Capítulo XV

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-XV-

            Paso toda la noche inquieta. Me duermo por un momento y las pesadillas invaden mi sueño. Buttercup atento me saca de ellas, pero el despertar no significa un alivio, porque siento que ese día puede ser mucho peor que la más terrible de mis pesadillas.

Trato de centrar mi pensamiento en cosas agradables. Me pregunto cómo se habrá sentido mi hermana ante la declaración de Peeta. Por la cara que puso Katniss creo que ella no sabía absolutamente nada. Aunque quizás se haya dado  cuenta de algo ya que estuvo conviviendo con él por algunos días.

Permanezco despierta tratando de recordar todos los momentos en los que he visto a Peeta en la escuela, cuando tal vez estuviese mirando a mi hermana sin atreverse a decirle lo que sentía. Recuerdo bien sí una vez que fuimos a la panadería con Katniss y él estaba. No se dio vuelta a mirarnos ni por un momento, pero recuerdo que estaba ordenando unas cajas y tres o cuatro veces se le cayeron, como si estuviese muy nervioso. También recuerdo que una vez hubo un concurso de lucha en el colegio donde lso finalistas fueron Peeta y su hermano. A Katniss nunca le interesó demasiado eso, pero esa vez nos quedamos para verlo.

¡Y los panes!  Un par de veces le pregunté a Katniss por saber cómo los había conseguido y siempre balbuceó algo como si le hiciese mal o no quisiera hablar del tema, o tal vez no sabría bien que decir.

También me pregunto por momentos por qué Peeta no le dijo nada o no le dio a entender nada antes a Katniss. O tal vez lo hizo y ella no se dio cuenta. Claro que mi hermana no es muy paciente en ese aspecto. Recuerdo que una vez un chico del colegio la piropeaba y ella lo terminó mirando de una manera que le decía: --estoy buscando algo con que partirte tu estúpida cara—

Pero después de la entrevista no parecía estar enojada con la declaración de Peeta. Claro, él debe ser como su papá. Pienso que alguien así  haría muy feliz a mi hermana. Por un momento hasta creo sonreír pensando en eso. Pero la sonrisa desaparece rápidamente borrada por la angustia que me surge de saber que al menos uno de los dos no va a regresar. Si Katniss no hubiese tomado mi lugar, y Peeta regresara con vida podrían llegar a estar juntos. Poco a poco el sentimiento de culpa me invade, tanto que empiezo a llorar en silencio.  Buttercup pasa una restregándose sobre mí como una manera de darme consuelo.

A la mañana vuelvo a llorar mientras ordeño a Lady. Mi cabrita. El regalo más lindo que recibí en toda mi vida. Y me lo hizo ella.

Me siento tan triste que no me dan ganas de ir al colegio. Pero pienso  en el valor de mi hermana y por ella quiero ser fuerte y ya no más esa niña cobarde y llorosa

Gale y sus hermanos pasan como todos los días para ir a la escuela. Él está muy silencioso. Rory es el que más habla y logra distraerme de mis pensamientos. Vick me pregunta cosas de la escuela. Me doy cuenta que lo hace para sacarme de mis tristes pensamientos.

En la escuela Madge y Delly vienen a saludarme juntas. Ésta última se va rápidamente a hablar con unas amigas y no  me da tiempo a que le pregunte algunas cosas que tengo pendientes sobre lo que dijo Peeta.  Otros chicos me saludan como siempre. Nadie hace referencia a la entrevista. Creo que hacerlo sería recordar lo que se viene hoy a la tarde. Creo que mi rostro seguramente reflejará mi estado de ánimo .

Durante las clases los maestros hacen alguna referencia a los juegos, pero parecen incómodos hablando de eso. En varias ocasiones me obligo a mi  misma a no llorar.

Hoy terminamos antes las clases. Claro para que todos podamos ver el inicio de los juegos. Volvemos lentamente a la Veta.  Siento ganas de volver a ver al Panadero, pero creo que ambos nos pondremos mucho más tristes de lo que estamos. Nadie hace mención de ir a la plaza a ver el inicio de los juegos en la pantalla gigante. Quisiera no verlos de ninguna manera. Pero mi hermana está allí por mí.

Todo al que cruzo en el camino me saluda, algunos me sonríen levemente. Seguro son consientes del momento en que estoy pasando. Pero no dejan de expresarme que están también pendientes y preocupados de lo que está sucediendo.

Llegando a casa me pongo a observar la pradera detrás de la alambrada, donde hace unos días entre un poco con Gale, y ya había ido un par de veces con mi hermana. Sólo un par de veces. Y ahora me arrepiento de todas las veces que pude haber ido con ella y haber compartido esos momentos. No por los recursos que podríamos conseguir claro. Ahora me duele cada instante que pude haber pasado con mi hermana y no lo hice.

Gale me da un fuerte abrazo al despedirnos para ir a su casa. Al entrar a casa veo a mamá sentada frente al televisor. Están pasando los juegos anteriores, especialmente los inicios. Repitan varias veces los enfrentamientos iniciales que ocurren inmediatamente después del conteo. Allí los que aparentemente son más débiles son masacrados por los más grandes, hábiles o entrenados.

El once de mi hermana no me tranquiliza. Veo a Katniss en cada tributo que muere en las imágenes. Veo que mamá también está muy angustiada, aunque trate de  o demostrarlo. Le tomo una de sus manos y ella aprieta la mía con fuerza. Me mira y veo que a pesar de la angustia está fuerte, con miedo, como yo, pero decidida a luchar.

Tomamos un poco de caldo que Sae fue a llevar mientras yo estaba en la escuela. Casi no probamos bocado. Me pregunto si habrá gente en la plaza… pero yo no podría hoy estar allí. Quiero que mi hermana, que Peeta, … que la niñita morena de pelo ensortijado logren sobrevivir. Creo que no quiero ver morir a nadie.

Mamá me cuenta que Sae trajo a su nietita y que la quemadura de su mano estaba casi sanada. El pensar en esa pequeñita me saca por un momento de mi angustia, hasta que por el televisor anuncian que están por aparecer los tributos.

Muestran un lugar llamado Cornucopia donde veo que hay bidones de agua, comida y armas, montones de armas. Poco a poco los veinticuatro tributos empiezan a aparecer como si salieran de abajo la tierra. Están sobre unas especies de plataformas  y se ubican como en un semicírculo. Todos están vestidos igual parece. La cámara muestra uno a uno a los tributos. Veo a Katniss seria, concentrada… también observa que lleva una especie de distintivo con la figura de un pájaro. Parece un sinsajo, esas avecitas las que mi papa tanto apreciaba porque cuando él o Katniss cantaban ellas repetían la melodía. Y se inicia el conteo y todo viene a mi mente como una avalancha

60, 59, 58…

Mi nombre sale en la cosecha

53, 52, 51…

--¡Me presento voluntaria!—

48, 47, 46…

La última mañana en que papá me saludo antes de ir a la mina

42, 41, 40…

La pequeña Rue, que no tuvo una hermana que tomara su lugar

34, 33, 32…

Mamá enferma de tristeza.

30, 29, 28…

--Se llama Prim y es el ser que más amo en el mundo—

25, 24, 23…

--A Peeta le hubiera gustado que ustedes la disfrutaran—

20, 19, 18…

--Porque ella está aquí conmigo—

15, 14, 13…

Katniss aparece sonriente con dos panes que nos salvan de morir de hambre

10, 9, 8…

La mirada de Peeta a Katniss en el desfile

5, 4, 3…

Protégela papito, protégela…

2, 1, 0.

El grito me sale de la garganta, de mi alma, de mis entrañas

--¡¡Corre, corre, …corran!!—

COLITA DE PATO (Desde el corazón de Prim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora