Solía despertar con una sonrisa de oreja a oreja
Solía quejarme del dolor de tripa de tanta risa
Solía quejarme de lo mucho que me enredabas por las noches
Solía dormirme a la vez que tú
Solía trasnochar contigo
Solía llegar tarde a casa por ti
Solía llegar a casa oliendo a ti
Solía tener ganas de salir y no entrar
Solía querer y no tener miedo
Y sobre todo solía pensar en ti todo el tiempo.
Ahora,
Suelo llorar cada noche
Suelo pasar las horas en mi cama, sola
Suelo odiar cada día de la semana, pero del último mejor ni hablar
Suelo castigarme cada minuto de cada noche
Pero sobre todo suelo acordarme de lo que tenía y no tengo ahora.
Que también suelo verte pasar y no girarme para no ver que tú no lo hiciste
Que solía y suelo pensar en ti todo el tiempo.Que esto es la historia que nunca acaba porque no tengo los cojones suficientes como para poner el punto final que tú pusiste con el mayor de tus silencios.
