Michael se sentó en el asiento del copiloto mientras que Alex y yo nos pusimos en la parte de atrás, me acerqué a la ventanilla del conductor y dije.
- ¿Por qué conduces una furgoneta? - le pregunté al espíritu - debe ser muy contaminante.
- No - contestó - esta furgoneta solo funciona con aceite de cocina usado por lo que no contamina.
- Ya decía yo que olía a patatas fritas - dijo Alex - ¿cuanto tardaremos en llegar al puerto?.
- Llegaremos en diez minutos - contestó el espíritu.
Diez minutos después llegamos al puerto y caminamos por el muelle hasta que llegamos a una zona donde se podía hacer buceo.
- ¿como vamos a aguantar la respiración hasta llegar al fondo del océano? - preguntó Alex.
- Yo puedo respirar bajo el agua - dijo Michael.
- Y yo le pediré a Shisui que me ponga branquias - yo dije.
- Vale cambio la pregunta - dijo Alex - ¿como yo voy a aguantar la respiración hasta el fondo del océano?.
- Podemos comprar una botella de oxigeno - dijo Michael - ¿tenéis bañador?.
A Alex y a mi se nos sonrojo la cara por habernos olvidado del bañador que era una cosa imprescindible.
- Tranquilos podemos comprarlos ahora - dijo Michael.
Fuimos a una tienda a comprar los bañadores, Alex se compro un bikini de color azul y negro y yo me compre un bañador que me llegaba hasta las rodillas de color blanco, después fuimos a una tienda que se especializaba en el buceo y compramos una botella de oxigeno de cuatro horas de duración y volvimos al muelle.
No pusimos los bañadores que nos habíamos comprado en los baños de un bar cercano y nos metimos en el agua, el primero en meterse en el agua fue Michael, él llevaba puesto un bañador azul celeste que le llegaba hasta las rodilla, le siguió Alex que llevaba la botella de oxigeno que habíamos comprado recientemente y al final me metí yo, Le pedí a Shisui que me ayudara a ponerme branquias para poder respirar bajo el agua.
- El templo está en una zona rocosa - dijo Michael.
Nos pusimos a buscar con Michael en la cabeza, tras buscar por diez minutos nos encontramos con un banco de tiburones martillo que se lanzaron a por nosotros.
- Pensé que el tiburón era el animal sagrado de tu padre - dije mientras huíamos de los tiburones.
- Están asustados - dijo Michael - ten en cuenta que de ese templo salen muchos demonios.
Nos estuvieron persiguiendo durante media hora hasta que por fin les dimos esquinazo a los tiburones, terminamos en una zona donde había corales y peces de cualquier tipo, el lugar era precioso, estuvimos buscando el templo pero no lo encontramos, cuando llegamos a una zona donde había rocas.
- El templo debe estar por aquí - dijo Michael.
Buceamos hasta que pudimos ver una estructura como un edificio, cuando nos acercamos vimos el templo donde debería estar Yata no kagami en su interior para poder sellarlo, cuando entramos Michael nos secó con un simple chasqueo de dedos y nos pusimos un poco de ropa.
- Bien - dije - ¿donde está el espejo?.
- ¿No debería estar donde hubiera más demonios? - preguntó Alex - Aru, ¿nos podrías guiar?.
- ¿Y por qué nos guiara él? - preguntó Michael.
- Yo puedo sentir a los demonios - dije mientras me concentraba y logre sentir un demonio - por aquí.
Caminamos por un pasillo que estaba por nuestra izquierda, los guié hasta que encontré a un demonio que me sonaba, él era tan alto como Michael, pelo negro y ojos rasgados de color morado, ese demonio lo había visto en un sueño en el que le había visto golpeando y maltratando a mi hermana, la ira empezó a fluir por todo mi cuerpo, al final no me pude controlarme y me lancé sobre él.
- ¡¿Que estas haciendo!? - me grito Alex.
Yo no contesté y le dí al demonio un puñetazo en la cara que lo mandó a la pared, él me miro confundido, me acerque a él y le dí una patada en el pecho y él me intento dar un empujón sin éxito convoque mis katanas y le propine varios corte en el pecho y las piernas, el demonio me dio un golpe en el pecho que hizo que soltara las katanas, no quería ir a buscarlas e hice algo que nunca había hecho, prendí mis manos en fuego negro y le di puñetazos hasta que quedó de rodillas entonces puse la palma de mi mano en su frente y el demonio grito y se convirtió en polvo dejando su alma a la vista y me la comí, me dí la vuelta para ver a mis amigos, ellos estaban asustados.
- ¿Qué pasa? - pregunté todavía de mal humor.
- No sabia que pudieses matar con el tacto - dijo Michael.
- Yo tampoco lo sabia - dije encogiéndome de hombros - vamos por la derecha - dije al sentir una energía demoníaca muy grande.
Nos dirigimos por el pasillo hasta llegar a una sala muy grande donde había un altar donde había un espejo circular de gran tamaño.
- Esto debe ser Yata no kagami - dijo Michael - el espejo que comunica este mundo con el mundo de los demonios, ¿Aru podrías abrir el camino?.
Yo asentí e hicimos una fila unida por las manos conmigo al frente, puse la mano libre en el espejo y fuimos absorbidos por el.
ESTÁS LEYENDO
El Niño Prohibido: El Templo Submarino
FanfictionSegunda parte de Él niño prohibido, este verano habrá más aventuras de Álvaro León, ese semidiós japonés amigo de la infancia de Percy Jackson( soy muy malo haciendo resúmenes ).