Octubre

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1 de octubre de 2003.

La reincorporación al trabajo ha sido bastante agotadora. Llevamos unos días en que apenas dormimos. Y la vida de casada... bueno, es genial, aunque Marcos no es encantador las veinticuatro horas del día, claro. Hacemos lo mismo, solo que en una sola casa. Marcos se ha empeñado en comprar un ático cerca de la oficina. Cuando lo vi me quedé pasmada. ¡Joder, es enorme! Ojalá tuviera tiempo para describírtelo. Con Lulu no ha habido demasiados problemas y hasta parece que se están cogiendo cariño los dos. Cruzo los dedos para que siga así.

17 de octubre de 2003.

La vuelta al trabajo ha resultado todavía más dura de lo que pensé en un principio. El trabajo se acumula y Marcos está al límite. Hoy en vez de un café se ha hecho un coñac. Estoy por hacerlo yo también, esto es agotador.

31 de octubre de 2003.

La revista no va bien. Al parecer la competencia nos ha ganado muchísimo terreno este último año. Y Marcos... ya ha sustituido el café por la bebida. Me da vergüenza escribir todo esto porque parece más real, y no quiero que lo sea. Intento animarlo, pero nada lo consigue. Estoy manteniendo un poco las distancias, a ver si así se relaja un poco.

El último día de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora