¡Te Amo, Idiota! (Book 2) [Kellin Quinn y Tu]

Capítulo 15

Uno de sus numerosos empleados había ido por ellos a aquel deplorable bar alrededor de las tres de la mañana.

Kellin le había llamado a Jack cuando consideró que ya habían bebido suficiente.

Subió al auto junto con una desorientada y algo ebria ______.

Su ánimo había bajado enormemente. En realidad había creído que fingir que el auto estaba averiado les daría una oportunidad para hablar y reconciliarse, pero todo había terminado desastrosamente.

______ le había declarado su eterno odio.

La noche, las cervezas y los sentimientos encontrados habían hecho de ese momento uno lleno de confesiones, en su mayoría llenas de melancolía.
Y se lo merecía por haber sido un imbécil, pero no había pensado que ella sería tan dura.

Nada relacionado con lo que él tenía pensado.

Un vago pensamiento pasó por su mente. Habían regresado a la etapa del instituto cuando se odiaban.

Tal vez, pensó, no sería tan difícil que ella volviera a enamorarse de él, lo había logrado en el instituto y no veía motivo alguno de por qué no podría volver a hacerlo ahora.

Tendría que buscar excusas para pasar más tiempo con ella.

Era momento de desempolvar a aquel chico casanova que solía ser antes.

Puliría sus encantos y lograría su objetivo.

Todo era cuestión de perseverancia y paciencia. No podía presionarla o ella se alejaría, tampoco debía ser muy obvio al respecto.

El auto aparcó fuera de la casa de ella y Kellin le ayudó a bajar.

Ella se tambaleaba y reía estrepitosamente. ______ no sabía beber.

Rodeando su cintura con su brazo la tomó firmemente y la llevó escaleras arriba hasta su habitación.

______ se tumbó en la cama y miró a Kellin con seriedad después de haber reído histéricamente.

Kellin ignoró aquella penetrante mirada y le ayudó a deshacerse de los tacones y la arropó.

______ frunció el ceño y Kellin no pudo evitar sonreír al parecerle aquel peque gesto la cosa más tierna del mundo.

—¡Oh, Kellin! —arrastró las palabras con un toque de dolor en ellas—. Tú lo eras todo para mí. Yo te amaba.

Kellin apretó los puños y cerró los ojos tomando una gran bocanada de aire.

—Yo te sigo amando...