You Have Me By Your Side - (Jamie Dornan & Dakota Johnson) ®

Capitulo 11

Pasaban los días y no tenía ninguna noticia de Nathaniel.
Lo que me parece extraño, es como si... Si nunca lo hubiese conocido, como si todo fuera un sueño.

Al salir de la oficina y de tener un día realmente largo y agotador, decido ir a tomar un café y leer un par de capítulos del libro nuevo que me he comprado.

—Chelsea... Me preguntaba, ¿Te apetecería ir a tomar algo conmigo? —pregunta Michael.

—Oh... Tss... Si —dije un poco desinteresada.

—Oh si ya tienes planes, lo dejaremos para después. —dice Michael con un hilo de desánimo.

—No! No, quiero decir, me encantaría Michael. —dije sonriente.

Claro que por mi parte ya tenía planes, si... Un viernes por la noche sola, tomando un café y leyendo un libro de amor, ¡pero en qué estaba pensando!. —Sabes que ese es uno de tus pasatiempos preferidos.—me recuerda mi subconsciente.

Michael abre la puerta del copiloto y subo al auto.

—¿A dónde iremos? —pregunto, por qué lo más realista que me apetece hacer esta noche, es algo relajado y no algo que ponga a vibrar mi organismo.

—¿Qué te parece tomar una copa del mejor vino tinto en Fino West? —pregunta Michael sin poder observar mi rostro en éste momento.

Estoy haciendo pucheros ahora mismo, justo lo que no quería oír.

—Mm... Claro. —dije, por qué pensándolo mejor, creo que me asentaría bien un poco de vino tinto.

—A el Fino West será. —dice reproduciendo una canción de Coldplay.

Bueno, ya me siento mucho mejor.
Mientras nos dirigíamos al Bar/Restaurant, Michael no paraba de cantar las canciones de Coldplay.
Es muy entretenido y divertido, pero a la vez un tanto irritante.

—Y... ¿Cómo está Nathaniel McCroow? —de pronto suelta Michael.

Wow... En verdad, es cómo si lo hubiese soñado o algo por estilo, de pronto ya se me había olvidado Nathaniel, lo que no me causa gracia, de repente siento como si algo anduviera mal en Nathaniel, es muy confuso.
Miro a Michael como si yo fuese de otro planeta.

—Ah... No lo sé. —dije sin ánimo. —¿Porqué me lo preguntas?

—Escuché que había salido del país, pensé que tú lo sabías. —dice Michael sin apartar la vista del tráfico.

—No lo sabía —y es todo lo que pude decir.

Porqué habría de saberlo, no he sabido nada de Nathaniel desde que visité su mansión.

Pedí a Michael que ordenara por mí, mientras yo iba al tocador.
Al salir del baño, me refresqué un poco la frente y un escalofrío se interpuso en mi espalda.
Miré al espejo y vi una silueta atrás de mí y de inmediato giré sobre mis talones estupefacta.

Regresé a la mesa con Michael y ya estaba todo servido.

—Chelsea, ¿estás bien? —pregunta sorprendido

—Ah... Si, estoy bien.—dije bebiendo rápidamente el vino.

—¿Segura? Te ves toda pálida.—dice tocando mi frente.

—A lo mejor es porque tengo calor —dije tomando mi bolso. —Necesito irme, no me siento bien. Te veo después Mike. —dije saliendo de aquel lugar.

No me di cuenta del rostro de Michael cuando salí y no iba a detenerme a mirarlo, tenía que salir.

Tomé un taxi para llegar a mi auto que se encontraba a fuera de la empresa. Subí a éste y puse las manos sobre la cabeza, tenía que relajarme, respirar y procesar con cautela.
Reproduje a Adele, mientras me dirigía hacia la mansión de Nathaniel, siendo consciente de la hora.

El camino era largo y oscuro, con pinos y árboles a los laterales, me mantenía en una actitud segura y aunque solo se escuchaba el aire, seguí escuchando la música.

Llegué a la mansión de Nathaniel y todo se encontraba totalmente a oscuras. Me estacioné en seguida de la fuente, apagué la música y salí del auto. Estaba todo tan oscuro que tuve que encender la linterna de mi celular.
Solo habían dos opciones:
Primera. Nathaniel no estaba o...
Segunda. Nathaniel ya se encontraba dormido, la cual esa opción es más probable, ya que había regresado de su viaje.

Llamé a la puerta y nadie salió, giré la perilla pero se encontraba con seguro.
Fui a la puerta trasera de la casa, la cual estaba abierta y de pronto sentí una pequeña gota de agua en mi cabeza... Comenzó a llover y sin pensarlo más, entré a la casa.

—Nathaniel! —grité, pero nadie contestó.

—Nathaniel! Necesito hablar contigo.—volví a gritar.

Mientras caminaba, a mi derecha había un gran pasillo oscuro, lo único que se veía era una tenue luz saliendo de la puerta del fondo.
No si se debería de estar aquí, no sé si lo que vi sea alguna señal para pensar que Nathaniel está en peligro, la verdad no sé si esto me incumbe pero lo que vi en el tocador de aquel restaurant...
Creo que es algo que me está llamando.

Caminé hacia aquella puerta del fondo con tal cautela que por un instante mis piernas temblaron por el miedo que me causó al sentir un respiro detrás de mi cabeza.

—Carajo! —conseguí decir.

—Creo que es mejor que regreses al auto y te vallas de una vez.—dice mi subconsciente, creo que sería cobarde al irme de aquí, pero ya estoy aquí y tengo que encontrar a Nathaniel.
Abrí lentamente la puerta que va hacia el sótano donde Nathaniel hace sus investigaciones, cuando de repente se escuchó un ruido que provenía detrás de mí.