Capítulo 19

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Sábado 10 de Octubre de 2015

Abrí mis ojos con una enorme pesadez, veía lamparas con luces fosforescentes en tonos blancos, mire mi brazo derecho, allí tenia un suero, no recuerdo mucho lo que paso, por eso no entiendo porque estoy aquí.

Genial, si pienso en unos minutos antes, estaba en el auto, y ahora en una camilla de hospital.

Extrañamente la habitación estaba vacía, me imaginaba que cuando yo estuviese en esta situación si alguna vez me tocaba pasarla en mi vida, estaría rodeada de mis padres, mi hermano y tendría la sopa de mi abuela para comer, o habría un ramo de flores sobre la mesa que obviamente me iba a traer mi novio.

Novio... ¡THOMAS!

¿Dónde esta? ¿Qué paso? ¿Esta bien? Comencé a sudar, tenia frió pero sentía mi cuerpo húmedo, como si tuviera fiebre.

Lo ultimo que recuerdo es.... un sonido ensordecedor y un golpe en mi costal derecho y Thomas, si yo estoy en un hospital y antes de eso estaba en un auto, eso significa que nada bueno pudo haber pasado. Quizá el esta en la habitación continua a esta.

La cabeza empezó a dolerme, como si me clavaran una aguja de tejer en la frente y la estrujaran hasta triturar todo mi cerebro. Un dolor verdaderamente desagradable.

Me gustaría poder saber que ha sucedido, pero mis recuerdos están borrosos y no logro entender en que momento llegué aquí. Sin dudas esto no paso por arte de magia, si alguien me trajo hasta aquí, significa que ya fui ingresada como paciente y mis familiares estan avisados de lo sucedido.

Si mi hermano sabe lo que sucedió quizá sepa que pase la noche con Thomas y ademas de estar internada ahora tenia un problema aun peor. Pero si él sabe lo que sucedió ¿Dónde esta ahora?

Un calor sofocante se extendió por mi cuerpo, me quite las mantas que me cubrían y me sorprendí al ver que tenia puesta una túnica blanca... parecía de monja, tal vez esto fue todo planeado, para dejarme en un internado de monjas y así deshacerse de mi. Que fácil. Es un buen plan, pero claramente la situación no es esa. Ser O'Brien y no tener pensamientos paródicos de los peores momentos es inevitable

Mire por debajo de la túnica, no tenia corpiño, solo una bragas de algodón blanca.

A mi izquierda había una ventana que tenia una larga cortina de lino, pero no pasaba luz de esta así que supuse que era de noche y que estaba a punto de amanecer. Pues claro que es de noche, si hace diez minutos estaba en la autopista y era de noche, se supone que ahora también.

Intente sentarme en la cama, pero no pude, un dolor bastante punzante se propago por mi espalda, volví a acostarme.

—Bien... me quedo quieta entonces— me dije a mi misma. Miré la ventana y bufé.

Una enfermera abrió la puerta de la habitación, al verme dejo caer un bolígrafo y salio rápidamente corriendo hacia el pasillo.

Me sorprendí ante su acción repentina, es decir, quizá si se acercaba a la habitación a estas horas era para preguntar si necesitaba algo o si me sentía bien o vaya uno a saber qué.

¿O acaso estoy muerta y soy un fantasma? Quisieran que me capten en una foto a ver que tal me veo. Mejor no, si fuera un fantasma, no me dolería la espalda. Ya que un fantasma es un ente no corpóreo y el dolor de espalda se produce en un cuerpo físico, por lo tanto ambas cosas no son compatibles y... Bueno creo que me acabo de tragar un libro de Metafísica.

De golpe entró la misma enfermera, acompañada de otra mas, y un hombre de bata blanca. Todos me miraron con los ojos abiertos de par en par y respiraron con alivio.

Forever In My Memory (Thomas Sangster Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora