Capítulo 39: Un juego, una persona, una nota.

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— Y bueno chicos, recuerden que el examen sobre esto es mañana. Estudien bastante — Esas fueron las últimas palabras de la profesora hasta que sonara el timbre anunciando el recreo. Esta vez, las castañas si se fueron por su salida y entrada habitual.

Mientras tanto, el grupo de cuatros chicos estaban pensando en reunirse para estudiar para uno de los exámenes que eran en grupo, cuando Finn sintió que lo llamaban.

— Pss — Se escuchaba detrás del árbol donde Andrea y Angela se escondían. Finn volteó la cabeza esperando encontrarse con quien lo estaba llamando, pero no vio a nadie. Pensó que era una broma de las castañas hasta que escuchó a alguien llamándolo por su nombre. El rubio volteó y fue hacia donde provenía el sonido, seguido de Fionna, claro.

Una voz se hizo presente diciéndole que Fionna no podía acompañarlo; tenía que estar totalmente solo e ir hacia la fuente del patio delantero (El árbol estaba en el patio trasero). Finn asintió, le dio un fugaz beso a Fionna y se fue, dejando a la rubia totalmente confundida mientras se acariciaba el labio inferior con la yema de sus dedos.

Al llegar el rubio a la tal fuente, se encontró con una persona encapuchada.

— ¿Te acuerdas de mí, Finn? — Dijo con una sonrisa de oreja a oreja y burlona.

Finn abrió los ojos asombrado. Él era el dueño de la nota que había enviado hace tiempo y fue por eso que tuvo que cancelar un día de fin de semana. El rubio recuerda bien que cuando llegó a la dirección que le indicaban, solo encontró una nota y sin importar la insistencia con la que tocó la puerta, ésta ni se abría. Tomó la nota y la leyó, ésta decía:

''Hola Finn. No te preocupes, yo no te haré nada. Bueno, solo si colaboras con nuestro juego un rato.

Verás, yo soy la pieza principal y tú solo eres como un peón ¿Captas, no?. Vas a tener que ayudarme con algunas cosas que no te pediré ni hoy ni mañana, pero serán simples favores a los que no te podrás negar a menos que quieras que el juego termine y...tú también.

No te asustes, seamos amigos, compadres, panas, como quieras decirle. Siempre seremos amigos en el juego, fuera de él, seremos totalmente desconocidos. Tendrás que ayudarme, yo buscaré los materiales mientras tanto.

Te deseo suerte, rubio.

POS: Presiento que algo bueno se acerca a ti. Adiós.''

— Claro que me acuerdo de ti — Dijo Finn casi en un susurro después de haber salido de su trance en el que recordaba todo lo vivido con ese extraño sujeto — ¿Qué quieres?

El sujeto soltó una risa pequeña intentando no llamar la atención. Cruzó las piernas y se acercó más al rubio.

— No me trates así. Estamos jugando y recuerda que por ello somos amigos. Te explicaré lo que quiero: Consígueme el número de teléfono de esa chica de cabello rosado. ¿Cómo es que le dicen? ¿Dulce princesa?

— ¿Te refieres a Bonnibel? — Preguntó Finn. El rubio no sabía como ese sujeto sabía que le decían así a Bonnibel a veces, solo esperaba que no supiera también quién lo hacía más.

— Sí, ella misma. Pero nosotros la llamaremos dulce y ya. — Dijo.

— Ah.

— Si tienes su número, me facilita más las cosas. Dámelo para continuar con el juego, si no lo tienes, consiguelo antes del sábado, día que tendremos otra reunión.

— O sea, ¿Otra nota para la colección? — Preguntó Finn sarcástico y con tono divertido, algo que hizo que el contrario riera por lo bajo.

— Oh vaya chico, nos llevaremos bien con las bromas — Dijo para luego aclararse la garganta y volverse serio — No rubio, no tendrás otra nota. Con darme el número de la pelirosada, ya tienes el acceso completo hacia nuestras reuniones secretas. Pero te digo, secretas, nadie sabe de nuestro juego y nadie tiene porqué saberlo ¿Captas? No querrás que dañe a tu mejor amigo Jake y a tu novia Fionna porque me desobedeciste una norma ¿O sí? — Finn negó múltiples veces con la cabeza de forma nerviosa — Bien — Dijo el otro. Se levantó de la fuente dejando una nota detrás de sí, Finn no dijo nada, normalmente él diría algo como que se le quedó un papel, pero eso sería absurdo sabiendo la situación de los momentos. El rubio tomó el papel y suspiró pesado.

Se quiso relajar un rato con el agua de la fuente, hasta que un grito lo despertó de su más reciente trance.

— ¡Finn ¿Qué acabas de hacer, idiota?! — Decían dos voces femeninas hablando al unísono y aparentemente enojadas. No podían ser nadie más que Andrea y Angela.

— ¿Qué pasa con eso? Si no hago lo que me pide, le hará daño a alguien — Dijo Finn en defensa propia. Ambas castañas suspiraron.

— Bueno, pero no le des el número de Bonnibel. Dales uno falso e incrusta en este su voz. Recuerda que Bonnibel es la presidenta del consejo estudiantil, quién sabe que querrán con ella. — Le dijo Andrea.

— Sí, no le des el número de Bonnibel. Ellos no le harán nada a nadie si juegas bien su juego, si solo actúas como su peón estás acabado pues tarde o temprano te atacaran por débil. — Agregó Angela.

— ¿Cómo saben todo esto? — Preguntó confundido el rubio.

— Muy sencillo, nosotras algunas vez jugamos su juego — Respondieron las dos al unísono. Finn quedó boquiabierto ante esto. No se atrevió ni siquiera a preguntar el porqué.

— Bueno, ahora estamos buscando la forma de capturarlo. Ellos roban y secuestran personas, sus víctimas generalmente son importantes. Bonnibel es importante, no solo por el consejo estudiantil, si no porque su familia es rica. Podrían conseguir una gran fortuna de todo esto — Explicaba Angela mientras que Andrea, cruzada de brazos, asentía.

— ¿Por eso son tan alejadas de la gente? Porque no confían en nadie — Dijo Finn refiriéndose a ellas, a lo que ambas castañas asintieron.

— Confiamos en muy pocas personas, demasiado pocas, las contamos y nos quedan dedos de sobra. — Dijo Andrea.

— Fue por confiar que casi perdemos nuestro hogar y a nuestros amigos. No lo volveremos a hacer con nadie — Concluyó cruzada de brazos Angela.

Finn miró hacia abajo, se quedó unos segundos ahí y luego alzó la cabeza para preguntarle a las castañas el porqué lo habían elegido a él.

— Eres básicamente el único con algo qué perder. — Explicó Angela.

— Puedes perder a Fionna, a Jake, a Bonnibel, Marceline... — Enumeraba Andrea con los dedos de sus manos hasta que Finn la interrumpió diciendo que ya entendía el punto.

— En fin, tengo mucho qué perder si no le hago caso a estos tipos...— Decía pensativo. Las castañas asintieron — ¿Y qué haré?

— Trampa — Respondieron las dos al unísono. — Y nosotras te ayudaremos.

Finn sonrió ante esto, fue entonces que sonó la campana de entrada y las castañas fueron corriendo hacia el árbol sin que nadie se diera cuenta, hasta que se metieron al salón de clases y todos entraron.

Mientras tanto, en otra parte, un sujeto estuvo observando todo con unos binoculares.

— Así que...Ustedes también estudian aquí. Bueno, el juego ha comenzado — Se decía por lo bajo, echó una risita corta — Se van a arrepentir de haber dejado el juego años atrás, Andrea y Angela. Pudimos ser buenos amigos, pero fue algo que no se dio.

Una vez haber dicho esto en voz baja, se escabulló por las paredes para esconderse cerca del árbol de las castañas, para que así cuando ellas bajen, atacarlas.

¿Por qué haces esto, eh?

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Me inspiré :3333 sinceramente me inspiré :V

Bueno, los dejo~ espero que hayan disfrutado :33 Por si se preguntan, a Finn lo buscan no solo por tener algo que perder, sino por ser fácil de manipular también.

- Vic~



See you later ~ HDA · Finnonna · AU EscolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora