El primer viaje

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Kat
Salí de casa de Kris y me di cuenta de que era realmente grande. Afuera tenía un Audi R8 spyder, seguí caminando y al dar la vuelta Alan estaba fumando recargado en un coche, me acerqué para hablar y él me besó horriblemente, mi boca tenía sabor a vómito y alcohol y de él a tabaco y marihuana, de repente se separó de mí y comenzó a gritarme, ni siquiera entendí que decía, y lo siguiente que vi fue su mano hacia mi cara, le siguió un ardor intenso y justo cuando lo iba a repetir algo lo detuvo, me incorporé y sorprendida miré el rostro perfecto de Kris, su cabello castaño claro caía suavemente en su rostro pálido como la nieve, sus ojos eran grises con miel y tenía una dentadura perfecta con una barbilla partida, era muy guapo.
Me miró y aventó a Alan a un lado con sus brazos musculosos. Lo único que pude decir fue "gracias" estaba atontada y él me hizo una pregunta que no tenía nada que ver y yo le dije que mi amiga me iba a llevar, para demostrarle que era cierto me dirigí adentro y ambos vimos a Aria sin ropa él se sonrojó y se dio la vuelta, me di cuenta que definitivamente no tenía quien me llevara,
- ¿ Quieres que te lleve?- dijo como si leyera mi mente.- Seguro- le contesté. Pensé en Alan y me auto respondí que el idiota me había perdido así que me subí al Audi de Kris y con delicadeza arrancó el motor, me dio una mirada cálida y con amabilidad me preguntó dónde vivía.
-Calle Clark, número 192.- Susurré, no había nadie más pero me sentía como si hubiera un secreto. El viaje concurrió sin conversación pero cuando llegamos a mi casa me di cuenta que era muy pequeña a comparación de la suya. Cuando volteé me di cuenta que me veía con ternura, como un padre que ve a su hija andar por primera vez. Era increíblemente guapo, sus ojos, su boca, su nariz, incluso su barbilla partida, todo era como un perfecto dibujo a tinta.
- Gracias- dije con una timidez inesperada en mi voz.
- De nada- me respondió con una voz perfectamente afinada.
Bajé del coche y sentí mucho frío.
De pronto sentí una calidez acogedora y me metí a mi casa. En cuanto cerré la puerta volví a sentir frío.
Este capítulo está editado por una valiosa crítica lamento no haberlo hecho antes pero no tenía internet.

Las aventuras de un joven vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora