera mas culpable.

—En ese caso no hay problema.

Lanzó una risa burlona, rosó mi mejilla derecha con las yemas de sus dedos haciendo que me estremeciera, pero se apartó de mi en un parpadear de ojos.
Lo vi recorrer el pasillo, hasta llegar a su habitación.

—¿Y Dylan?— pregunté.

—En la habitación, supongo— dijo indiferente.

—¿Qué habitación?— pregunté en un tono obvio. Había mas o menos siete puertas y no quería volver a abrir una de golpe.

—La que esta a tu derecha.

Me dio la espalda y entró a su habitación.

Mire a la puerta incrédula y rodee los ojos, me sentí estúpida, pues claro "La puerta que está a mi derecha" debí de haberme dado cuenta antes ¿Cómo no? Es algo obvio, además era la única que todavía no había abierto.

Ignoré la puerta y me aleje del pasillo. Ya había pasado mucho tiempo aquí y estar con Thomas ya se había vuelto mas incomodo de lo normal.

—Me voy— grité mientras salía del departamento, llamé al ascensor y esperé unos segundos a que llegara.

Cuando llegue al piso de abajo comencé a ingeniarme una forma de volver a mi casa, tenía que conseguir transporte.

Conseguí un taxi que me llevó hasta la puerta del departamento. Subí por las escaleras ignorando la existencia del ascensor. Iba imaginando que cada pisada que daba en un escalón nuevo, era una bronca menos con la que debía cargar, nombré cosas de la primaria, peleas con mis padres y hasta el helado de frutilla que me había regalado un chico en la plaza, soy alérgica a la fresa y por ultimo nombre a Thomas. Sus comportamientos extraños me daban mala espina.

Mi celular vibro en mi mano, miré la pantalla y sonreí al pensar que soy tan genial que con solo pensar las cosas, las invoco.

—Hola Thomas ¿Cómo tienes mi número?— pregunté mientras contestaba la llamada y entraba al departamento.

—Y ¿Cómo tu sabes que era yo si tampoco tienes mi número personal?— preguntó con cierto tono divertido en la voz.

—Mejor olvidemos lo de los números.

Oí como Dylan le hablaba desde alguna parte de su departamento.

—Dylan quiere saber donde estas, él perdió su celular anoche y no puede llamarte— dijo— él me dio tu número.

Forever In My Memory (Thomas Sangster Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora