4. "No puedo darte respuestas"

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Audrey y yo nos levantamos temprano, nos arreglamos y esperamos a que George nos trajera al instituto.

Llegó a mi casa con un ramo de rosas. Cuando lo vi casi me desmayo. Eran una hermosa pareja.

Por el otro lado, yo estoy más sola que la una...

Pensé.

A ver voz interna cállate-le espeté/pensé hacia mis adentros-por el hecho de que hoy no esté arreglada no significa que nunca tendré pareja.

A ver les cuento...por alguna razón no había podido dormir. Ah claro! Ya se por qué.

El sueño.

Entonces tengo las ojeras a mil, menos mal que Audrey se había quedado a dormir y me ayudó a taparlas con un poco de corrector.

De pronto recuerdo algo. Algo que tengo que hacer pronto, sólo que no sé como hacerlo.

Tengo que hablar lo antes posible con Matthew, porque vamos, él tiene algo que contarme no?

En este momento estoy en la cafetería almorzando con Audrey, Daniella y George.

La verdad no he ni tocado mi plato. Estoy pensando y pensando.

Kelly y Sasha, salieron un poco después de sus clases y ahora están en la cola para retirar su almuerzo.

- Hola -dijeron Kelly y Sasha al unísono-.

Y eso fue lo último que escuché ya que me encontraba pensando por alguna razón que el hablar con Matthew me ponía nerviosa. Muy nerviosa.

Pero tengo que hacerlo.

En todo este tiempo me había quedado viendo hacia la mesa de Matthew, el estaba conversando con Nick.

Nick es una de las personas más amables que conozco, siempre te saluda o sonríe. Es alto y moreno. Tiene un cabello y ojos oscuros y es el capitán del equipo de Basketball.

Seguramente ya sintieron mi mirada.

Pensé.

Pero es que simplemente no podía quitar mis ojos de él. Hasta que...alguien tomó de mi mano. Es un chico. Es Alex.

Quité rápidamente mi mirada de Matthew.

- Hola chicos -dijo Alex saludando a todos los presentes en la mesa- Me llevo a Mia un segundo.

Por el rabillo del ojo noté como las chicas movían sus cejas.

- Hola Mia -me saludó con nerviosismo- ¿Cómo has estado?

-Hola Alex. Muy bien ¿Y tú?

- Bien -por su voz no me conformó ese bien- Lamento que hayas tenido que presenciar lo del otro día.

- Tranquilo -dije con sinceridad- ustedes tendrán motivos, no?

- Algo así -contestó confundido-.

¿Qué le pasará?

Pregunté para mis adentros.

- ¿Qu-quieres -tartamudeó- salir mañana?

Lo sabía. Él te ama.

Dijo mi voz interna.

Cállate.

Le dije yo.

Contéstale dijo mi voz.

- ¡Claro! Sería un placer.

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