Dieciseis

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Tomo un tren hacia el Starbucks donde estaba trabajando Shanna ya que quedaba cerca del departamento y también porque quería sentirse seguro antes de regresar.

Tenía la imagen de cómo todo podría suceder, con música sonando en sus auriculares y el metro yendo a la velocidad común, todo parecía concentrarse en solo ese momento.

Le había dado el tiempo suficiente a Dan como para que pusiera su cabeza en orden y se diera cuenta de que no podía jugar con él de esa manera.

Se bajó jalando su maleta dirigiéndose al Starbucks, caminando por las aceras de la ciudad como si acabara de bajarse de un avión y buscará su hotel pero era casi como ello ya que pronto llegaría al único lugar que quería estar, su departamento. Ya que los lugares no son en donde estés si no con quien estés.

Pasó la entrada de la cafetería, digno a tomarse algún café, eran las tres y veinte, diez minutos faltantes para el descanso de Shanna, así que comenzó a hacer fila mientras pasaba el tiempo.

Saludo a la chica en el segundo en que ella notó su presencia sorprendida y emocionada al verlo cargando su maleta, quería llorar de emoción, deseaba lo mejor para su amigo y sabía que no había mejor opción que la que estaba tomando.

Pasó la cola de personas y ordenó un café simple con crema, dirigiéndose a la mesa que acostumbraba sentarse ya que al parecer solo Dan y él le veían algo especial.

Después de mirar a la ventana y tomar unos sorbos de su café Shanna llegó de compañía.

— ¡Phil!— susurro por detrás dándole un pequeño susto.

Él ojiazul sonrió sin mostrar la dentadura y dejó que la chica se sentará.

— Quería venir contigo antes de por fin ya sabes... Volver. — dijo frotando sus manos.

Shanna asintió.

— Me imagino que estás... Nervioso. — lo miró.

Phil frunció sus labios asintiendo.

— Solo siento que no sabré exactamente su reacción es decir, le he devuelto casi todo el daño y no sé cómo pueda reaccionar. — se encogió de hombros.

La chica le sonrió tranquilizante.

— No te preocupes, todo saldrá bien. — lo animó mientras él seguía con su café.

— Gracias por todo este tiempo que me has tenido de huésped y me has ayudado. — agradeció de corazón.

— Quédatelo, siempre que me necesites estaré para ti. — le dijo. — ¿Estás listo? — pregunto con la euforia derramándose por todos sus poros.

Phil se levantó ya habiendo terminado su café y Shanna lo imito.

— Creo que si estoy listo. — sonrió emocionado.

Y se abrazaron compartiendo el sentimiento.






Dan se encontraba en casa ese día se había dedicado a recibir el apoyo de sus seguidores por el vídeo y tratar de distraerse en otras cosas pensando en si Phil siquiera hubiera llegado a ver el vídeo.

Don't Let Me Go | PhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora