— Bien, ya estamos aquí — Le dijo Gumball a Bonnibel una vez haberla llevado a un lugar muy alejado de los demás. Estaban justo a la sombra de dos grandes y frondosos árboles y como había un hermoso pasto (o grama) Justo por debajo de ellos, decidieron sentarse para charlar más amenamente.
— ¿Y bien...? — Preguntaba la pelirosada en busca de una respuesta a lo que le quería decir su amigo pelirosado.
— Este es el punto...Me enteré de que te gusta Finn — Gumball se había sentado en la grama y había juntado las dos manos de forma que sus dos palmas quedaban juntas y formaban un puente entre su nariz y su mentón, con su pulgar debajo de éste. Dicho esto, señaló a Bonnibel con sus dos palmas juntas. — ¿Por qué?
Bonnibel solamente sonrió como si no supiera de qué le estaban hablando y se alzó de hombros.
— ¿Intentas decirme que tengo que mandar a mi corazón? ¿Entiendes que es algo que no puedo hacer? — Replicaba ella con un tono burlesco. Gumball simplemente suspiró y relajó sus manos a sus costados, de forma que éstas mismas eran su soporte.
— No te estoy diciendo eso, tampoco te pregunté si podías mandar al corazón. — Dijo. Luego, volvió a suspirar pero esta vez de una forma más pesada — No entiendes mi punto ¿Verdad?.
Bonnibel ahora sí estaba confundida. Negó con la cabeza dos veces con una cara extrañada y confundida, a lo que el pelirosado le explicó todo. Un rato después, Bonnibel simplemente sonrió de lado y una mirada pícara se formó en su rostro.
— Oh, eso — Exclamó.
— Sí, eso. — Replicó Gumball.
— Gumball, escucha. Simplemente creo que Fionna no es para Finn ¿Está claro? No me gusta para nada ese rubio. Es mi amigo y tengo un poco más de edad que él, ¿No crees que sería totalmente incorrecto e inadecuado? — Decía ella fingiendo estar dolida con todo lo que Gumball le dijo.
Gumball por su parte se limitó a negar con la cabeza. Él no podía caer fácilmente en las trampas de Bonnibel.
— No importa, que lo descubra por sí mismo y así tú podrás decirle ''Te lo dije'' Al final de todo — Decía él con una sonrisa, algo que hizo que a Bonnibel le saliera un brillo en los ojos.
— ¿Quieres decir que lo deje todo así y cuando él se lastime, correrá a mis brazos? — Decía ella. Gumball simplemente sonrió nervioso. Ya se estaba cansando de esto y al parecer Bonnibel se negaba a entender su punto.
— Eso no era lo que quise decir, pero...— No lo dejó terminar, fue de repente que Bonnibel se paró y dejó a Gumball totalmente solo. ¿La excusa? ''Tenía cosas que hacer''.
Gumball fue directo a decirle las malas noticias a Marceline, ya que no pudo lograr convencer del todo a Bonnibel, pero por lo menos dejará a los chicos en paz por un rato más.
Al llegar a donde estaba ella, la pelinegra se hallaba hablando con Marshall, a lo que Gumball en su curiosidad se escondió detrás de unos árboles a escuchar la conversación.
— ...Y bueno, ¿Esta tarde, a las cinco te parece bien? — Decía Marceline sin notar la presencia de Gumball.
— Me parece excelente — Respondió Marshall, él tampoco notaba la presencia de su amigo detrás de unos árboles que perfectamente le servían de escondite.
— Está bien, tengo que irme, te veo después — Dijo Marceline despidiéndose de él y se despidieron ambos con un beso en la mejilla, a lo que la chica se fue caminando por una calle algo solitaria que solo los atrevidos, valientes (O tal vez alguien que haya perdido una tremenda apuesta o no quiera lucir como cobarde ante sus amigos) Transitaba.
Digamos que era por esto que Marceline no tenía muchas fiestas en su casa, si iba a hacer una fiesta, sería en un salón o simplemente una pequeña reunión en un local a tomar helado o una noche de chicas en la casa de alguna amiga para comprar ropa y muchas otras cosas al día siguiente, pero esto último era algo que no amaba hacer exactamente, así que nunca lo hacía para su cumpleaños.
Volviendo a Gumball y a Marshall, el pelirosado salió de su escondite como si simplemente nunca hubiese estado ahí y se le acercó a Marshall quién había suspirado recién la pelinegra se le perdió de vista al cruzar una esquina. Gumball tocó el hombro de Marshall para llamar su atención, a lo que el pelinegro se sobresaltó.
— ¡Maldita sea, Gumball! ¡Casi me das un infarto! — Exclamó enojado. Luego suspiró levemente reposando su cabeza en la palma de sus manos, la cual se hallaba un poco inclinada hacia adelante de modo que podía mirar los zapatos del pelirosado.
— Perdón, no fue mi intención — Respondió él rascándose la nuca y sonriendo nerviosamente. Marshall alzó la mirada.
— Bien, ¿Qué querías? — Dijo incorporándose y cruzándose de brazos.
— Oh nada, solo pasaba por aquí y te vi algo solo, ¿Quieres que te acompañe a tu casa o algo por el estilo? — Preguntaba amable el pelirosado, ya que él sabía exactamente lo que había pasado ahí, pero no quería incomodar a su mejor amigo. Marshall simplemente asintió, no le haría nada mal una compañía con quien hablar para que se le hiciera más corto el camino.
''Solo que las horas que tengo que esperar para ver a Marceline serán las más largas'' Pensaba para sus adentros el pelinegro.
Mientras tanto, una rubia se hallaba gastando la tarjeta telefónica de su teléfono fijo hablando con su reciente novio.
— Ay sí, esa pelea no fue ninguna pelea — Comentaba intentando sonar disgustada, haciendo alusión a la supuesta pelea que hubo en el patio a la hora de la salida.
— ¿Enserio? — Contestaba el rubio desde la otra línea — Menos mal que me la perdí, ¿No crees? — Dicho esto, soltó una pequeña risita.
Detrás de la rubia se hallaba su mejor amiga, Cake, moviendo de arriba a abajo la punta de pie cruzada de brazos y con una expresión de fastidio. Antes cuando Fionna no tenía novio, el teléfono fijo siempre estaba disponible, y ahora no le dejaba respirar. Siempre llamada tras llamada, sino era de él, de ella y esto estaba cansando un poco tanto a Cake como a Jake, quienes acostumbraban a hablar con sus parejas hasta tarde y ahora hasta tenían que ponerse a idear un horario para el teléfono fijo que coincidiera.
— Fionna, ¿Podrías ya dejar ese teléfono? Salgan y ya — Decía Cake ya cuando perdió la paciencia.
Fionna comprendió las circunstancias de su mejor amiga y se despidió del rubio, prometiendo verse esa misma noche a las 7.
— Cake, tengo que alistarme para verme con Finn. ¿Me ayudas? — Cake de repente cambió su mirada asesina e impaciente a una de felicidad y alegría. Se notaba como sus ojos brillaban. Ante esto, Fionna inclinó levemente la cabeza hacia un lado en lo que arqueaba una ceja mirando a Cake como si esa no fuera su mejor amiga. — ¿Cake? — Preguntaba. Cake al parecer estaba metida en sus propios pensamientos.
— ¡Cita doble! ¿Te parece bien? — Al pronunciar esto, los ojos de la rubia se abrieron de par en par. ¿Una cita doble? ¿Cómo sería eso?
— ¿Cita doble? — Preguntó volviendo a su postura normal, pero esta vez poniendo sus manos en su cintura.
— ¡Sí! Hoy tengo una cita con Lord también, podríamos ir todos y sería una cita doble, ¿Qué opinas? Dos mejores amigas con los chicos de sus sueños — Decía con un brillo en sus ojos y una gran emoción en su voz.
Fionna solo se alzó de hombros.
— Sí, ¿Por qué no? Hagamos esto — Dijo la rubia para terminar escuchando el grito de emoción de su mejor amiga, mientras corría a todo lo que podía escaleras arriba y Fionna la seguía para evitar algún accidente al subir las escaleras.
¿Cita doble? Será divertido (O al menos, eso era lo que pensaba la rubia).
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See you later ~ HDA · Finnonna · AU Escolar
FanfictionEste fic es como un pequeño recorrido hacia mis comienzos en la escritura. Es decir, de hora de aventura, volviendo a la pareja de FinnxFionna, pero inclinándome a una temática realista donde los protagonistas conllevan una vida escolar y la guerra...