D I E C I S É I S

337 35 15
                                    

La visita de la señora Dong, junto con las noticias que había traído consigo, consiguieron que la tensión y la incomodidad regresara a ellos. Seung Hyun no podía dejar de pensar en la posibilidad de que el bebé que aquella mujer esperaba fuese de Young Bae. ¿Qué haría entonces? Él no podría competir contra algo como eso, además de que no se creía capaz de privar a un niño de su padre, por más que le doliese.

Mirando un punto fijo en la pared frente a él, Seung Hyun dejó que un lento suspiro abandonara sus labios mientras escuchaba los goznes de la puerta chirriando, anunciando la presencia de alguien a sus espaldas. Contuvo la respiración por largos minutos mientras escuchaba los lentos e inseguros pasos que se dirigían a la cama, justo al sitio en donde se encontraba.

—Esto no tiene por qué cambiar las cosas entre nosotros...— el murmullo consiguió que las entrañas del mayor se retorciesen. No podía hablar en serio.

—No puedes estar hablando en serio.— gruñó en medio de una risa floja— Lo que dijo tu madre lo cambia todo.

—¿Qué es lo que cambia? — apresurándose hacia el mayor, consiguió arrodillarse frente a él, tomando entre sus manos las muñecas del otro— Lo que siento por ti no ha cambiado en absoluto. Te amo.

—¿Y si el bebé es tuyo? ¿Cómo piensas siquiera en seguir juntos si es tuyo?

—No puede ser mío...— titubeó. La verdad era que no estaba seguro, no hacia mucho tiempo de la última vez que había tenido relaciones sexuales con HyoRin.

—Nada es imposible.— murmuró.

—Escúchame, estoy completamente seguro de lo que estoy diciéndote. — suspiró. Con lentas caricias, masajeó el interior de las muñecas ajenas— Yo no soy el padre de ese bebé. Si ella tuvo el descaro de acostarse con mi padre, pudo haberlo hecho con alguien más.

—Y si...— sacudió la cabeza mientras se mordisqueaba los labios.

—¡Basta!— gruñó— No voy a dejar que esto nos afecte. Lo que sea que ella piense hacer, no va a afectarte. Mi padre quiere seguir presionando para que me case con ella, y le demostraré que no soy el mismo chiquillo que buscaba su aprobación. No voy a dejar que nadie te separe de mí, ni siquiera él.

Con una lenta respiración, Young Bae se irguió y se sentó a un costado del mayor, quien simplemente se limitó a mirar fijamente el piso de madera. Inseguro y con el corazón hecho girones, Seung Hyun intentó levantarse tan solo para sentir el gentil agarre sobre su antebrazo, y apenas segundos después, un fuerte jaloneo que lo llevó a sentarse sobre el regazo del menor.

En cierta forma, aún le divertía cómo siendo él el más grande, terminaba siempre pareciendo el más débil y necesitado. A pesar de sus protestas y sus intentos por tomar las riendas de su vida, siempre terminaba viéndose a sí mismo a la espera de la menor caricia. Aunque, no podía ser el único. ¿No? Siempre se necesita de alguien más para estar bien.

Alzando la mirada mientras sentía los largos dedos del moreno acariciando la piel de su espalda baja, encontró la intensa mirada color ébano de su amante, quien le sonrió pacientemente antes de inclinarse y oscilar sobre sus labios, intentando que aprobara la cercanía. Cansado de resistirse, se vio a sí mismo cerrando los ojos mientras los labios del joven moreno se atrevían a aletear sobre los suyos, como la caricia del aleteo de una mariposa. Le besó con la mayor ternura y la más bella inocencia.

Desesperado y con la necesidad arañando cada centímetro de su alma, sostuvo entre sus manos los fuertes bíceps del moreno mientras sacaba su lengua e irrumpía en la boca ajena. Extasiado y ansioso, acudió al encuentro de aquel otro músculo invertebrado, dispuesto a desatar una contienda por el control de la íntima caricia.

PLEASE, STAY WITH  MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora