El instituto de New York nos complace invitarlo a la ceremonia de unión de Lydia Branwell y Alexander Lightwood en sagrado matrimonio.
-Enserio Catarina necesito verte y hablar de esto, hace unas semanas que conocí a Alec y ahora resulta que se casara con una joven que acaba de conocer solo para salvar su apellido, a pesar de lo que hicieron sus padres... bueno de acabar con los Whitelaw pero lo que no entiendo es que esa noche que se quedo conmigo y bebimos tragos todo parecía ir bien, su mirada me lo dijo y su sonrisa ¡Ah! Su sonrisa. Nadie deberia casarse por remediar los problemas que cometieron sus padres, bueno no simplemente casarse hacer cualquier otra cosa con tal de que te perjudique.... Se que no soy la persona que deberia decir esto pero eh aprendido... mmm masomenos, con una vida inmortal te gusta tomar riesgos y los disfrutas por...-
-¡MAGNUS! ¡Por dios santo para tu verborrea!- Le grito catarina del otro lado del teléfono- Escucha estoy muy ocupada curando enfermos y doblando turnos en los hospitales son las 2 de la mañana y tu me hablas para contarme esto... ¿Cuanto tienes que conoces al chico? ¡SOLO SEMANAS! Dejalo vivir su vida, si comete un error sera porque fue su decisión y no hay nada que puedas hacer, es un cazador de sombras y tu un subterráneo fin de la historia.-
-Pero...-
-Adiós Magnus- Y sin más catarina colgó el teléfono.
-Vaya amigos... pero porque creo que tiene razón-
Magnus se sentia decepcionando, hacia tantos años que no se había interesado en nadie y cuando vio por primera vez a Alec, su mirada azul intensa y su sonrisa habia despertado algo en él que hacía mucho tiempo no lo sentía. El deseó de estar con él sin importar que.
Después del incidente de Isabelle y haber ayudado (nuevamente) a los nefilims, Magnus llamó a Alec para encontrarse con él, al principio Alec puso excusas pero como era de esperarse terminó aceptando.
El joven apareció en el umbral de la puerta con su vestimenta habitual: pantalones de mezclilla, playera de manga larga negra y una chamarra de cuero negra. Al brujo le costaba controlarse para mirar a Alec para que su mirada no diera a entender las intensiones que pensaba.-¿De que querias hablar Magnus?- pregunto el joven con un tono de voz suave.
-Vaya ustedes los nephilims no pierden el tiempo, van directo al grano no me das la oportunidad de invitarte un trago, por cierto me encuentro un poco desanimado espero tu estes de maravilla- Alec frunció los labios y se sintio apenado por ser maleducado.
-Perdón, no quise sonar asi tengo tiempo es solo que con la boda y todo lo que ha pasado tengo la mente alborotada- "La boda" esa palabra resonó en los oídos de Magnus como un piquete de avispas pequeño pero extremadamente doloroso.
-Oh si la boda, me sorprende que me hayan enviado una invitación, seguramente es una forma de decir "gracias" por lo que he ayudado, invitando a un subterráneo a una ceremonia- Magnus le ofreció un trago a Alec y este lo tomo con cuidado, pues estaba sonrojado por el comentario de Magnus.
-Seguramente Lydia te lo envio, esta agradecida...por lo del juicio- Magnus habia dado la vuelta para recargarse en el bar pero a tal comentario masculló para si mismo.
-¿Estás nervioso por la boda?-
-Si lo estoy, eso es lo que se siente al dar un gran paso en la vida-
-No estoy de acuerdo Alec generalmente se siente miedo pero el miedo no siempre es malo, a veces es miedo por saber que has tomado la mejor decisión de tu vida y tendras lo que siempre soñaste- Examinó el rostro pálido del joven que lo miraba fijamente- Lo que creo que sientes es miedo pero de que te sentirás solo y culpable por lo que vas a hacer, aún puedes deshacerlo-
-¡No voy a deshacerlo! Voy a casarme con Lydia, debo de hacerlo- Alec se acerco hacia Magnus con determinación para que las palabras que decia tomaran sentido.
-¿La amas Alexander?-
-¿Qué?-
-Qué si amas a Lydia- El joven se calló de inmediato y le temblaron los labios, no supo que responder y su mirada se opaco al instante - Nadie debería casarse sin amor, tanto mundanos como cazadores de sombras, no le hagas eso a Lydia; no le hagas creer algo que no sientes, y no te mientas a ti mismo. Ni ella ni tu merece vivir eso... y tampoco merezco verlo-
Alec tardo varios minutos en responder, tenia un nudo en la garganta que le impedía responder. -Alec yo...-- Se lo prometí- Consiguió decir - Se lo prometí... no puedo... yo...- Magnus se acerco a Alec pero no lo tocó.
-¿Qué te dice tu corazón? ¿Acaso late cada vez que la ves, cada vez que estas cerca de ella o cuando entra al lugar donde estas?-
Alec abrio los ojos y los músculos del cuello se tensaron, le empezaron a sudar las manos y a a sentir los latidos de su corazón. -Se que sientes lo mismo que yo... no tienes que decirlo, tu mirada me lo dice y yo... He sido más que obvio contigo- Magnus se acercó a el para colocar su mano en el pecho de Alec seguido de tomar una mano del joven y colocarla en su pecho, los dos sintieron el latido de sus corazones.-Magnus...-
-Te lo pido Alexander... si no sientes lo mismo dímelo y te dejare en paz, lo entenderé pero si es lo contrario no te arrepentir...- Alec se acerco tan rápido a Magnus que le arrebató la palabra, lo tomo de las mejillas y se pegó lo más que pudo a Magnus, que ya había reaccionado a lo que estaba pasando, Alec lo estaba besando... Alec a él. Aquel beso estaba lleno de desesperación de los dos, por tanto tiempo que habian deseado que pasara.
-Te quiero a ti, y quiero estar contigo... si esto no lo demuestra...- Alec se lo dijo con sus labios a milímetros de los de Magnus para asi evitar apartarse del brujo.
Magnus habia estado tranquilo esa noche, Alec no se casaría con Lydia porque al fin había admitió lo que sentía, además a Magnus le agradaba Lydia no era mala persona simplemente seguía "la dura ley" pero eso no significaba que no mostraría la cara ante ella, porque él seria la razón por la que su prometido rechazaría la boda.El dia había llegado y junto con Alec hablarían con Lydia antes para no hacer un drama en la ceremonia. Magnus se puso un traje de lo más formal, color azul rey una camisa negra satinada y una corbata roja. Se dirigió al Instituto con paso calmado, cuando llego toco la puerta ya que las salvaguardas reacionaban a su presencia. Una joven con un vestido gris formal le abrió la puerta.
-¿Magnus bane cierto?-
-En persona, busco a Alexander Lightwood-
- Oh pense que habías recibido el recado... la ceremonia se adelanto estan terminando de casarse- Esas palabras le entraron como una daga afilada, sin pedir permiso Magnus entró corriendo y con un chasquido de dedos abrió la puerta principal para adentrarse en el Instituto, llego corriendo a donde se encontraba la gran capilla y justamente habian abierto las puertas para que los recién casados salieran. El brujo se hizo a un lado y se acerco a un pilar para no obstruir el paso y justamente... ahi estaban: Lydia con el gran vestido dorado y Alec a su lado con una sonrisa que decia que estaba felíz pero que solo Magnus supo que estaba ocultando su miedo.
El joven vio a Magnus y por unos segundos solo existieron ellos dos. La mirada de dolor de Magnus cruzó con la de Alec y vio la tristeza que inundaba sus ojos azulados,los labios de Alec temblaron unos segundos y el brujo distinguió el movimiento de los labios: "Lo siento" y después de eso todo volvio a la normalidad del momento, Lo recién casados pasaron al lado de Magnus para abandonar la capilla.
Magnus sintió húmedas sus mejillas, había empezado a llorar.
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Magnus se despertó con pequeñas lagrimas en las mejillas, volteo a ver a su lado y Alec dormia plácidamente a su lado, las runas se visualizaban por toda su espalda ya que dormía boca abajo. Magnus miro el reloj 12:32... más de media noche. Se levanto de la cama con cuidado de no despertar a Alec, él solo llevaba unos boxers rojos con azul.
Fue a su estudio y saco unas cartas juntó con unas piedras traslucidas, apretó las piedras en sus manos seguido de hablar en un idioma diferente, terminando solto las piedras y levando las cartas que se habian teñido de color negro.
-¿Lydia Branwell no existe? ¿Que demonios fue esa pesadilla? Talvez mi consciencia me reprime por no cambiarle el collar del martes a presidente miau.-
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Relatos de BANE (MALEC)
Lãng mạnTodos conocen al gran brujo de Brooklyn Magnus Bane que tiene más historias que contar de su larga vida, en especial las que paso con Alexander Lightwood.