Capítulo 12

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Mi visión se vuelve borrosa por el placer que quema mi cuerpo.
El culpable de esta sensación no puede ser otro que Juuzou, el cual se echa en la cama de espaldas provocando que su cuerpo rebote y el colchón se mueva.
Entretanto, oculto con una sábana mi cuerpo desnudo dejando al albino parte de ella para cubrirle de cintura abajo, sin dejar de mirar la pared ya que aún me avergüenza mirar directamente su... Eso.

Juuzou coge mi muñeca justo cuando tengo la mano al lado de su cadera, con la manta aún agarrada.
Suelto la fina tela y le miro fijamente a los ojos, esos ojos que hace poco me dañaban por el desprecio y la ira que emanaban.
Su mano conduce a la mía hacia su pecho y la posa en él sintiendo así su suave y cálida piel.
Ambos ojos me hipnotizan, haciendo que me mueva sin poder evitarlo y nuestros labios se rocen. Juuzou pone su mano en mi espalda y pega su cuerpo al mío para después acercar su rostro a mi cuello.
Su lengua sube y baja por mis costuras alternando con besos y mordiscos.
Pongo ambas manos en sus mejillas y le obligo a mirarme para intentar adivinar si esto lo está haciendo el Juuzou que yo conozco o... El otro.
Pero no puedo, su cara sigue siendo la misma y su comportamiento no me da ninguna pista.

Al día siguiente...

Abro los ojos lentamente, y lo primero que mis sentidos perciben es una luz que atraviesa la pared gracias a que en ella se encuentra un agujero del tamaño de una moneda pequeña.
Intento moverme pero algo me lo impide, es Juuzou que rodea mi cintura con sus brazos y posa su cabeza en mi abdomen. Esas partes de mi cuerpo (y más) están tapadas por la sábana blanca que en la noche anterior cubría la cama, y mi "pequeño" sádico se encuentra envuelto por otra, a la que no me habré percatado de su presencia en su momento.
El albino parece disfrutar de un profundo sueño, es por eso que no me muevo y su apariencia angelical me cautiva sin poder apartar la mirada de él.
Cuando se despierta, sigo sin dejar de admirar tanta belleza en un solo cuerpo, concentrada en observar cada movimiento hecho por él.
Se sienta en mis piernas y se soba ambos ojos mientras bosteza.
Alza su mirada y al verme tan atenta a él se ruboriza y, como si fuera un niño pequeño, entierra su cara justo por encima de mi pecho envolviéndome en un abrazo inesperado.
Mis mejillas seguramente también se contemplan rojas por el simple hecho de sentir su respiración en mi piel desnuda, ya que la manta oculta desde mi pecho hasta las rodillas dejando esa parte al descubierto.

Volví por fin :'v
Aquí tienen su capítulo, ahora me voy xC (gracias por votar y comentar :D)

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© Te temo pero te quiero: Segunda Parte- Juuzou SuzuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora