PLEASE, STAY WITH ME

D O S

No hacia falta ser un experto para darse cuenta de las señales en el cuerpo del recién llegado. Young Bae estaba furioso, con el ceño levemente fruncido, la mandíbula apretada y la evidente tensión en los hombros. Sumado a eso, era impresionante la fuerza con la que el moreno sostenía el pomo de la puerta.

—Siento interrumpir.— el pelinegro mayor lo conocía perfectamente, tanto como para darse cuenta de que el hombre había hablado entre dientes, conteniendo una profunda rabia. Tragó saliva al tiempo en que cerraba los ojos— No fue mi intención interrumpirlos.

—¿Qué haces aquí, Young Bae?— la suave voz del rubio llamó la atención de Seung Hyun, quién simplemente le miró por sobre el hombro.

—¿No puedo visitar a mi mejor amigo?— gruñó con fingida tranquilidad.

—Por supuesto...

—Aunque creo que volveré después...

Sin mirarlo una vez más, Young Bae se dio la vuelta y se alejó de la oficina. El corazón de Seung Hyun latió con fuerza, tanta que incluso creyó que podría sufrir de un paro cardíaco. Dio un paso hacia adelante sólo para ser retenido del brazo por el menor; le miró y se dio cuenta de la gentileza y comprensión con la que brillaban sus ojos. Negó lentamente antes de apartarse y salir corriendo tras aquel otro hombre.

Corrió tan rápido como pudo, cuidando de no llamar mucho la atención hasta que pudo alcanzarlo en el lobby del hotel. Sin ponerse a pensar en lo que hacía, sostuvo con fuerza por el antebrazo a aquel hombre de piel morena. Una suave y breve sonrisa bailó en los labios del menor antes de girarse y mirar a aquel pelinegro más alto, quien le miraba con el rostro un poco demacrado y los ojos empañados.

—Young Bae...

—¿Qué quieres?

—Siento... siento esto.

—¿Qué cosa?— le miró mientras guardaba sus manos en los bolsillos de su costoso pantalón de vestir— En todo caso, el que lo siente soy yo. No debí entrar sin antes tocar.— el más alto bajó la mirada.

—¿En verdad querías hablar con Ji Yong?

—Sí.— el otro le miró— Aunque también necesitaba hablar contigo.

—¿Sobre qué? — había genuino interés en su voz.

—Ya no importa.— frunció los labios en un gesto tosco— Ha quedado claro para mí.

—¿Qué cosa?

—Quería hablar contigo porque ayer noté que estabas mal, pero ahora veo que me equivoque. Estás saliendo con Ji Yong. ¿No es así?— el otro negó— No te atrevas a negarlo. Debí darme cuenta, la manera melosa en que te habla, el cómo te mira, la forma en que se dirige a ti.

—Pero yo no...

—¿No?— sonrió amargamente— Ayer te fuiste con él. Dormiste en su casa y seguramente en su cama...—el menor había dicho aquello simplemente por el hecho de incomodar, pero al notar como Seung Hyun apartaba la mirada con timidez, comprobó que era cierto— Lo hiciste. — afirmó.

—¡Pero no de la manera en que tú crees!— se apresuró a decir el mayor, con las mejillas sonrosadas.

—¿No? A mí me parece que sí.— sonrió mientras se acercaba lo suficiente como para que sólo el más alto pudiese escucharlo— Pero no importa, a mí jamás me ha importado con quién es que compartes cama.— se alejó del mayor, apreciando su trabajo. Dos finas lágrimas habían descendido solitarias en cada mejilla.

—Bae...— el murmullo gangoso de Seung Hyun solo logró arrancar una débil sonrisa de los carnosos labios del más bajo al tiempo en que se alejaba y luego giraba, comenzando a caminar lejos de él, saliendo por las puertas del hotel.