Capitulo 2

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Resultaba extraño dirigirse a la escuela cuando todo esta oscuro y no hay más personas caminando aparte de el en la calle, ya que al ir de noche se siente como si fuera un camino mas largo y distinto.

Con las llantas de la maleta roja que lleva chirríando en el cemento del suelo, Daichi se dirige a su lugar de encuentro con los de su equipo.

Por ser el capitán de Karasuno tiene que ser de los primeros en llegar por lo cual le convendría tomar el atajo de la desviación a la izquierda, sin embargo no lo hace y en ves de eso continua su camino, derecho, hasta llegar a una casa pintada de azul con un jardín lleno de flores.

"Ya estoy aquí" manda por mensaje
"Estoy saliendo" recibe y no tiene que esperar mucho tiempo cuando la puerta se abre y de ella sale un peli-platino de complexión delgada cargado de cosas.

La pinta de Suga es en si graciosa, tiene una mochila negra colgada a la espalda, una maleta azul a juego con la suya, un par de cobijas en la mano derecha y en la otra carga un botiquín de primeros auxilios, además de que va tapado casi al tope con una chamarra café (una que creyo haber perdido), una bufanda, y un par de guantes, sí, es una imagen bastante cómica, tanto que no puede evitar soltar una carcajada.

-pero Koushi tu pareces mudarte en lugar de ir a un campamento-se burlo y el de ojos marrones le dio una mirada de reprimenda comenzando a caminar sin esperar al de cabello cafe
-como capitán esto es lo que deberías hacer Daichi, habrá más de uno que se llegue a marear en el autobús u otro que tenga algún accidente, con lo atrabancados que son- el capitán recordo a Hinata vomitando en los viajes pasados, a Noya revoloteando por todos lados junto a Tanaka y a un Tsukishima queriendo causar desgracias y entendió el punto de Suga.

-tienes razón Koushi debí traer correas o algún sedante tal vez eso hubiera servido- la cara que le mando el de pelo gris le hizo saber que el chiste no fue gracioso
-no sigas con esas Daichi que no me divierte-
-lo se, lo siento, anda dame eso yo lo cargo- dijo tomando lo que el otro cargaba dejándole solo la maleta de carro y las cobijas, sujetando su mano enguantada con la libre que tenía
-ya no te molestes estaba jugando- lo empujo un poco notando la todavía mueca seria de su amante -es solo que ya sabes que no me gusta que los trates mal, ni tampoco cuando los regañas y castigas mucho-le dijo recargando su cabeza en el hombro del más fornido y recibiendo un beso en la cabeza por parte de este -esta bien, tratare de ya no hacerlo tanto ¿De acuerdo? - el chico del lunar asintió sonriendo y se paro un momento para jalar a su novio y darle un fogoso beso que dejo al -no por mucho- alto chico un poco atarantado y así siguieron el resto del trayecto con las manos entrelazadas y el ruido de las llantas acompañándolos.

-por cierto Suga ¿Por que traes tantas cobijas?-
-ah! Es porque supuse que a la mayoría de los chicos se les habrá olvidado cargar una cobija y no puedo dejar que los pobres pasen frío- a Daichi casi le agarra la risa otra vez pero es que su novio se comportaba como una madre con polluelos.

Más adelante cuando todos se encontraban en el autobús y en sus asientos, el pobre de Sugawara estaba recibiendo todo los gritos del capitán en su oído, tratando de controlar a todos los miembros del equipo

"¡Nishinoya y Tanaka sientense de una vez!"
"¡Kageyama, Hinata dejen de gritar!"
"¡Tsukishima quitale ahora esa sudadera a Yamaguchi que no puede ni respirar"
"¡Ennoshita deja de asustar a tus compañeros!"
"¡Asahi! Tu no te muevas, estas muy bien ahí"

Si podría ser que el capitán de Karasuno fuera también casi como un padre gruñón y protector.

Un Campamento EmbrujadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora