Las aventuras de un joven vampiro

Poder

Kristian
Estábamos es mi coche, hacía frío y se notaba en ella, su piel usualmente bronceada estaba pálida como la mía, sus labios estaban de color morado rosáceo y sus dientes color marfil temblaban, pero a pesar del rastro de frío en su rostro ella seguía siendo hermosa, sus ojos verdes resaltaban en su rostro y su cabello oscuro enmarcaba todo como una foto digna de recordar, ella era todo un espectáculo. Ella volteó y se dio cuenta de que yo la observaba, su suave voz me inundó los oídos, me dio las gracias y sus labios se curvaron en una sonrisa perfecta como ella. Salió del auto y vi cómo su piel se puso de gallina, de inmediato la cubrí de calor ( yo sé que suena a Crepúsculo pero algunos vampiros tenemos un poder)y dejó de estremecerse, caminó hacia la puerta y en cuanto no pude verla me sentí vacío. Como si algo faltara, si , ella faltaba.

Me quedé ahí hasta que la última luz se apagó y fui a casa, al entrar sentí como si no perteneciera allí, todo era frío y solitario. Entré a mi cuarto y estaba perfectamente ordenado, cada libro en el estante, la cama tendida, la alfombra estirada, era como si todo estuviese pegado con pegamento. Me recosté y comencé a pensar en ella, en como se sonrojó al ver a Aria desnuda, el sonido de sus dientes temblar, sus ojos mirándome, su sonrisa perfecta y por sobre todo el sonido de su voz.

Desperté de golpe y me di cuenta de que no me había movido en toda la noche, me quedé ahí hasta que no pude más. Me di una ducha, y justo al cambiarme vi mi iPhone y no pude evitar revisar los mensajes y las llamadas. Nada. Las ansias me comían vivo ¿qué tal si no quiere hablar conmigo? ¿ Y si no le caigo bien? Me tumbé en la cama de nuevo y recordé que tan solo ayer estaba jugando con las sábanas y mi vida era rutinaria! Y esa chica lo cambió todo ,ella se a vuelto un cambio, una aventura. Tomé mi teléfono y la llamé.