Capítulo 23.

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Luhan.

Todo estaba saliendo bien para mi ese día, estaba muy guapo y estaba feliz de mi nueva look, que gran trabajo hicieron, en serio.

Todos íbamos detrás de Baekhyun y Kris, charlando, bromeando y haciendo tonterías. Total, hasta hacer el mongolo nos quedaba bien ese día. Me olvidé unos minutos de Sehun y lo cruel que es conmigo, de que no me quiere ver ni en pintura y demás.

Pero todo se fue a la mierda cuando ya nos encontrábamos saludándolos uno por uno, hice lo que fuera por escabullirme de saludar a Sehun y lo conseguí, seguro que ninguno se dio cuenta. Baek, ya se fue con su novio y los demás están demasiado distraídos babeando con sus respectivos amores.

Sehun y yo nos quedamos solos, cada uno a un lado mirando la misma carretera. Kyungsoo estaba coqueteando delante de Jongin con JongDae y vaya tontería, si acabarán ellos dos coqueteando entre sí, no sé ni que hacen intentando darse celos. Pero bueno, me callo y miro a todos lados menos a Tao con Kris besándose y a Sehun.

Avanzamos, por fin, llegamos a un restaurante pero nos quedamos fuera esperando a que Baekhyun y Chanyeol llegar, ¿qué mierdas están haciendo esos dos para tardar tanto?

-Follando.-Dijo Kyungsoo-Esos dos están follando como conejos y nosotros aquí muriendonos de frío esperando a ese par de idiotas.

-Ten paciencia Kyungsoo, ya llegarán-Jongin le habló incómodo a su pequeño ex novio y este sin contestar miró hacia otro lado.

En serio que son tontos.

Sehun.

Luhan ni me miró, me habían cambiado el color del pelo a moreno, justo como a él, que por cierto está guapísimo.

No me molesta que no me mire, me da igual, pero me parece una cosa muy extraña, ya que él era uno de mis mejores stalkers.

Pasó el tiempo y todo esperábamos a Baek y Chanyeol.

Nos estábamos cansando y yo me estaba muriendo de hambre, no comía desde esta mañana y se me hacía dura la pelea que tenían en ese momento mis intestinos hambrientos.

Vi como Luhan se ponía nervioso de tanto esperar y daba saltitos y se asomaba por todos lados para ver si llegaban.

-Que les den, yo voy a cenar ya.-Nos salvó Kris sentándose en una mesa y mirando el menú.

Le seguimos todos como perritos hambrientos y elegimos nuestros platos favoritos.

El ambiente estaba empezando a ponerse un poco más cómodo. Solo que faltaba algo, la mirada de Luhan, la sonrisa que nunca tuvo nada que ver en el momento, pero que siempre me regalaba.

Me sentí un poco abandonado y vacío. Yo lo miré, durante casi toda la noche, me pude fijar en cada detalle de su precioso físico y su interior reflejado en sus expresiones y sonrisas. Es un chico hermoso tango por dentro como por fuera. A veces se me hace difícil pasar tantísimo de él.

¿Por qué pasaba yo de Luhan?

Si es jodidamente precioso. No me entiendo. Solo puedo ver las cosas cuando pierdo todas las oportunidades que se me dan.
Soy el hombre de lo imposible, nunca he tenido alfo tan fácil.

Chanyeol.

Dos calles más y llegamos al sitio acordado con los chicos.

Mi novio y yo cogidos de la mano, andamos juntos.

Me encanta cuando de vez en cuando me mira solo para sonreírme o poner alguna que otra mueca para hacerme reír.

Baekhyun era la persona más nerviosa y naturalmente hiperactiva que he conocido jamás. Yo tenía mis puntos, pero este chico me supera hasta en eso.

-Baekhyun, estate quieto un minuto solo por favor-Me quejé.

-Pero orejón, si ya lo estoy.

-Me estás doblando la mano de moverte tanto.

-Pues sueltala, Yoda viejo quejica-Me sacó la lengua.

-No, venga. Me aguanto-Intenté volver a coger de su mano pero la apartó haciéndose el difícil. Me tuve que aguantar.

-Ahora aguantate sin mi mano, viejo aburrido.

Me reí, porque decía cosas que no tenían nada que ver.

Sinceramente me daba miedo, porque él está realmente loco y es demasiado descuidado.

Me pegué una bofetada mental, por parecer la mamá de un bebé preocupada. Baekhyun era ya demasiado mayorcito como para cuidarse él solo. Vaya que si lo es, cuidó de dos hermanos más aparte de si mismo.

Empecé a molestarlo y a pedirle que me de la mano, estaba siendo tan pesado con él que acabó poniéndose los auriculares y dejó de escucharme.

Con razón, cuando me lo propongo soy demasiado pesado con mi pequeño novio.

Andamos en silencio, él a unos pasos delante de mi. Un silencio que no tardaría más de dos minutos, porque al cruzar seguro que me vuelve a hablar de alguna de sus batallas con algún profesor y a lo tonto, volveré a agarrar su manita y a sentirme protegido.

Paramos en el paso de peatones al ver la luz roja y esperamos. En silencio.

Se puso en verde y cruzamos, cuando ya estaba en la otra acera, miré a mi derecha en busca del pequeño pero ni rastro, fruncí el ceño extrañado y miré después a mi izquierda. Y nada.
Miré para atrás y vi como corría a por algún papel que se le había caído.

El papel voló de sus manos dos veces en medio de la carretera y él aún llevaba la música puesta en los oídos. La luz se puso naranja y él aún jugueteaba con el trozo de papel. Grité para que me escuchara pero ni cuenta.

Hasta que por fin, consiguió coger el trozo de papel en el otro lado de la carretera ya a salvo. Sonrió satisfecho y decidió cruzar para el otro lado de la carretera aún mirando hacía abajo leyendo el papel.

Si percatarse de algo; el semáforo estaba rojo.

Algo extraño me hizo perder la noción del espacio y el tiempo, quedé parado mirando hacia la nada, perdí la poca cordura que me quedaba y sinceramente, no sabía que me estaba pasando, ni qué estaba pasando.

Mis lágrimas salían solas, mi voz gritaba sin mi permiso, mi corazón no se encontraba en mi pecho.

Mi mirada en sus ojos cerrados, gritandole que despertara sin éxito. El sonido de unas ambulancias, la gente rodeando la escena y mi boca, mi ropa y mis manos llenos de sangre.






To be continued.

Healer » ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora