¡Te Amo, Idiota! (Book 2) [Kellin Quinn y Tu]

Capítulo 12

—No entiendo por qué me odias tanto. Tú mejor que nadie sabías que yo te amaba y te sigo amando con todo mí ser.

—Linda frase —comentó ______ sarcástica—. Dime, ¿de dónde la copiaste? Apuesto que te ha de funcionar de maravilla con otras mujeres.

Él la miró con súplica y negó levemente con la cabeza. ______ era más testaruda de lo que recordaba.

—¿Podrías dejar de ser así por un momento?

—¿Así?

—Sí, sería increíble que dejaras de ser tan fría por un momento, ______. ¡Cielos! Estoy aquí diciéndote que a pesar de todos estos años mi amor por ti no ha disminuido ni una pizca, diciéndote que te he extrañado con cada pequeña parte de mi ser...te amo y te seguiré amando, ______. Así me sigas odiando a muerte eso no cambiará mis sentimientos hacia ti.

—¿Quieres que me ponga sincera? ¿Qué me ponga sentimental? ¡De acuerdo! Yo también te voy a confesar un par de cosas, Kellin.

Respiró profundamente y cerró los ojos tratando de no llorar ahí mismo. Kellin la estaba presionando al punto del quiebre.

—Te odio, pero eso no es un secreto, pero me odio más a mí misma por haberte permitido herirme de tal manera. Odio lo que me hiciste y odio aún más que me duela tanto. Mi vida estaba bien hasta que apareciste tú y arruinaste todo.

—¿Yo arruiné todo? —preguntó ofendido.

—Dejé muchas cosas por ti. Pero a ti nunca te importó.

—Tú siempre me importaste, ______.

—¡No es cierto! —gritó furiosa y al borde de las lágrimas—. Yo siempre estuve para ti, ¿pero tú? Tú me dejaste, estaba sola, necesitaba un hombre con quien llorar... sólo te alejaste. Me hiciste sentirme mal conmigo misma, hiciste que dudara de cada pequeña cosa, me hiciste débil, me rompiste...

—Yo siempre te amé.

—Deja de decir que me amas, eso no es una maldita excusa para lo que hiciste.

—Esas fotos eran falsas, ______.

—¿En serio? ¡Maldita sea! ¿Por qué alguien mandaría unas malditas fotos editadas?

—______...

—Por favor, sólo déjame en paz, Kellin. Sólo quiero que me dejes en paz.

—Nunca intentaría dañarte.

—Pero lo hiciste, y vaya que me dañaste bastante.

—Te amo.

—Yo no volvería a amarte aunque fueses el último hombre en la tierra.