Capítulo 6 La enfermedad. Parte II

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La llamada telefónica se había cortado, me parecía que la voz que cuestionaba era de mujer, pero no la reconocí, tal fue mi asombro, que en menos de cinco minutos ya iba en camino a la oficina, llame de nuevo desde mi celular y no entraba la llamada, llame a la comandancia para que revisaran que pasaba en la oficina y me dijeron que la puerta se encontraba cerrada y que no se escuchaba nada, les llamaron por la frecuencia y contestaron que no tenían ninguna novedad, por lo que se me hizo más extraño todavía, me dirigí lo más rápido posible, al llegar y abrí con mi llave y me encontré con mi compañera la cual tenía su arma en las manos y me dijo: -pasa rápido, porque ellos están aquí, me quieren hacer algo-, le pregunte que quienes y donde estaban, a lo que me respondió que son los espíritus y que están en todos lados, me dijo que ya no puede ni dormir porque ya logra entender esas voces que escuchaba, y que le dicen que deje de rezar, que su cuerpo ya no le pertenece, su mirada era de completa locura, sus pupilas parecían dilatadas, sus ojos estaban muy rojos y sus ojeras enormes, le dije que guardara su arma, que yo la apoyaría, a lo que obedeció, le pregunte que donde estaba su compañero y me dijo que en el baño, me dirigí hacia el lugar, toque la puerta y salió del interior, me dijo que ella se había vuelto loca, que decía ver a espíritus, que le hablaban mientras dormía y le decía que la iban a poseer, que sacó su arma y andaba revisando todos los rincones de la oficina en busca de ellos, y que cuando el me llamo ella se abalanzó sobre de él, por lo que corrió a resguardarse en el baño, le dije que era lo mejor que había podido hacer, pues al parecer estaba entrando en algún sock por estrés laboral, ya casi terminaba su turno, por lo que los mande a descansar y yo cubrí las horas que restaban.

Esa situación me quitaba el sueño, no sabía si se estaba volviendo loca, si realmente veía cosas como las siluetas que escasas veces vi, o que se tratara de algún espíritu real, algún fantasma que la merodeaba, o que yo me dejaba influenciar por ella.

Al fin de turno me fui a mi casa para darme un baño rápido. y regresar a trabajar, le llame a mi compañera y le dije que fuera a consultar, que solo le dijera al doctor que se sentía estresada, pues si le decía eso tal vez la juzgarían por loca.

El médico le receto medicamento para conciliar el sueño, y yo le tramite unos días de descanso.

Pasaron algunos días y debido a que no presentaba síntoma de infección alguna la dieron de alta y volvió a su casa, constantemente la visitábamos mis compañeros y yo, la notábamos algo rara, fuera del efecto sedante de los medicamentos, unas veces parecía nerviosa y conciente y, otros días parecía sedada y fatigada, le pregunte que si sentía algún efecto negativo del medicamento, a lo que me contesto que no, que no era el medicamento, que eran los espíritus, según ella, cuando no rezaba los espíritus aparecían, pero cuando rezaba los espíritus se iban y, se sentía desgastada físicamente, era una cosa con otra, así que lo estaba mediando con las pastillas, cosa que me pareció una completa locura, eso de estar viendo espíritus y cosas así, trate de hablar con ella y hacerla entender que tal vez era estrés lo que tenía, que no podían ser espíritus, le dije que en su próxima visita al médico me dejara acompañarla, y no la vi hasta unos días más adelante.

Llego el día de su visita al médico, y la acompañe, hable con el medico sin que ella me viera, y le comente la real situación, por si ella no se lo comentaba, pues le había dicho a ella que le dijera todo lo que le pasaba, al parecer le conto unas cosas pero se las hizo ver como suposiciones y el médico le aumento la dosis y me dijo que la visitara y en la próxima visita la acompañara.

Pasaron algunos días y únicamente la notaba muy sedada, y tras mas días pasaban la comencé a notar, muy nerviosa,  después con los antebrazos rasguñados y el rostro, así que supuse que algo seguía mal, le comente la situación a sus familiares, por lo que mandaron a su hermana menor para que la cuidara, ya estando ella en la ciudad, ella se hacía cargo de darle los medicamentos y acompañarla a las visitas con el doctor, al cabo de algún tiempo fui a ver como se encontraba y se encontraba muy extraña, como si fuera una paciente psiquiátrica y su hermana ya la trataba como tal, se refería a ella como alguien que ya no estaba cuerda.

Al paso de algunos días recordé aquella suposición que me decía de cuando rezaba y no rezaba, así que le pedí a su hermana que hiciera oración por ella, seguía acudiendo para ver si notaba algo, pero solo logre ver incomodidad por parte de su hermana, no era la intención, pero mi curiosidad crecía, acudí a su casa para rezar esperando ver que algo pasara, pero ella seguía bajo los efectos de los medicamentos, me aleje unos días, no acudí a visitarla ni le llamaba por teléfono a su hermana, el día que regrese a ver como seguía, la note mejor, y pensé que tenía que ver por mis oraciones, aunque realmente mis oraciones fueron más por curiosidad que por fe, ella trato de ocultar que se encontraba bien, por lo que pensé que ya estaba incomodando, por lo que decidí ya no acudir más.

Pasaron algunas semanas, y le llame por teléfono, contestándome su hermana, diciendo que se encontraba indispuesta para atender la llamada, al paso de algunos días volví a llamar, y me volvió a decir lo mismo, pensé: es mi compañera, no debo de entrometerme tanto, pero lo que realmente en ese momento me preocupaba más que su salud, era lo de los espíritus que decía.

Dos meses habían pasado desde que le llame la última vez, y ya el incidente estaba olvidado, solo se presentaba la hermana para justificar las faltas, yo no le preguntaba nada más.

Me encontraba de noche en la oficina, sacando un pendiente, únicamente yo, cuando escuche un golpe en una de las puertas, un sonido como si hubiera topado una pelota en una puerta, fui a revisar pensando que quizá sería un animal que había entrado, algún gato, o ratón quizá, no encontré nada, por lo que se me hizo demasiado extraño, y cuando me encontraba dispuesto a continuar con lo que estaba haciendo, sentí un fuerte frio tras mi nuca, como ese frio que sale del congelador, antes de hacer algún movimiento, sentí que me quede estático, y alcance a escuchar susurros, de los cuales no entendía lo que decían, me moví rápidamente y revise cada rincón de la oficina, sin encontrar nada, pensando que tal vez alguien me estaría haciendo alguna broma, decidí dejar el trabajo pendiente y retirarme a mi casa a descansar, todo el camino me fui pensando en eso, tal era mi incertidumbre que llevaba la luz interior de mi carro encendida, llegue a mi casa y prendí cada luz de cada habitación, mi incertidumbre se transformó en un temor, que me hizo revisar cada lugar de mi casa, estando ya más tranquilo, me acosté a dormir, cayendo rendido.

A la mañana siguiente me fui a la oficina, y tal fue la reacción de mis compañeros que se encontraban en el turno de noche, ¿en qué momento salió? Preguntaron, -llevamos horas aquí y no lo vimos salir-. Me sorprendieron sus preguntas, se dirigieron corriendo a la oficina del fondo diciendo, -¿si usted está aquí, quien esta allá?-. Yo solo los observaba y veía correr, pero no les entendía, uno de ellos se sentó en una silla y dijo, -no es posible, esto no paso, esto no paso, no paso, ¿verdad que no paso? ¿verdad que es una broma?- frotándose su cabello y mirándome fijamente, yo no supe que contestarle pues no sabia a que se refería, mi otro compañero me dijo, -yo sé que usted no sabe nada, pero toda la noche después de que regresamos del auxilio, escuchamos movimiento y voces en la última oficina, pensando que aún continuaba trabajando y quizá hablando por teléfono-. Quede completamente sorprendido como ellos, después entro una llamada a mi celular, era la hermana de nuestra compañera diciendo que había fallecido durante la noche, y sin pensarlo nos dirigimos a su casa, ellos pensaban que era el espíritu de ella que regreso a la oficina para despedirse, pero más bien yo quería encontrarla aún con vida como la última vez, y pensaba que lo que escucharon no fue ella, sino los espíritus que ella mencionaba.

Al momento de llegar ya se la había llevado el forense, y los paramédicos que acudieron refirieron que había sido muerte natural, algún tipo de insuficiencia cardiaca, le dijeron, no quise preguntarle sobre su hermana porque se encontraba destrozada, pero se me hacía muy extraña la muerte, mire un pequeño cuaderno debajo de la almohada donde dormía, lo tome y ojeé viendo que parecía algo como un diario, así que lo guarde dentro de la bolsa de mi pantalón, ellos se quedaron a acompañarla, pero yo me regrese a la oficina porque tenía pendientes, además quería revisar aquel cuadernillo.

Llegue a la oficina y continúe con los pendientes, en el transcurso del día recibí una llamada, en la cual me avisaban que la cremarían ese mismo día en la tarde, cuando termine, me dirigí a mi casa, aun sin creer que había fallecido, me senté en una silla del comedor de mi casa, y comencé a leer el cuadernillo por la ultima hoja, la cual tenía fecha de un día anterior al cual me encontraba en ese momento, pero mejor decidí comenzar desde donde empezó a escribir, la fecha era de casi tres meses atrás.

La noche del SúcuboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora