Grumosa seguía extrañada por el acontecimiento de ese mismo momento, pero como a la mayoría de las cosas que le pasaban, no le dio demasiada importancia. Las castañas acompañaron a Grumosa y no se retiraron del lugar sino hasta que la pelimorada entrara a su casa, fue entonces que se despidieron de ella y se fueron.
Mientras tanto con Grumosa, las cosas no iban para bien. Los padres de ella habían ido a buscar las notas de la pelimorada y se mostraban indignados ante éstas.
— Hija, ¿Cómo es posible que aquella chica de cabello rosado y de aspecto pobre y fresa tenga mejores notas que tú? Considerando a todos los tutores que te ponemos por las tardes para que saques las mejores notas — Reclamaba su padre. Su madre solo estaba cruzada de brazos y negando lentamente con la cabeza.
— A ustedes no les importa si salgo bien o no, solo les importa el dinero. Acéptenlo, soy una carga de la que pronto se desharán. Ya conseguiré a alguien con quien alquilar un departamento e irme de aquí, esta casa de locos — Dijo con el ceño fruncido y decidida a subir a su habitación hecha un huracán.
— ¡Estás castigada, jovencita! ¡No volverás a salir a un lugar que no sea a la escuela! — Gritó su papá.
— Lo dices como si fuera a obedecer tus reglas que ya hace tiempo no obedezco. — Dijo fríamente para luego terminar de subir las escaleras e irse a su habitación cerrando fuertemente la puerta.
— Esa niña no avanza — Decía su madre en la planta baja. —Y lo peor es que ni siquiera nos toma enserio, ¿Qué haremos al respecto? — Preguntó.
— Esa niña está mal. Sinceramente no es digna de nuestra familia. Yo solo quiero que ya pronto cumpla su palabra y se vaya de aquí — Respondió él cruzándose de brazos.
— No digas eso. — Reprochó su madre.
— ¿Y qué quieres que diga? Solo digo lo que pienso, esa niña tal vez y hasta fue un error. — Dijo para retirarse de la habitación dejando a una muy preocupada y triste madre sola ahí.
Pero en ese momento, la que realmente estaba triste y sola era Grumosa.
Ella no entendía el porqué ella misma era así. Claro que obedecería las reglas de sus padres, pues siempre lo hacía pese a su disgusto. Ella solo decía que no para que dejasen de ordenarle cosas. La única razón por la que Grumosa no iba tan bien en el liceo era justamente gracias a sus tutores, quienes le daban más estrés que el liceo mismo y hacía que ella no pudiera estudiar con tranquilidad. Siempre entendía los temas y sus tutores arruinaban todo.
— ¿Pero qué me pasa? — Se preguntaba entre lágrimas. Fue entonces que su teléfono móvil sonó. — ¿Hola? — Dijo atendiendo sin revisar quién era y sin que su tono de voz quebrado cambiase.
— Hola Grumosita, ¿Cómo estás? Soy Phoebe — Decía la pelinaranja desde la otra línea.
— Hola Phoebe, ¿Qué hay? — Preguntó Grumosa intentando disimular su tono de voz.
— Oh, nada en especial. Ganas de salir que mi tonto padre no me da. ¿Y tú? ¿Por qué lloras? — Preguntó Phoebe directa y diciendo esto último con un tono de preocupación.
— No estoy llorando — Mintió.
— ¿Enserio? Pues no te creo. De seguro fue algo con tus padres, ¿Fue por tus notas? ¿Les explicaste lo mismo que me explicaste a mí al respecto con eso?
Grumosa no soportó más y se echó a llorar mientras hablaba por el teléfono.
— ¡Es que ellos no lo entienden! ¡¿Por qué me ponen tutores?! ¡Esos tipos no hacen nada más ni nada menos que empeorar la situación! ¡Me iría mejor en los estudios si no fuera por ellos! Ni siquiera están pendientes de mí y tengo que buscar todo por mí misma, incluso, me ha tocado trabajar los fines de semana para pagar yo misma el liceo y mis útiles escolares, todo lo que compro.
— Algo así como hacen los rubios de la clase.
— ¿Hablas de Finn, Jake, Fionna y Cake?
Phoebe asintió desde la otra línea, pero se golpeó mentalmente por recordar que en realidad Grumosa no podía verla.
— Sí — Respondió — Ellos trabajan, pagan el alquiler, los estudios y su comida. Nada más, por eso es que son tan buenos con los números.
— Eso lo explica — Respondió Grumosa.
— Bueno cariño, te dejo. Hablamos más tarde por vídeo llamada, yo te aviso. Eres la única que me ayuda a alejarme de mi papá — Dijo con una sonrisa que hasta Grumosa desde la otra línea podría notar.
— Lo mismo digo — Respondió Grumosa para despedirse y colgar el teléfono.
Se sentía pegajosa por las lágrimas que había derramado al estar llorando, por lo que abrió la puerta de su habitación y vio por la rejilla de la puerta asegurándose de que no haya nadie por los alrededores. Solo vio a su madre yendo en dirección a la habitación contraria a la suya, es decir, la habitación de sus padres.
''Perfecto'' Pensó cuando su mamá cerró la puerta. Salió cautelosamente y se dirigió al baño para secarse las lágrimas.
''Esto solo me pasa a mí'' Pensaba.
''Vamos preciosa, mírate, arruinas tu hermosa figura y tu hermosa cara que está adornada con ese cabello de diva morado. No llores por personas que no merezcan tus lágrimas. Aunque estos se traten de las personas que te dieron la vida, tal vez por alguna calentura, nunca se sabe...'' Pensó para sonreír falsamente a sí misma intentando animarse y alejarse del espejo, tomando dirección a su habitación.
Estaba decidida a dormir hasta recibir la llamada de Phoebe para que comenzaran la vídeo—llamada.
Mientras tanto con las castañas, éstas estaban sentadas una en frente de la otra en su cama. Vivían en una lujosa mansión de dos pisos y varias habitaciones, algo que les resultaba muy aburrido. Ambas compartían esa mansión con otros dos chicos más, pero que se aparecían muy poco porque estudiaban casi al otro lado del país.
Mientras Angela estaba terminando de hacer sus deberes, Andrea ya los había terminado y se dirigía hacia la cocina a comer algo. Fue entonces que el teléfono de Andrea vibró y Angela vio el mensaje, sorprendiéndose.
''Hey chicas, estamos a dos cuadras de la mansión. Espero pronto verlas''.
El mismo mensaje llegó casi inmediatamente al celular de Angela. Fue entonces que llegó Andrea con un plato que tenía sobre este unas galletas y un vaso de leche tibia.
— ¿Qué pasó? — Preguntó al ver la sorprendida expresión de su mejor amiga.
— Mira tu celular — Dijo con una sonrisa. Andrea vio su celular con sorpresa y se puso muy feliz al leer el mensaje.
Empezaron a hablar por unos 5 minutos mientras comían las galletas con la leche, hasta que tocaron el timbre.
— ¡Ya vamos! — Dijeron al unísono. ''Deben de ser ellos'' Pensaron y se fueron a abrir la puerta. Y sí, efectivamente.
Eran ellos.
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See you later ~ HDA · Finnonna · AU Escolar
FanfictionEste fic es como un pequeño recorrido hacia mis comienzos en la escritura. Es decir, de hora de aventura, volviendo a la pareja de FinnxFionna, pero inclinándome a una temática realista donde los protagonistas conllevan una vida escolar y la guerra...