Capitulo 28

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Álvaro

A la mañana siguiente me desperté bastante cansado, pero a la vez muy eufórico. No sabía por qué.
Decidí ir a despertar a Blas a su habitación.

- Buuenooos diaas Blaas - dije abriendo la puerta, mierda, pensé.
- ¿Álvaro? - dijo Rosi.
- Pensaba que Blas estaba aquí... perdón...
- No pasa nada, te ayudo a buscarlo.
- No, da igual, ya voy yo solo.

Mierda. Mierda. Y más mierda. Rosi estaba en la habitación con Saik, ¿donde se ha podido meter este chiquillo?.
Baje a la cocina y me encontré a Paula haciéndose el desayuno.

- Buenos dias Pau.
- Hey Álvaro - me dijo ella con una sonrisa.
- ¿Sabes donde esta Blas?
- Ha dormido en el suelo de nuestra habitación - dijo riéndose - se ve que debería estar muy borracho, decía que no tenía donde dormir, y mira que la casa es grande.
- No creo que lo estuviera tanto...
- ¿Por?
- ¿Tu sabías que Rosi y Saik estan liados? - pregunté.
- ¿No los vistes ayer en la fiesta? Obvio que si.
- Madre mia... - dije - ¿has oído eso?
- ¿El que?
- LEEEVANTAAAAATEEEE - gritaba alguien desde arriba.
- Vamos a ver que pasa - dije yo.

Vimos a Blas tirado en el suelo, y a Carlos intentando levantarlo.

- Va Blas, levanta - lo cogi yo también.
- ¡¡No quiero!! - dijo el.

Apareció Belén con pelos de loca, seguida por David.

- ¿Pero que son esos gritos? - dijo ella enfadada - Hay gente que intenta dormir.
- Y lo que no es dormir - dijo Pau.

Rosi también salió de la habitación, probablemente por los gritos.

- Pequeñas reuniones en los pasillos - dijo ella.
- Y Dani y Cris siguen durmiendo... que fuerte... - dije yo.
- ¡Que va! Se han ido a hacer la compra junto con Kela - dijo Pau.
- ¿Esta mejor? - pregunté mirando a Paula y sin que nadie mas se enterase.
- Sí, tranquilo.
- Pues yo me voy a la piscina - dijo Rosi, Saik ya se habia levantado y la cogio de la mano.
Blas se levantó del suelo y se metió en el baño pegando un portazo.

- Al final se ha levantado solito - dijo Belén - David, vamonos a la piscina nosotros también.
- Vale - dijo el con sonrisa pícara, la cogio en brazos cual princesita y se la llevó corriendo a la piscina y los dos se tiraron.

Yo bajé por las escaleras para hacerme el desayuno, Paula bajaba detrás para seguir con el suyo, de repente, oímos una puerta cerrarse y a dos personas hablando.

- ¡Buenos dias chicos! - dijeron Miriam y Andrés.
- ¿Os quedasteis a dormir? - preguntó Paula.
- Si, esperamos que no os moleste - dijo Miriam.
- No, que va, tranquila.

De repente volvimos a oír otro portazo y gritos.

- Hoy no nos dejaran desayunar tranquilos - dije.
- Para nada, vamos a ver que pasa.
Pau y yo volvimos a subir y nos emcontramos a Carlos en el pasillo hablando con la puerta de su habitación.

- ¡Blas! Abreme ¿que te he hecho yo? ¡La culpa no es mía! No podemos irnos así a México.
- ¿Qué? - dijo Paula.
- Pau, espera - ella se bajó enfadada y Carlos detrás. Blas abrió la puerta y los dos nos bajamos también.

- ¡¿No pensabas decírmelo?! - dijo Pau mirando a Carlos y seguidamente a nosotros.
- Paula, no digas nada a nadie por favor - dije yo.
- ¿Por qué? No nos podemos enfadar porque esteis haciendo vuestro trabajo, me enfada que no nos lo digáis, ¿que pensabais? ¿iros un día sin mas, sin avisar?
- No, pero...
- Ni peros ni nada, no lo diré.
- Gracias amor - dijo Carlos abrazandola.
- Ni me llames así - se separó y se fue al salón.
- La he cagado - dijo Carlos.
- Pero puedes arreglarlo - dijo Blas.
- Si bueno, no se como.
- Haz lo que tenías pensado, mira, Rosi esta bajando - dije en un tono mas bajo para que no nos oyeran - y Belén ya ha salido de la piscina.
- ¡Y Kela, Dani y Cris ya han llegado! - dijo Blas.

Fui a saludarlos y a ayudarles.
Kela y yo íbamos con una gran bolsa llena de comida o vete tu a saber qué, de repente, llamaron al timbre.

- No nos hemos dejado a nadie ¿no? - dijo ella.
- Creo que no - y me reí - anda, me llevo yo esto, abre tú.

Fui al interior de la casa a dejar la bolsa, cuando oí:
- ¿Que coño haces aquí? ¡Dejame en paz!

Me asomé para ver que pasaba, estaba el ex de Raquel, cojiendola y arrastrandola a fuera.
Paula también se asomó.

- Menudo cabron - dijo ella.
- Voy a ir - dije yo y salí, no me di cuenta que Paula iba detrás.

- Vente conmigo, a Valencia, a tu hogar, aquí no haces nada - decía ese capullo.
- Que la dejes en paz - dije yo acercandome a el.
- ¿Y este quien es? ¿Tu nuevo novio? Lo sabía, eres una guarra.
- Y tu un desgraciado, guarra es la que no se lava, tenlo claro - dijo Paula, este ni se atrevió a mirarle a los ojos.
- Raquel, amor, vamonos a Valencia, no te hará falta estudiar, yo podré trabajar y tu te quedarás en casa, para cuando llegue cansado, poder tener un buen plato de comida en la mesa.
- Eres un machista de mierda - dijo Paula pegandole una hostia dejandole los cinco dedos marcados.
- Eres un miserable, no te quiero ver mas - dijo Raquel y le cerró la puerta en todas las narices.
- Muy bien hecho - le dijo Paula.
- Eh Paula, que la hostia me la había pedido yo - dije en plan broma.

Volvió a sonar el timbre, sería el otra vez.

- Dejadme a mi - dijo Paula.
- ¡Que venga Raquel! - dijo el.
- Escucha gilipollas, estoy bastante cabreada, y me voy a poner aquí a repartir mas hostias como no te vayas y nos dejes en paz ¿me entiendes?
- Te entiendo... - dijo mirandole de arriba a bajo.

Raquel y yo estabamos a unos pocos metros de ellos, cuando Carlos salió de casa y preguntó que pasaba, se lo explicamos todo rápidamente y el miró a la puerta. Vio como el desgraciado ese se acercaba mas a Paula, cuando... le tocó el culo.

- ¿De que coño vas? - gritó Carlos que iba enfadado.
- A esta... buah nano, lo que le hacía.
- ¿Si? ¿Que me harías? - dijo Paula acercandose a el y cuando estaba a punto de besarla... esta le dio un rodillazo, Carlos le empujó, lo echaron y cerraron la puerta.

Una vez llegaron a donde estabamos nosotros...
- No teníais por qué haber venido - dijo Raquel.
- Ese tio ya me estaba cabreando - dijo Paula.
- Pues anda que a mi... - dije yo.
- Y a mi y he ido pues porque mira...
- No necesitaba tu ayuda, Carlos - dijo Paula cortante y se fue.
- ¿Que le pasa? Esta super borde ¿no? - dijo Kela.
- Si... - dijo Carlos cabizbajo.

Vi como Carlos iba al interior de nuestra casa y hablaba con Rosi y Belén.

- ¿Estas bien? - le pregunté a Raquel.
- Si, muchas gracias... por... todo.
- Ni las des, o mejor, no me las des a mi - y se rió. Nos quedamos callados unos cuantos segundos cuando...

10 En una casa no cabenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora