Capítulo 9

4K 372 283
                                    

El grupo de jóvenes deportistas corría alrededor del campo verde, formando una mezcla de colores que se desplazaban con velocidad de un lado a otro, siguiendo la ruta trazada con cal.

De entre todos aquellos estudiantes, tres de ellos se destacaban especialmente por su tremendo espíritu competitivo; Kageyama, Hinata y Kyotani, corrían con todas sus fuerzas tratando de ganarle a su declarado rival, aunque claro, Iwaizumi otra vez sin ser consciente de la competencia que comenzó solo su Kohai.

El único de ellos que iba por detrás, era el setter de Nekoma y no es que Kenma fuera un mal corredor, solo que prefería no realizar esfuerzos innecesarios.

En una de las últimas vueltas, el cuervo número 10 se fijó en su serio amigo y se quedó trotando en su lugar para esperarlo y poder hablarle, mientras que Kageyama enfrascado en su carrera ni siquiera notó que su compañero no se encontraba a su lado.

– ¿Qué pasa, no quieres ganar? – Preguntó el pelineranja –No... no me gusta cansarme – respondió el peliteñido apretando el paso para ir a la par del otro chico –Pero si es divertido, venga, hagamos una carrera– le propuso.

–No... me va a dar calor– negó, aunque le daba gusto que Hinata se hubiera acercado a hablar con él –Pero... hace mucho que no nos vemos y ya te dije que es divertido, vamos, si pierdes entonces tendrás que practicar tiros conmigo ¿sí? – exclamó saliendo disparado y sin esperar a que Kenma aceptara.

El peliteñido paró un momento en su lugar y esbozó una sonrisa casi imperceptible para después salir corriendo, siguiendo el camino por el que el número 10 de Karasuno había avanzado.

Yaku quien iba corriendo junto a Lev miro al setter correr junto al pelinaranja y sonrió maternalmente hacía el –Kenma ha cambiado tanto– dijo comenzando la última vuelta –¿Si? Yo lo veo igual– le contestó Lev mirando con la cabeza ladeada al setter, Yaku soltó un suspiro pesado que no era precisamente por el cansancio.

–Eh, Yaku-san ¿Cuándo tendremos tiempo para nosotros? – Le preguntó el menor –No lo sé, tal vez después del entrenamiento nos dejen irnos a descansar un rato – respondió sin importancia.

–No, yo me refiero a cuándo podremos estar juntos nosotros dos, solos– el líbero se sorprendió y se tropezó con sus propios pies recomponiéndose luego –¿Qué... que estás di-diciendo ahora mo-mocoso? – tartamudeo nervioso con la cara roja –Sí, me dijo que me daría una respuesta después de 5 días y esos días ya pasaron–

­ –¡Dios lev! ¿No deberíamos de hablar esto en privado? – se quejó el más bajito observando de reojo a los demás para asegurarse que nadie los estuviera viendo –Si no lo hago ahora, estoy seguro que encontrara una forma de evadirlo – le reprocho –Vale, vale, te prometo que no lo haré– se resignó el mayor y Lev sonrió complacido.

Ambos chicos llegaron al punto de partida reuniéndose con los demás jugadores, unos cuantos se limpiaban el sudor de la cara, otros tomaban agua y luego estaba Kenma, completamente rendido, tirado bocarriba en el pasto con Kuroo haciéndole sombra del sol.

–Como segunda parte del entrenamiento, todos formen parejas y practiquen su servicio durante media hora y después comenzaremos con los partidos amistosos– les indicó el entrador de Fukurodani.

Yaku se giró hacía el mestizo –Vamos Lev, tu si tienes que practicar esos servicios– el muchacho alto se encogió de hombros y puso una cara de martirio.

–Verá Yaku-san de verdad que me gusta mucho estar con usted, pero yo creo que para estos servicios es mejor que este con alguien de su altura ne?– le dijo dando media vuelta y echándose a correr en dirección a Yamamoto –¡LEV, VOY A MATARTE!– gritó enojado siguiendo a prisa al peligris y sin querer dándole un golpe en el hombro a Yahaba que venía terminando de correr.

Un Campamento EmbrujadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora