Una mentira y una consecuencia

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Las llamé telepáticamente, estaba un poco ansiosa por salvar a mi padre, me perdí en mis pensamientos, olvidando completamente quién estaba al frente mío, una quimera centauro con cabeza de tigre y con una cola de escorpión. Incrustó su cola en mi pierna izquierda, el dolor me hizo reaccionar, haciendo que con un simple hechizo su cabeza cayera rodando, me sorprendí por el inmenso poder de la magia neutral, ése no era mi objetivo y me asusté por un momento; Caí al suelo a causa del veneno, no pasaba no tan rápidamente, pero mi pierna palpitaba y se tornaba morada, tenía que esconderlo, por lo que decidí usar un hechizo que me ayudara a calmar mi pierna y tornarla de un color original, claro que es una visión y mis amigas estaban a punto de llegar.

- ¿Qué pasa? -preguntó Karina.

-Le decía a Rinka que tenemos que proteger a los profesores y estudiantes- dije señalando a lo lejos un grupo que estaba aquí.

-Pero debemos concentrarnos en Rumis, ¡no tenemos tiempo para eso! -dijo Rinka ya preocupada.

-En ese caso una de nosotras tendrá que ir.

- ¿Será suficiente? - dije algo preocupada.

- ¿Cuándo algo ha sido suficiente? Y aun así lo hemos logrado- Dijo Karina sacando el lado positivo- Yo lo haré, ustedes encárguense de Rumis, no queremos que esto se alargue más de lo que debería.

-De acuerdo.

- ¡Vamos Karin! - Dijo emocionada.

- Nos vemos- dijo mientras emprendía su vuelo.

Después de que se fuera me alejé lo más que pude del grupo, estaba preocupada, el veneno había avanzado y sabía que esto terminaría mal, todos los enemigos venían hacia mí y yo me defendía como podía, hasta que Karina llegó y me salvó, haciendo que tres cabezas volaran de los cuerpos de aquellos enemigos.

-No te emociones tanto por salvarle, te estás desconcentrado...tranquilízate, ¡Lo lograrás! - dijo dándome una leve palmadita en la espalda a lo que yo sólo asentí levemente.

Volví a huir, ésta vez lo hice bien, hasta que sentí una extraña sensación que me dio un escalofrío que recorrió cada parte de mí, sentía miedo, miedo por parte de mis amigas, algo que jamás había sentido; Ellas estaban a lo lejos, pero podía sentir aquella aura oscura que me daba terror y al notar bien, ellas lograron parar el tiempo, algo que yo creía imposible, sin darme cuenta, ellas estaban a mi lado, salieron disparadas hacia Rumis, y toda esa energía hizo que yo también lo hiciera, dolía, sentía cómo todo mi cuerpo se hacía cada vez más débil, sólo me esperaba lo peor.

EL DIARIO DE MEGUMI(HISTORIA REABIERTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora