Hipo POV
Reímos allí, en el suelo del puerto, hasta que nos quedamos sin aire.
—Buenos días, Hipo—saludó con una enorme sonrisa, cómo si cosas como esas sucedieran todos los días.
Estuve a punto de responderle, cuando escuché un carraspeo a nuestras espaldas. Todo el puerto nos observaba, paralizado. Nos habíamos quedado tan inmersos en nuestra pequeña burbuja que no habíamos sido conscientes de que estábamos rodeados de gente. El sonido provenía de Astrid que, al igual que el resto de la pandilla, se había acercado a nosotros. Hice el amago de levantarme, ayudando a la pequeña saltarina a enderezarse en el proceso. Una vez nos sacudimos la suciedad del suelo del puerto que se había impregnado en nuestra ropa, nos acercamos al grupo.
—¡Vaya recibimiento! ¿Hacéis estas cosas cada vez que os veis?—preguntó Chusco antes de que alguno de nosotros tuviera tiempo de hablar.
—Hemos cometido tantas locuras cada vez que Hipo venía a Kahr...—contestó ella aire dubitativo, totalmente natural.
—Chicos, os presento a Dana Asgerdur, hija del jefe de Kahr, Ulf Asgerdur, más conocido como Ulf El Viajero—la presenté haciendo un gesto con la mano entre ellos y ella—. Y ellos son...
—Espera, espera, espera—interrumpió rápidamente—. A ver si lo adivino. Tú debes de ser Chusco Thorston, y tú su hermana gemela Brusca.
Los fue señalando según los nombraba. Fruncía el ceño tratando de recordar correctamente los nombres. Seguramente no quería meter la pata y errar con algo como eso en el primer encuentro.
—Ustedes dos debéis ser Patapez Ingerman y Patán Mocoso—añadió, antes de colocarse frente a Astrid—. Y tú debes ser la famosa Astrid Hofferson.
Era bastante curiosa la escena. Los cinco observaban sorprendidos a Dana, mientras ella permanecía con una sonrisa alegre e imperturbable en los labios.
Supongo que no solo la personalidad chispeante de la joven los asombraba, sino también su apariencia. Físicamente, Dana no era el tipo de chica que acostumbraba verse en Mema. Era pequeña para su edad, se cabeza alcanzaba mi hombro de milagro, y además tenía la delgadez de una hoja. Destacaban especialmente sus enormes y cristalinos ojos azul marino y el larguísimo cabello rubio platino, flotando suelto por su espalda. Podía ver como, pese a que era liso, las puntas se le seguían ondulando como cuando era pequeña. Su voz era una cadencia muy suave y melódica.
Vestía pulcramente, como siempre. Una cinta blanca se entrelazaba con una trenza que recogía parte de su cabello como una diadema. Llevaba una suave capa blanca anudada en su cuello con un lazo beigeque prácticamente le llegaba hasta los tobillos, dejando entrever únicamente unas relucientes botas de cuero marrón. Obviando el hecho del perfecto vestuario de princesa, probablemente Dana tenía muchas más similitudes físicas conmigo que con el resto de la isla vikinga.
—¿Famosa?—inquirió Astrid, confundida.
—¿Cómo es que nos conoces a todos? —preguntó Brusca, acercándose a Dana.
—¡Oh! Bueno, es una larga historia que, si estáis dispuestos, os contaré más tarde, pero básicamente Hipo me habló de todos ustedes.
—Estaríamos encantados de escuchar cualquiera de vuestras anécdotas—comentó Patán en voz baja, mirando el barco, sin atreverse a hablarle a Dana cara a cara.
Crucé miradas con Astrid, extrañado, y pude ver como ella tenía la misma expresión que yo ¿Patán Mocoso estaba actuando con timidez? ¿Frente a una chica? Jamás había imaginado que un día así llegaría.
ESTÁS LEYENDO
Fly with me
FanfictionAdolescencia, hormonas revolucionarias, un reencuentro, una bandera roja, una bestia, una rosa, dos parejas sin rumbo fijo y un beso robado. Astrid está a punto de conocer a un Hipo totalmente diferente ante unos nuevos ojos azules como el océano ¿E...