Dulces sueños [Adrinette]

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Previamente:

La parisina salió por la ventana. Adrien solo pudo sonreír de oreja a oreja, agradeciendo al Akuma por su herida.

Marinette llegó a su casa. Estaba dandole gracias a los profesores porque no dejaron mucha tarea, ya que su mente ahora estaba en otro lugar. Como pudo, resolvió los ejercicios que fueron dictados en clase para su realización en la casa.

Todavía no era muy tarde, la de ojos azul cielo volteó a ver su reloj, el cual marcaba las 7:20. La chica se recostó en su cama para ver al techo y pensar en todo lo sucedido.

—No lo entiendo, Tikki. Justo cuando quiero alejarme de él, sucede algo que me lo impide.— un pequeño suspiro salió de la boca de la estudiante, la cual observaba a su amiga que flotaba cerca de ella.

—¿No crees que son señales? Tal vez el destino no quiera que se alejen.— la Kwami hizo una risa juguetona; era obvio que ella sabia más detalles, pero le resultaba imposible comentárselos a su portadora.

Marinette rió sin ganas. De verdad estaba concentrada en sus pensamientos, hasta que le volvió a dirigir la palabra a su carmesí compañera.

—Ahora que lo pienso... Me resultó extraño que Adrien mintiera sobre cómo se causó su herida, ¿acaso no me lo podía decir?— la joven soltó la pregunta al aire.

—Entonces piensas que te mintió, ¿no es así?— le cuestionó Tikki. La azabache no quería pensar eso, pero era la única explicación lógica por la cual su no-tan-amado le tuvo que mentir.

—Espera un momento...— la joven portadora del Miraculous se incorporó, entonces siguió hablando. —¿Adrien no está lastimado del mismo lugar en donde a Chat le cayó la pala?

La inseguridad atacó a la adolescente. ¿A caso era posible que aquel apenado y reservado estudiante fuera su muy expresivo y liberal compañero de peleas? Una imagen de ellos surgió en su mente: los ojos, el color de cabello, la altura e incluso la voz eran idénticos... Pero su actitud era casi contraria.

Tikki no contestó la pregunta de su contraria; solamente le propuso preparar unas deliciosas galletas para ambas, al lo cual aceptó Marinette como forma de despeje para su mente.

Había pasado una semana desde la visita como Ladybug a la mansión Agreste. La joven no había vuelto a ir a la casa del rubio, ya que sus sentimientos estaban enormemente revueltos. ¿El chico que trataba de olvidar era el héroe que le empezaba a agradar?

La primer clase estaba a punto de comenzar, Alya se encontraba hablándole sobre su nuevo álbum de su heróina favorita; la azabache sólo contestaba ocasionalmente sin interés, preocupado mas a su amiga.

Un chico de remera blanca y otro con lentes entraron al salón de clases. De inmediato la chica rica del lugar corrió a abrazar al primero, el cual se alejó para evitar un beso.

Adrien tomó asiento y volteó hacia atrás para saludar a las chicas ya presentes; Alya lo saludó con naturalidad como siempre, mientras que Marinette apenas lo observó dejando una sensación fría en el modelo, hecho que le causó molestia en él.

Los sentimientos de Marinette seguían confusos, no había bastado con una semana para que su mente se despejara; el hecho de pensar que su felino compañero era su compañero de clase le resultaba imposible, no quería pensar que el joven que la había besado días atrás fuera Adrien. Su mente estaba en otro lugar, por lo que las clases fueron ignoradas por ella.

[ML] Siempre a tu lado [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora