CAPÍTULO VI

7.4K 387 15
                                    

Eran las 0:30 horas y Logan aún no podía dormir. Por su mente rondaban dos enormes dudas. La primera era: ¿Por qué Samantha le había regalado un café? Tal vez habría escuchado la conversación, aunque eso sería un poco improbable, ya que estaba a dos metros y medio de distancia de donde ella estaba. Descartó esa posibilidad, siguió pensando y no encontró respuesta. La otra duda era: ¿Por qué se puso nerviosa y se fue rápidamente cuando le preguntó sobre el golpe en la rodilla? Estaba indeciso. No sabía si creerle o no. Tampoco quería imaginarse si había sido golpeada en su propia casa. No, no podía ser. O al menos él no quería creer eso.

Se levantó de su cama y miró por la ventana, con ganas de distraerse un rato. Pero no lo logró. Bajó las escaleras y prendió su laptop. Tal vez de esa forma lograría distraerse. Abrió el buscador y se metió en una página para descargar películas. Descargó varias y de todos los géneros, desde románticas hasta de terror. Quiso seguir en su intento de distraerse, por lo que fue a la cocina y abrió una lata de cerveza. La película empezó. Había elegido una romántica titulada Cuando te encuentre. No era del tipo de hombre que veía esa clase de películas, pero estaba enamorado y quería ver eso: amor. En medio del filme recordó a Macy. Le mandó un mensaje al celular suponiendo que lo leería en alguna parada.

"Te amo" decía el mensaje.

No hubo respuesta. Terminada la película apagó el aparato y, ya con sueño, se volvió a la cama. Cerró los ojos y una mujer apareció en su mente. No Macy. Sí Samantha. Pero de la misma forma en que apareció, se desmaterializó. Por fin logró conciliar el sueño.

***

Samantha, tras despertar en medio de la noche, se metió en la ducha. Una de las pocas cosas que le gustaba era darse una ducha fría. Así y solo así desaparecerían los golpes. El que más quería borrar era el de la rodilla, puesto que no quería que nadie supiera lo que sucedía en su casa. Terminada su ducha se aseguró de que Michael no estuviera. Para la buena suerte de ella, él no estaba en casa. Suspiró de alivio y se secó el cabello. Se acostó de nuevo, cerró los ojos y en su mente apareció quien menos pensaba: el profesor Logan Parker. Ignoró ese pensamiento, se excusó de estar cansada y volvió a dormir como si nada hubiera pasado.

***

Macy llegó a la hora de siempre. La misma rutina: entró a ducharse para borrar los restos de olor a hombre y esperma. Con el pijama ya puesto se acostó a dormir. Logan simplemente la abrazó. La esposa suspiró aliviada, ésta vez no la había tocado. Fue un simple abrazo, sólo eso. Pensó que tal vez había entendido la discusión del mediodía.

No era bueno que una prostituta tuviera hijos. Ese hecho no podía ser, era inaceptable, impensable. Y mucho menos en un país donde algo como el aborto era ilegal. Los hijos de prostitutas eran llevados a Servicios Sociales para luego ser dados en adopción. La propia Cassandra se sorprendía de porqué esto no hubiera pasado con su hija. Samantha también estaba muy sorprendida por eso. Por más que Cassandra le dijera que sí, ella en su interior sabía que no era cierto, que todo era una mentira.

Amaneció. La alarma de Logan lo despertó y se vio abrazado a su esposa. Besó con delicadeza su hombro y se sacó la camiseta vieja que le servía de pijama. Abrió el placar de caoba y eligió una camisa celeste claro. De entre sus trajes se puso el azul marino y fue al baño a afeitarse y peinarse como siempre. Se puso colonia y bajó a desayunar.

Prendió el televisor mientras se preparaba lo de siempre: café y tostadas con mermelada. Su desayuno favorito. Los noticieros daban las mismas noticias inertes que todos los días: robos, desapariciones, homicidios, etc. Aunque también noticias buenas, como héroes de Greenpeace y otros más, noticias que valían la pena ver.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora