Me encargan ir a buscar a una semidiosa

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Hoy por fin dan las vacaciones de verano, con las notas todavía en las manos entre en mi habitación e hice mi bolsa de viaje.

- Es como mi primera vez - dije recordando cuando me habían dicho que yo era un semidiós.

Terminé y bajé a la entrada donde me esperaba Tori-nee, ella en este año se había puesto mechas en el pelo de color verde, llevaba puesto una camiseta de tirantes blanca y unos pantalones baqueros cortos de color azul muy claro.

- Las notas - dijo ella extendiendo las manos, yo se las entregué y las vio - muy bien, solo has suspendido dos, vas a ir así vestido - dijo señalándome.

Con las prisas no me había dado cuenta de que todavía llevaba puesto el uniforme de la escuela - ahora vuelvo - dije.

Salí disparado hacia mi habitación para cambiarme, mire en el armario para ver que ropa me pondría, me decidí por una camiseta de color negro lisa y unos pantalones baqueros oscuros ( me gusta la ropa oscura, combina con todo ), bajé de nuevo a la entrada y Tori-nee me miro y sonrió.

- Eso me gusta más - dijo ella - pero, ¿porque negro?.

- Dos cosas - dije levantando dos dedos - uno el negro combina con todo y dos ¿por qué no?.

Ella se encogió de hombros y siguió mirándome.

- Has cambiado mucho Aru-chan.

Ella tenia razón, el cambio más notable es que he crecido cinco centímetros ( de un metro sesenta de altura a metro sesenta y cinco ), mi forma de ser también ha cambiado ahora soy un poco más valiente en comparación de otros años y ya no me da miedo casi todo como antes, excepto las alturas y los perros muy grandes.

- Venga vayámonos - dijo Tori-nee.

Chasqueó los dedos y delante de nosotros estaba un salto dimensional que nos llevaba al campamento sengoku, cuando llegamos al campamento ella se fue al edificio central y yo me fui a la casa de Izanami, mi madre, la casa es enorme, tiene dos pisos, los muros están pintados de color negro con adornos morados, al entrar vi la sala común donde los otros hijos de Izanami deberían estar por la noche después del toque de queda, al fondo había una cocina ( sera para adornar porque el campamento tiene comedor ), por el pasillo hay dos puertas al fondo, a la izquierda es donde se prepararía una estrategia si nuestra casa estuviera en un conflicto con otra y a la derecha un baño digno de unas aguas termales, en el segundo piso hay un montón de habitaciones, yo duermo en la habitación del líder ( al ser el único residente ), esa habitación es la más grande de la casa, deje mi bolsa en el futón ( cama tradicional de Japón que se pone en el suelo ) y salí a buscar a mis amigos Michael, Alex, Ivar y Natalia.

A los primeros que encontré fue a Natalia y a Ivar, que se estaban dirigiendo al edificio central.

- Buenas Aru - dijo Ivar, él no ha cambiado debido a que el ya tiene dieciocho años de edad - ¿como estás?.

- Estoy bien - dije sonriendo - ¿a vosotros como os va?.

- Nos va bien - dijo Natalia, ella se había dejado el pelo un poco más largo, ahora lo llevaba por los hombros - sabes que Ivar y Michael tienen novias.

- A ¿sí? - dije muy curioso - ¿quienes son?.

- Mi novia se llama Maya Jonson y la de Michael se llama Mitsuki Oyashima - dijo Ivar - son hijas de Konoha-sakuya-no-hime, las diosa de las flores y los volcanes en erupción.

- Me alegro por vosotros - dije dando una palmada a Ivar en el hombro - ¿donde están Alex y Michael?.

- A Michael le he visto en el lago cuidando de su barco - dijo Natalia - y a Alex la he visto en el bosque practicando con su Tsurugi.

- Gracias y hasta luego - dije mientras me alejaba.

Decidí ir primero al lago, cuando llegué divisé a Michael viendo el barco que usa en las simulaciones de batalla naval.

- Hey tío - saludé.

- ¿Que honda? - dije él mientras chocábamos nuestros puños.

- Ya me han contado que tienes novia - dije sonriendo y él se sonrojó - me alegro por ti tío.

- Gracias - dijo él - ella una semidiosa pura.

- ¿Qué significa semidiosa pura? - pregunté.

- Significa que toda su sangre es de Japón - explicó él - su padre es profesor de mates en la universidad de Tokio, cambiando de tema, ¿cuando vas a pedir salir a Alex?.

- ¿Qué? - dije con sorpresa, ahora era mi turno para sonrojarme - solo somos amigos nada más.

- Sí claro, y por eso os mandáis mensajes en tiempo de clase ( este año Michael se transfirió a mi escuela ) - dijo sonriendo como Shisui - bueno sí la buscas está ahí - señalo la entrada del bosque donde estaba Alex con una toalla en el cuello - bueno yo me voy con mi novia, adiós.

Él se fue hacia la casa de la diosa de las flores que era de un color blanco y verde, yo me acerque a Alex y la saludé.

- Hey Alex ¿como te va la vida?.

- Bien supongo - dijo ella, ahora era solo un poco más baja que yo, yo le sacaba solo tres centímetros - mi madre dice que me tengo aplicar más en la clase de cocina del insti, no entiende como he podido suspender.

- Y ¿como has suspendido? - pregunté.

- Todo lo que yo hago se quema o no sabe bien - dijo un tanto triste.

- Sí quieres te puedo ayudar - le dije a ella.

- En serio - preguntó, yo asentí - espera un momento, ¿como me vas a ayudar si solo puedes comer manzanas?.

- No lo sé - admití - pero la comida que yo hago a la gente le gusta.

- Ahí tienes razón - ella lo reconoció - ¿como van los komainus?

- Están bien - dije - están empezando a transportarse en un plano astral hasta donde yo esté.

- Mola - dijo ella - bueno me voy a duchar, nos veremos en la cena.

- Allí estaré - dije mientras ella se iba.

Me fui a la biblioteca donde estuve hablando con Takeru sobre historia de la mitología japonesa hasta que un espíritu me dio un golpecito en el hombro para llamar mi atención.

- Los señores del campamento quieren verle señor.

- Vale ahora voy - me levanté de la silla y me despedí del bibliotecario.

Cuando llegué a la sala de los señores llamé a la puerta y ello me dejaron entrar, cuando entré vi a un hombre con el pelo pelirrojo alborotado con ojos del color del fuego, llevaba puesto una armadura ligera del antiguo Japón.

- Aru él es el señor Kagutsuchi - dijo Natalia - el dios del fuego.

- Y nos a pedido que tú vallas a buscar a su hija - dijo Ivar.

- Sí, por favor - dijo el dios - ella estará en el bosque de bambú en unos minutos, le he dicho que iría a buscarla un semidiós que usa dos espadas y lleva gafas de pasta.

- Vale, ¿como es? - dije con curiosidad.

- Ha dicho que estaría en el bosque de bambú - dijo Natalia.

- También hay mucho pervertido suelto - dije.

- Tome, es una foto que le acabo de sacar - el dios me la entregó.

Cuando la vi no pude dar crédito a mis ojos.

El Niño Prohibido: El Templo SubmarinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora