Capitulo 2

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   Desperté por un rayo de sol que se escabullía entre mis conrtinas de la ventana.   
   Ahora me doy cuenta que estoy en mi habitación, acostada en mi cama y mi subconsciente dice:
Te aseguro que fue tu padre, quien te acostó en la cama, pero obvio estabas soñando. Claro de seguro fue él.
  
   Siento una angustia, pero no sé, no sé porque.
   Me doy prisa por salir de la cama y me doy un baño de burbujas.
   Subconsciente dice:
Ya te hacia falta un relajamiento como este, eso te quitará un poco lo angustiada.
   Salgo de la tina de burbujas y me veo en el espejo, contemplo mi rostro y veo... veo una piel pálida y cansada.
  
   Suspiro, para luego lavar mis dientes.

   (Selecciono un vestido floreado color dorado y mis zapatillas, seco mi cabello y lo dejo suelto, haciendo caer por mis hombros caireles negros).

   Me miro en el espejo e inspiro ondo cerrando mis ojos para después abrirlos y encontrarme con un hombre tras de mí.
   Su cuerpo es perfecto, vestido elegantemente y su rostro... hmm su rostro no se ve
   Me giro hacia él y desaparece.

   Me llevo la mano a la frente, ¡por Dios!, tranquila, estás delirando.
   Suelto un bufido y me levanto para después salir de mi habitación.

—¡Mamá!, ¡Mamá!.—grito en busca de mi mamá.

   Llego a la cocina y en el refrigerador veo una pequeña nota.

NOTAS
¡Cariño!
   Tuve que ir a la oficina. Te llegó un sobre, está sobre el escritorio del despacho de tu padre. Nos vemos esta tarde.
Besos, ¡te quiero!

—¡Tu madre!

   En cuanto leí la nota me dirigí a las escaleras, pero de pronto llamaron a la puerta.

—¡Hola! —dijo Michael sonriente.

—¡Oh! ¡Hola Michael! —le sonreí.

—Te gustaría ir a tomar un café?

—¡Oh! Si, si claro, solo voy por mi bolso.

   Fui en busca de mi bolso, mientras Michael se encontraba afuera.

   Me sorprendió que Michael viniera a saludarme y pensar lo que mi subconsciente dirá sobre esto, así que decidí no hacer caso de sus comentarios.

—Lista.—dije cerrando la puerta de la casa.

   Me ayudó a subir en su auto. Nos dirigimos al Hanging's Coffee cerca del South Forst Plaza.

—¿Que van a querer? —preguntó una mujer joven, delgada y rubia.

—Yo quiero un café moka por favor y Chelsea ¿qué te apetecería? —pregunta Michael.

—Ah... yo quisiera, un capuchino, por favor —dije mirando a Michael, que me sonreía.

—Enseguida —dijo la camarera mirando fijamente a Michael.

   Minutos después me concentré en mirar fijamente a un hombre que se encontraba en la mesa de enfrente me parecía conocido, su elegancia y su cortesía, pero no podía mirar su rostro, pues se encontraba leyendo el periódico New's Forst.

—Entonces... ¿qué opinas? —pregunta Michael.

—¿Sobre qué? —dirigí la mirada hacia él.

—¿Estás bien?

—Ah... si, si. Pero no tanto como tú que donde sea las chicas están locas por ti.

   Qué rayos acabo de decir, si mi subconsciente estuviera despierta ya hubiera empezado la guerra.

—¿Qué? ¿Estás celosa? —preguntó con una mirada pícara.

—¿Qué? ¡Yo!, ¿porqué debería estarlo? —dije un poco nerviosa.

—No lo se. Pero no todas están locas por mi —dijo mirándome fijamente.

   Levanté la mirada hacia él y me di cuenta que sus ojos me miraban con un brillo reluciente y paralizante.

—¿Porqué lo dices? —pregunté.

—Porque... no creo que la chica que me trae loco, esté loca por mi. —dijo desanimado.

—¿Y cómo lo sabes?

—Porque ella ya lo sabe.

   Carraspeé por el incomodo momento que estoy pasando, pues de la chica que Michael hablaba de seguro era yo.

—Aquí están sus bebidas, que la disfruten —dijo la camarera coqueta.

—Gracias... ¡Sarah! —dijo Michael averiguando el nombre de la camarera.

—Es un placer, para servirles —dijo Sarah retirándose.

   Bebí mi capuchino y pensé en lo que había dicho Michael, yo nada más lo veo como un hermano.

   En cuanto terminamos, Michael me llevó a casa, donde ya se encontraba mamá y papá.

—¡Hola! —dije sentandome en la barra de la cocina.

—Hola cariño ¿qué tal te la pasaste? —preguntó mamá.

—Bien, qué tal te fue, a ambos, ¿qué tal les fue? —dije evadiendo el tema a la salida con Michael.

—Muy bien cariño. Magnífico princesa —dijeron ambos.

—Estupendo. —dije girando sobre la silla.

—¿Qué tal dormiste? —preguntó papá.

—Bien, gracias por cambiarme a la cama papá. —dije sin ánimo.

—Pues... de nada princesa, pero yo no te cambie a la cama —dijo retirándose de la cocina.

—¿A no? Entonces... ¿quién? —dije confundida.

—Talvez tú misma lo hiciste cariño, no te preocupes. —dijo mamá detrás de papá.

   Me quedé sentada junto a la barra por más de una hora, procesando todo, porqué soñé con ese hermoso paisaje y ese atractivo hombre, porqué me quedé dormida en ese cómodo sillón de la cabaña y desperté en mi cama, porqué papá dijo que no me había movido a la cama, no tengo ni la remota idea del porqué.

   Solo tengo que pensar en decirle a Michael que sólo lo quiero como un hermano y solo... sólo eso, pero al momento de estar junto a él...no sé, me siento nerviosa.

—Cariño, buenas noches. —dijo mamá, apagando el interruptor de la cocina.

—Hasta mañana —dije dándole un abrazo.

—Hasta mañana cariño.

   Subí a mi habitación y estaba preparándome para entrar a la cama, mientras cepillaba mi cabello, cuando de pronto se escuchó un ruido...

You Have Me By Your Side - (Jamie Dornan & Dakota Johnson) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora