Capítulo 4 La habitación. Parte I

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Mis compañeros y yo, nos quedamos en una situación de incertidumbre, pero por lo menos yo sabía que algo se debía a una situación paranormal, por las cosas que saque a deducción suponía que era una situación de posesión demoníaca, por cosas que había visto en películas, en cuanto a ellos, no se explicaban lo que estaba pasando, solo sabían que era algo paranormal.

Nos encontrábamos los cinco de pie en la sala de la casa sin cruzar palabra alguna, por lo que decidí comenzar a hablar yo, así que me dirigí hacia la madre de la joven y le dije:- "Creo que hablo por mis compañeros y por mí, al pedirle una explicación lógica a lo que acaba de suceder con su hija"- a lo que me contesto, :-"Ya vi que usted cree en Dios, y que es un policía muy astuto, pues rápidamente se dio cuenta de lo que estaba pasando y actuó antes que los demás oficiales".- inmediatamente mis compañeros interrumpieron cuestionándome que si yo sabía lo que estaba pasando, que porque los lleve ahí, que les explicara que estaba pasando, a lo que les comente que no sabía más de lo que ellos habían visto, y que para mí aunque sonara ilógico, esa situación era un caso de posesión demoníaca.

El ambiente después de haberse tornado crítico ahora se había tornado en un debate, de que si era alguna posesión o era algún caso de trastorno mental, pero eso iba más allá de alguna enfermedad cerebral, eso era algo demoníaco.

Les dije a mis compañeros, el porqué, de mis acciones, explicándoles como llegue a esa conclusión, después de ir atando esos pequeños cabos que se nos iban presentando, a lo que se pusieron a pensar en que tales sucesos coincidían, sin mencionar ya la extraña historia que nos había dicho la madre, preguntándole a ella:- ¿usted a que cree que se deba todo esto?-.  A lo que me contesto:- "no sé, pero solo sé que esto no es obra de Dios, y si no es de Dios, es del Diablo"-. Le pregunte a mi compañera, que ella que creía que estaba pasando, y me contesto:- "yo no  creo en estas cosas, yo creo en Dios, pero no creo en los fantasmas ni demonios, aunque todo esto no tiene ninguna explicación lógica, son muchas las coincidencias en algo paranormal":- a lo que le conteste que ese mismo pensamiento tenía yo, explicándole que si existe un bien representado por Dios y los ángeles, también existe un mal, en donde se encuentra el diablo y sus demonios"-. Le pregunte a mi compañero que solo faltaba el de responder a lo que me contesto:- "nosotros ya cumplimos, la trajimos a su casa, ya es responsabilidad de su madre". Cruel pero cierto.

Tenía razón mi compañero, ya habíamos hecho lo que como policías nos correspondía, ya lo que se hiciera dentro del domicilio era responsabilidad de la madre, así que le dijimos a la señora, que nos teníamos que retirar, que cerrara las puertas bien y que si se encontraba en riesgo que no dudara en llamar a los números de emergencia, la madre de la joven nos suplicaba que no nos fuéramos, que no la dejáramos sola con ella, pero no podíamos quedarnos y no sabíamos que hacer para ayudarlas, la madre resignada, nos dio las gracias y se quedó como si su fin se acercara.

Al momento de dirigirnos hacia la puerta, esta se azoto al igual que la puerta que da a la calle, ambas se cerraron de un azoton, aunque el viento no estuviera soplando fuerte.

Volteamos a vernos entre si, miramos a la madre y a la joven, y sabíamos que eso había sido acción de ella, a lo que la madre le dijo:- "Hija, déjalos ir, por piedad"-. Cuando de un movimiento en el que la joven levanto sus manos a la altura de sus hombros sin siquiera tocar a su madre la arrojo hacia un sillón que se encontraba en un extremo del cuarto, mis compañeros y yo jalábamos y movíamos la perilla, la cual se encontraba sin seguro y sin llave, pareciera como si fuera una pared fija, me quise acercar a ayudar a levantar a la señora cuando sentí que algo como un viento me levanto y me arrojo hasta caer dentro de la habitación de la joven, tome segundos en recuperarme del golpe, y a lo lejos escuchaba a mi compañero maldecir y golpear la puerta para que se abriera, escuchaba a la madre de la joven quejarse de dolor y suplicar que nos dejara ir, muy difusamente vi la silueta de mi compañera siendo tomada a la fuerza por la joven, como si la quisiera besar, el cuarto estaba oscuro y no podía ver bien, me puse de pie y encendí la luz, y para mi sorpresa al ver aquella habitación, llena de tanta fe que se tornaba enfermiza, decenas de imágenes religiosas en el interior, decenas de estampas religiosas por toda la habitación, cuadros religiosos, rosarios por doquier, parecía como si fuera una bodega, eran demasiados artículos religiosos que no se podían admirar, y había un cuadro muy misterioso de la imagen de una persona, en el centro de todas las imágenes que llamaba mucho la atención, había una que era un hombre que no conocía yo que fuese un santo, era como una fotografía antigua dentro de un cuadro cubierto por vidrio, voltee mi mirada hacia afuera de la habitación y vi como la joven besaba a la fuerza a mi compañera y le lambía el rostro, cuando de repente mi compañero intento quitársela jalándola de las manos, pero ella de un manotazo lo arrojo hacia un extremo de la sala, la madre intento acercarse pero la tiro nuevamente, comenzó a tocarle su área genital y le dijo que ella no le podía dar un hijo y la aventó hacia dentro de la habitación, tumbando sin querer aquel cuadro de aquella persona, rompiéndose el vidrio que lo cubría, y parte del marco, acción que hizo que volteara su mirada hacia el interior, y tras un fuerte grito se acercó para levantarlo, quedándose inmóvil de pie después de levantarlo, movimiento que aproveche para salirme de la habitación, intente pedir apoyo por la radiofrecuencia pero no funcionaba, mi compañera lloraba sin poder levantarse dentro de la habitación, la madre parecía desmayada, se encontraba desvanecida en el suelo pero respirando, y mi compañero se reponía del golpe, nos encontrábamos atrapados en aquella casa, sin saber cómo salir y como responder a tal situación, en nuestro adiestramiento se nos enseña a cómo actuar y que hacer antes diferentes situaciones de peligro, pero nunca alguna situación como esta, mi compañero se puso de pie desenfundando su arma para destruir la chapa de la puerta, a lo que le recordé que la puerta se encontraba sin seguro, se fue caminando hacia atrás hasta topar con la pared y deslizarse recargándose en ella hasta quedar sentado en el suelo, se llevó las dos manos a su cabeza rascándosela con ansiedad sin soltar el arma, y le dije:-" guarda el arma, no vaya a suceder un accidente"-, y me contesto:- "No puede pasar cosa peor que esto"- y comenzó con un ataque de risa y nervios acompañado de suspiros de llanto y desesperación.

La noche del SúcuboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora