La batalla final

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Nos pusimos a trabajar, nada podía interponerse en nuestro camino para crear la cura, al menos eso era lo que había pensado. Daisuke me distraía demasiado con sus bromas, a tal punto que creí que en realidad era un estúpido, pero él es inteligente y estúpido a la vez, sabe hacer cualquier ecuación, pero, su sentido común está muy mal y no sabe tomar buenas decisiones.

-¡Megumi!

-¿Qué pasa ahora?-dije algo frustrada por su comportamiento.

-¡Es un bebé quimera!...¡Le ayudaré!

-¡Haz lo que quieras!-dije tratando de concentrarme- ¡¡Pero después vienes a ayudarme!!

Efectivamente, Daisuke vino a ayudarme inmediatamente e hicimos muchos cálculos, sin resultado alguno de la formula, por lo que decidí divertirme con él un rato para alejar los malos pensamientos. Al momento de la verdad no habíamos descubierto nada, por lo que estaba triste y algo desesperada y en ese mismo momento, tuve una visión, aquél pequeño frasco que se suponía vencido, necesitaba manipularse con mi magia y la de Daisuke por supuesto. Nos pusimos manos a la obra, usamos todas nuestras fuerzas, sentí cómo el frasco cambiaba su color, pero sentí también cómo mi energía se consumía rápidamente y caí al suelo, después de todo, estaba en un oscuro cuarto con el mismo laboratorio, pero al parecer, fue antes de todo.

Examiné como podía todo el laboratorio, hasta que de repente vi una Luz en mi parte trasera, al voltear, un fénix estaba en la sala, justo cómo en las películas, era un ave hermosa y yo, contemplaba su hermosa presencia y me sentía raramente eufórica.

-Megumi...-dijo el fénix con una voz penetrante.

-¿Si?

-Sé que quieres ver a tu padre, te envié al pasado, donde irían a experimentar con tu padre.

-¿Eh?-en eso, sentí pisadas caminando al laboratorio, por lo que me giré para ver quién podría ser.

Eran unos científicos con cara de pocos amigos, y mi padre, quien al parecer no parecía muy contento con la hospitalidad.

-¿S-Saben?-dijo mi padre-...Creo que no debería hacer esto...

En ese mismo instante, el jefe de los científicos paró su caminata y se giró directo hacia mi padre, luego, comenzó a reír desquiciadamente, parecía que estuviera loco.

-James...mi querido James, ¿Acaso crees que volverás a ver a tus hijos? -Dijo malicioso-...Eres tan inocente, ¿Creíste que pagarías tus deudas?, debiste pensar mejor...sólo te usaremos cómo esclavo ya que, pronto tendrás un poder bestial, tanto que...no podrás volver a verle.

-¡¡¿Qué?!!-Dijo sorprendido y asustado, no pudo reaccionar ya que dos de los hombres del científico lo cogieron de los brazos, para después amarrarlo dentro de la cámara de difusión.

Los científicos procesaron los datos, pusieron el líquido y le inyectaron, sus venas se fueron agrandando y gritó como un loco, sus últimas palabras hicieron que rompiera en llanto.

-Iruka...Megumi...perdónenme-dijo con una sonrisa que expresaba: "Todo fue mi culpa", "Ya no queda nada por hacer"

Ahogada en mi llanto sólo gritaba el nombre de mi padre, quería imaginar que, si gritaba fuerte, él podría escucharme a través de aquella pantalla, pero en el fondo, sabía que no podría hacerse realidad.

-Gran fénix, ¿Por qué me muestras esto?

-Porque así conocerás tu yo interior...así, ganarás la guerra-dijo desapareciendo detrás mío y yo, sin darme cuenta.

-Pero, ¿Cómo se supone que-no terminé mi frase, ya que había volteado y sin encontrar al fénix, no tendría razón para hablar.

Poco tiempo después, sentía la necesidad de despertar, por lo que abrí lentamente mis ojos, la sorpresa fue que Daisuke tenía sus labios en los míos, al parecer los tenía hace ya un tiempo, sobresaltada, confundida y sonrojada, le empujé haciendo que se separara de mí.

-¿Q-Q-Qué rayos crees que haces?-dije sonrojada hasta las orejas.

-C-Colapsaste y...me asusté mucho-dijo algo sonrojado excusándose.

-E-Está bien...-dije mintiendo.

-Pero tenemos la cura-dijo sonriente.

Asentí débilmente y después, tomé el frasco de sus manos, le agradecí en indiqué que nos fuéramos lo más rápido posible. Pasamos por unas cuantas galaxias hasta encontrar la tierra, al llegar veíamos que todo el mundo estaba en un color naranja rojizo, seguramente había causado mucho daño, por lo que no me demoré ni un segundo en bajar a la escuela, caí encima del techo de una parte del colegio, la batalla concurría en el patio de deportes, era bastante grande, por lo que sería un buen lugar para batallas, sin esperar más, salté hacía adelante causando una onda de sonido detrás de mí, aparecí sorpresivamente al lado derecho de Rin mostrando alegre el frasco. Estaba alegre de verles, cuando mi collar en forma de llave se abalanzó hacia mí y luego, se colgó en mi cuello solo, eso no es todo, Tuve mi nueva transformación llamada: Khajiita. Mi cabello se tornó negro y mi capul estaba dirigida al lado derecho, encima de ella, tenía el mechón pintado de azul; Se formaron tres líneas en cada uno de mis cachetes, ya que mi transformación es parecida a la de alguien mitad gato; Mis ojos se tornaron de color azul en la parte superior y morado en la parte inferior. Mi traje no había cambiado mucho, sólo el color, El antídoto cambio rápidamente en una especie de Kunai con tres puntas, cada una tenía puntas más pequeñas a lo largo de ellas, su color era azul intenso en las puntas y se degradaba hasta el puñal. No soy una persona que se sorprende fácilmente, pero, ésta ocasión valía la pena, estaba admirando aquél momento; Nos tomamos de las manos, por su parte, Rumis lanzó una sonrisa cruel y yo me quedé algo pensativa.

-Te salvaremos...-dije en un susurro casi inaudible.

Nos soltamos de las manos y salimos disparadas hacia Rumis, como siempre, él disparaba a sus tropas y luchábamos contra ellos, era demasiado débiles y se les vencía con sólo rozarles, seguí batallando hasta que, Karina nos llamó a todas, fui directamente hacia ella y después, Mizusu creó una burbuja.

-¿Para qué ésta hermosa interrupción?-Dijo Mizusu.

-¡¡Rápido, conciso y ya!!-Acosó Lumi.

-Son peones fáciles de derrotar, así que hagamos un ataque juntas para deshacernos de ellos-Dijo Karina explicando todo.

-No utilicen todo su poder, son demasiado fáciles de derrotar-Intervine yo-...Y recuerden que no deben matar a Rumis.

Las demás asintieron y después, Mizusu deshizo la burbuja, nos tomamos de las manos y recitamos un pequeño cantico que me hizo sentir reminiscencia, después, gracias al hechizo, mis ojos y los de todas se abrieron, y éstos, no reflejaban ninguna emoción, parecían un vacío; A nuestro alrededor se formaron rayos de oscuridad, Luz y Enegría, haciendo que todos los soldados de Rumis cayeran, después no soltamos y seguimos por nuestros caminos, sé que la batalla no es fácil pero...tengo el presentimiento de que ganaremos.

-Karina...Rinka...¿Pueden Oírme?-dije llamándoles telepáticamente.

EL DIARIO DE MEGUMI(HISTORIA REABIERTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora