Mayo

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5 de mayo de 2003.

Vaya, sí que hace que no escribo. Te echaba de menos, pero no te traigo nada nuevo. El trabajo sigue bien, la gata sigue igual de vaga y Marcos y yo seguimos enrollándonos por las esquinas. ¿Qué quieres? Es lo que hay.



29 de mayo de 2003.

Es oficial, y no porque nosotros queramos. Al parecer alguien nos ha pillado y Marcos ha creído que era la oportunidad perfecta para contar en la oficina que estamos "juntos". Tendrías que verme la cara. Escribo juntos entre comillas porque no sabía qué éramos hasta que él lo ha comunicado a la plantilla. En el fondo, estoy contenta.

El último día de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora