Amaba explorar y hacer explotar en cada viaje.
Era huracán sin hipocentro definido, ni escala a su altura.
Verla era lujo de ojos y gasto de corazón.
Amaba viajar.
Veía lo que nadie veía en sitios tan poco vistosos.
Disfrutaba de cada rayo de sol, de cada suspiro (suyo o de otro), de cada paseo, de cada canción.
De todo.
Verla vivir era vivir para el resto.
Verla reír era melodía para el resto.
Verla bailar era hechizo para el resto.
Y verla llorar como la vi aquel día fue castigo tormento.
Tormenta la que se hizo aquel día fuera y dentro.
Dentro y fuera.
Tormento el mío.
Mátame pero deja de matarte.
Deja de enamorar al resto y enamórate delante del espejo.
Espejo haznos un favor al mundo, hazte un favor.
Hazla un favor.
Pero
Por
Favor
Vive.