EL DIARIO DE MEGUMI(HISTORIA REABIERTA)

EL CALOR DE LA AMISTAD

Estaba confundida, incluso perturbada por todas ellas ya que me miraban con tristeza, excepto una de las gemelas y no quitaba su mirada de mi cara, hasta que una me dijo, creo que fue la misma que supo mi nombre:

-Déjate de Bromas Megumi, usa uno de tus poderes, vamos no te demores.

-No se dé qué hablas, pero es evidente que si ustedes están con ella deben estar igual de locas.

Me estaba yendo lentamente hasta que la tierra empezó a moverse, al principio creí que era un terremoto y deje de moverme, pero después noté que el cielo comenzó a oscurecerse a un rojo carmesí y después de eso una figura grande con ojos amarillos relucientes se posó ante mí, era aterrador y estaba dispuesto a atacarme, salí corriendo pero quedé acorralada en una esquina del patio, pude ver como todas esas chicas corrían hacia mí y una de ellas dijo:

-Megumi, atácalo con uno de tus hechizos.

-No puedo hacerlo, ¡¡eso solo ocurre en los cuentos de hadas!!

-No querrás hacerme daño, yo soy quien te dio la vida, en otras palabras tu padre, pero no me llamo Alphonse.

En ese momento quedé petrificada, mi padre quería matarme pero antes de atacarme, un rayo de luz le dio directo en su espalda y este se giró lanzándome lejos, estaba dispuesto a atacar a la chica que me miraba con furia en un principio, salí corriendo y la empuje al suelo y después me paré en frente de ella, esperando a recibir el impacto y en efecto, esa criatura me lanzo el rayo creando una explosión, después del impacto le dije a la chica sin mirarla:

- ¿Cómo te llamas?

-Karina.

-Bueno Karina, puedes estar loca ya que no tengo poderes, pero no quiero que nadie más muera, aún si me tengo que sacrificar.

Caí arrodillada al suelo y Karina me tocó la cara para quitarme la mugre, estaba exhausta pero sabía que ese Hombre me llevaría con él, por lo que le dije a todas:

-Adiós, Esfuércense por lo que quieran lograr en sus vidas, ya que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes- me despedí con una sonrisa-.

En ese instante fui tele transportada a un palacio grande, donde un escudo brillaba por lo que lo miré y lo cogí, detrás de mí estaba mi padre y sabía que aunque no tenga poderes, o aún no los tuviera, pelearía hasta el final ya que mi tía me dijo una vez:

-Megumi, te daré la magia del calor, el día en que sientas el calor de la amistad, sabrás que esa persona o personas son lo que buscas si quieres tener felicidad.

Esa calidez solo la sentí con el tacto suave de Karina y ahora sé que peleo por ella y ellas.