Primer ataque

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La noche caía lentamente aquél día, el día en que todo se decidiría, quien vive y, quien muere. Nuestras heroínas estaban a punto de ejercer su ataque, pero algo las detuvo; Quien las detuvo era una chica que estaba en ese grupo, ojos plateados y una melena de color rosa oscuro, sí, era Megumi. La chica había logrado empujar hacia atrás a sus compañeras con su propia aura, para después crear un campo indestructible, que también, detuvo el tiempo para quienes estuvieran fuera de este, sin excepción; El campo era más fuerte que el poder de cada una de los miembros del consejo, pero, aunque detuviera el movimiento, seguían consientes.

-Maldición...la herida-Pronunció con dificultad la chica- No duraré mucho de esta manera...al menos están a salvo de él.

-Cuanto tiempo, Megumi-Pronunció una voz gruesa a su espalda, Rumis- Ven con papá.

-¡¡Tú no eres mi padre!!-Gritó molesta girándose hacia la figura.

Ya no lo soportaba más, tenía que vencer a esa criatura de una vez por todas, y así, salvarlos a todos. Cada vez sentía como se debilitaba más, pero, recuerdos volvían a su mente como un rayo.

~FLASHBACK~

-¡Ja, ja!-Se reía un niño de nueve años de edad, de cabello castaño- ¡Pero mira que eres lenta!

-¡Ya verás cómo te voy atrapar!-Respondió una niña de seis años, la pequeña de la familia.

-¡Niños, a comer!-Anunció una mujer de ojos claros, con el cabello de color rosa oscuro.

La pequeña estaba rodeada de juguetes rotos, cosas desordenadas con marcas y el espacio era brutalmente hostil. Allí, la niña estaba limpiándose la sangre que salía de su boca, su cuerpo estaba cubierto de rasguños y heridas, mientras las señoras encargadas de la guardería y los demás niños mantenían distancia. Luego de un rato, un señor de cabello rubio entró a la sala, se acercó a la pequeña, se arrodilló y con una sonrisa le dijo: ¿Qué pasó?

-Un niño dijo que era un monstruo y que papá también lo era-Respondió la niña.

-Entiendo...bueno, vamos a casa-Dijo amablemente.

-¡Sí!

Ese amable señor era su padre suplente, quien sabía toda la verdad, pero la niña no lo sabía. Después de disculparse con las señoras, pagar los daños, y comer un helado con la niña, esta preguntó.

-Papá...¿En verdad soy hija de un monstruo?-Preguntó sin levantar la mirada del suelo.

-No, para nada. Eres mi hija-Respondió con una sonrisa.

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~FIN DEL FLASHBACK~

Después de que esos determinados recuerdos llegaran a la mente de Megumi, su verdadero poder despertó, haciendo que ese veneno ya no surtiera efecto en ella, haciendo que su fuerza de voluntad se restaurara. Con el despertar de su poder, su aspecto cambió, y como pensó, fue exactamente igual que en ese libro del consejo. La forma de sus ojos cambió, se alargaron hacia los lados, pareciéndose a los de un gato y se tornaron escarlatas; Dos rayas en cada pómulo se formaron, y dos pequeños colmillos aparecieron, siendo visibles, aunque su boca estuviera cerrada. Su agilidad, velocidad, fuerza y habilidad incrementaron.

-Vaya, interesante...entonces, luchemos de verdad-Dijo Rumis para sí mismo.

La batalla en el campo comenzó, sus fuerzas eran igualadas, parecían esferas de luz peleando de un lugar a otro. Ni el guerrero más fuerte del consejo podía seguir la batalla, sólo se podían visualizar dos esferas. Cada quien hacía su daño, tanto Rumis como Megumi no se hacían nada más que rasguños, pero Megumi no estaba acostumbrada a la gravedad, haciendo que se cansase más rápido, dando chance a Rumis de atacar; Los daños que Megumi recibió fueron fatales, pero su voluntad seguía intacta, por lo que se levantaba cada vez que caía.

-¡Déjate de tonterías!-Protestó el monstruo, con notables rasguños- Vas a acabar muerta de todas formas.

-¡No!-Gritó la chica-¡Nunca me rendiré hasta aplastarte!-Dijo orgullosa mientras sacaba el antídoto de su bolsillo.

Dispuesta a atacar, Megumi se lanzó hacia Rumis; este, sin habérselo esperado, apenas logró esquivar, pero no se dio cuenta de que fue una oportunidad para que Megumi le inyectara el antídoto. Retrocedió con pasos torpes, el antídoto era demasiado fuerte, pero eso no le impediría seguir luchando.

-Bien...ahora que te has divertido, juguemos a mi manera-Dijo con malicia.

Rumis se transportó a él y a la chica a su mente, en la cual, tenía una ventaja tremenda. En este lugar, podría hacer uso de su cabeza a gusto, la chica no tiene a donde escapar.

-Bienvenida a mi mente, querida...perdona si mi hospitalidad no es la mejor, nunca lo ha sido.

-¿Qué es lo que voy a hacer?- se preguntó a sí misma, esperando lo peor.

EL DIARIO DE MEGUMI(HISTORIA REABIERTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora