Estar sentado en la sala de espera era una tortura total al desconocer el estado de su esposa.
Se inclinó hacia adelante y pasó una mano por entre su cabello. La cama había quedado empapada en sangre, el rostro de ________ estaba pálido y apenas podía hablar debido al dolor.
En el camino al hospital le había dicho una y otra vez que todo estaría bien, pero a esas alturas ni siquiera él creía en sus propias palabras.
En cuanto miró al doctor salir se acercó a él. Su uniforme estaba salpicado en sangre y su expresión no era alentadora.
—¿Cómo está ella? —preguntó con la preocupación a flor de piel.
El doctor se retiró las gafas y se tomó un segundo para hablar que a Kellin le pareció eterno.
—Ella está muy grave.
Bien, aquello no le sorprendía pero aún así aquello lo golpeó con fiereza.
—Su esposa y los bebés están en riesgo, señor. Lamento mucho ser el portador de malas noticias, pero tendrá que decidir si debemos salvar a su esposa o a sus hijos.
Sintió como su mundo se venía en pedazos. Su cabeza palpitaba y se había olvidado de seguir respirando. Buscó apoyo en la pared más cercana, sentía que caería inconsciente ahí mismo.
¿Elegir? Eso era simplemente... ¡ni siquiera tenía palabras para expresar lo que sentía!
Sabía lo que ________ querría: salvar a los pequeños aunque eso significara su muerte, pero... ¿y él?
Kellin no deseaba que ella muriera. ¡Por todos los cielos, ni siquiera se habían casado aún! Le faltaban cientos de cosas por vivir a su lado, les faltaban cientos de besos, de caricias, de experiencias al lado de sus hijos. No podría perderla, no otra vez y no de esa manera.
En un pasado había soportado la cruel ausencia de ________ en su vid porque se aferraba a la idea de que algún día él volvería a verla, de que volvería a abrazarla y besarla...
Pero si esta vez la perdía sería para siempre. Y estaba seguro de que no podría seguir adelante sin ella a su lado, agregando el hecho de que sería padre soltero.
La idea de los gemelos le aferraba, pero se reconfortaba pensando que tendría a _________ a su lado y así superarían y cambiarían pañales juntos... pero sin ella...
—Señor, sé que es algo difícil de digerir y también de tomar una decisión, pero necesito que me diga qué haremos.
Kellin lo miró con ojos vidriosos los cuales expresaban el dolor de su alma.
—¿Cómo le dice a un hombre que tiene que decidir entre sus hijos y mujer? —preguntó con voz quebrada.
Ahogó un sollozo. No quería quebrarse, no en ese momento. Tenía que ser fuerte por su familia.
—¿Qué haría usted si estuviera en mi lugar?
—Desear morir en lugar de que lo hiciera mi familia.
—No sé qué mierda hacer...
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¡Te Amo, Idiota! (Book 2) [Kellin Quinn y Tu]
FanfictionNunca había estado tan destrozado en toda mi vida, debí haberlo visto venir. Segunda Temporada de "Enamorada de un idiota".