Capítulo 7:
Sabía que no sería secreto siempre, que algún día sus amigas se enterarían, pero no planeo que se enteraran demasiado pronto, además, debería enojarse con amatista. No debe meter su cuchara en donde no la llaman, pero fue imprudente que Garnet la besase, tanto ella como su profesora tenían culpa, no debían hacerlo en la escuela. Y ¿si amatista no fue la única que las vio? La mente de perla da mil vueltas, piensa en los problemas que se materia, no terminaría la universidad ¿y su profesora? Ella acabaría sin duda en la carcel están violando las reglas básicas de toda escuela con prestigio incluso las más marginadas respetan tales reglas. Su corazón retumba en su pecho, puede sentir palpitar su sien de la cabeza. Pero debe mostrase serena, si no, Dewey se daría cuanta que sucede algo raro. Toma aire en sus pulmones exhala y saca la mejor sonrisa que ella puede dar.— Si. La profesora Garnet tuvo la amabilidad de explicarme algunos pasos que no entendí.—
Amatista saca una carcajada, una de esas risas que llaman la atención de cualquiera, esas burlonas como cundo te burlas de tu amigo al hacerle uno broma muy pesada. Perla puede ver las lágrimas de su amiga correr por su mejilla. El cuerpo de la más baja da pequeños espasmos por la risa, acompañada con sonidos que proviene de su garganta, son vagos intentos de formular palabras para hablar. Respira hondo, posa una mano en su adolorido estomago y ríe mucho más tranquila.
El chico que hasta ahora no hablado se limita a observar. Está confundido por la risa repentina de amatista, no es que no le haya escuchado antes si no que no le encuentra gracia en los comentarios. Antes de articular palabra. Observa el rostro de su novia. La mirada que le regala a su amiga no es muy buena, como si le enojara la forma de actuar de la teñida chica. Su rostro esta rojo seguro por sentirse burlada. Aunque el chico quisiera saber de qué burla se trata.— Como sea... Si nos disculpas amatista, Dewey y yo tenemos que retirarnos.— la enojada chica toma con su delgados dedos la muñeca de Dewey. Prometiéndose así misma que tendría que hablar con ella lo antes posible. La conoce y sabe que no la delatara pero si usar tal información para su conveniencia, aparte de tener que soportar sus comentarios que sin duda compartirá cada ves que tenga oportunidad.
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La noche era fresca, el cielo oscuro acompañado con las estrellas, era un manto precioso, era una noche perfecta para estar con Perla, con la chica que le gusta. Se podía imaginar ellas juntas sentadas en aquel banco cerca de la playa contemplando la gran luna llena reflejada en el agua. Era perfecto. Pero todo eso se definía a una fantasía, no puede estar haciendo tal cosa por qué está en la cena con los suegros. Respira resignada, algún día pensaba.
Los sonidos de los cubiertos chocando en los platos la saco de su transe, puedo observar su mano entrelazada con Jaime encima de la mesa, demostrando que están juntos, que son una pareja. Observa tal acción tan sencilla que es entrelazar las manos, como si uno le perteneciera al otro.
No, ella no le pertenece a nadie y tampoco Dewey le pertenece a ella, entrelazar las manos es un acto de quererse, dando entender que están el uno para el otro. Pero realmente para ella tomar la mano de Jaime no era más que costumbre, no significa nada y tampoco le hace sentir segura, solo era eso costumbre.— Jaime habla mucho sobre ti — habla la señora sentada frente a ella, su mirada esta fija en Garnet, con intento de intimidarla como solo una suegra sabe hacerlo.— Si que lo has pillado.—
Garnet puede sentir como la señora intenta incomodarla, la mirada que le da es muy penetrante, pero para ella es algo inútil, no le tiene miedo, además que piensa ¿que lastimara a su querido hijo? Una punzada de dolor surge en su cabeza, tal ves si lo lastimaría, tal ves incluso Jaime la llegue a odiar, y la señora que tiene enfrente tiene todo la razón para mirarla desconfiada.
— No tenía idea que Jaime hablase sobre mi.— dijo para poder romper el silencio que amena en la mesa. Además no han cruzado palabra desde que llegaron los platillos.
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¿Para el amor no hay edad?
FanfictionGarnet es una profesora de la universidad Cristal, tiene muchos problemas al no aceptarse a sí misma, pero el amor llegara a ella gracias a unos lindos ojos azules. Todos son humanos. (Pearlnet)