— Estás en peligro — Fueron las primeras palabras que salieron de la boca de la castaña hacia la pelirosada.
— ¿Qué? — Respondió Bonnibel con una sonrisa nerviosa.
— Es cierto — Replicó Angela.
— No puede ser. ¿Tengo que hacer todo lo que esas personas me digan? — Se preguntó Bonnibel en voz alta.
''¿Lo que esas personas le digan?'' Pensó Andrea.
— ¿Qué personas? — Preguntó Angela como si le hubiese leído el pensamiento a Andrea, lo cual causó una mirada curiosa en ella.
— Me llamaron unas personas esta mañana, me dijeron que si les colaboraba, no me harían daño. — Replicó Bonnibel mirándolas fijamente.
— Ah, ellos fueron. Bueno, esto es lo que vas a hacer — Comenzó a explicarle Angela.
— No vas a hacer nada de lo que ellos te pidan, sin importar sus amenazas — Concluyó Andrea. Bonnibel abrió los ojos como platos ¿Acaso aquellas dos estaban completamente locas? Su vida peligra ¿Y va a hacer todo lo contrario a salvarse ella misma?
— ¿Cómo? — Preguntó anonadada la pelirosada — ¿Acaso ustedes dos están locas?
— No — Respondieron ambas al unísono. — Confía en nosotras.
— Bien, lo intentaré — Dijo ella intentando calmarse un poco.
Ya era hora de que Bonnibel regresara a su casa, así que fue lo más rápido que pudo para evitar ser atacada en plena calle y sin arma para defenderse. Al llegar, notó que había una carta debajo de su puerta, estaba decorada con un extraño líquido rojo y tenía perfume a moras.
''¿Este no es el perfume de...? O no...'' Pensó la pelirosada. Tomó la carta y abrió rápidamente su casa para entrar y encerrarse de nuevo.
Mientras tanto, en la casa de Finn y Jake, llegó otra carta.
— ¡Jake, aquí hay una carta! — Gritaba Finn alzando con una mano la carta y llamando a Jake quien estaba en la planta superior.
— ¡Voy enseguida! — Contestó Jake. Ambos acostumbraban siempre a leer las cartas que llegaban juntos. Jake bajó a toda velocidad hacia donde se encontraba Finn y Jake leyeron juntos la carta.
''Ya cayó una al piso. ¿Quieres seguir retándome, amigo?''
Eso era lo único que decía la carta. Finn y Jake no entendían nada, hasta que recibieron una llamada por parte de Bonnibel.
— ¿Hola...? — El rubio fue interrumpido por la pelirosada que gritaba de temor después de haber leído la carta que le había llegado. — ¿Qué te pasa?
— Finn...En mi puerta encontré una carta con perfume a moras y un mensaje que decía que ya alguien había muerto — Decía ella entre lágrimas.
— ¿Quién?
Cuando Bonnibel le dijo quién, Finn abrió los ojos como platos. Colgó de repente la llamada y Jake tomó el teléfono para volver a llamar a Bonnibel y decirle que hablarían después mientras que el rubio daba vueltas por toda la casa, casi jalándose el cabello de la desesperación al no saber qué hacer.
— ¿Qué haremos? — Le preguntó Jake.
— Eso estoy intentando pensar...— Respondió él.
Fue entonces que escuchó cómo tocaban la puerta. Finn le dijo a Jake que subiera a la planta alta, después de discutir un buen rato, Jake subió con un cuchillo entre sus manos que había agarrado de la cocina. El rubio abrió la puerta y se encontró con quien menos quería ver.
Se trataba de aquel extraño sujeto.
— ¿Qué le hiciste a...? — Finn fue interrumpido por el sujeto poniendo su mano cubierta por un guante en su boca.
— Tranquilo amigo, veo que ya te avisaron. — Contestó él con voz calmada y una sonrisa. Finn frunció el ceño. — No me pongas esa cara, mi amigo. Por cierto, te quería decir que si conoces a unas castañas de nombre Andrea y Angela, me las entregues.
— ¿Para qué? — Preguntó el rubio tras zafarse de la mano que le cubría la boca.
— Es simple, para matarlas — Respondió calmada y tranquilamente el sujeto, esbozando una sonrisa cínica.
— ¿Qué?
— Lo que escuchaste, rubio — Dijo para irse y dejarlo totalmente confundido.
''¿Por qué será que quiere matarlas?'' Pensó Finn para cerrar la puerta y trancar con llave. Jake bajó con el cuchillo escondido entre su ropa, y al ver que Finn no tenía nada de diferente y no le había pasado nada malo, se tranquilizó.
Jake se dirigió a la cocina para guardar el cuchillo mientras que le preguntó a Finn lo que había pasado.
—Jake, ni siquiera yo sé lo que está pasando — Dijo él.
— ¿Es por esos extraños sujetos, no Finn? ¿Qué pasó ahora? — Decía Jake mientras se sentaba en el sofá seguido por el rubio mientras reposaba su cabeza en el espaldar del sillón.
— Sí. Dicen que ya lastimaron a alguien, creo que era aquella chica amante de las moras, y ahora quiere matar a las dos extrañas castañas del árbol — Explicó.
— ¿Te refieres a Andrea y Angela? ¿Por qué las quiere matar? — Preguntó.
—No lo sé — Respondió Finn. — Pero de seguro no es por algo bueno.
Se quedaron ambos amigos un buen rato hablando del asunto. Jake se decidió a cambiar de tema para que Finn dejara de preocuparse un rato, ya tenía demasiadas cosas encima.
Mientras tanto, los cuatro castaños estaban hablando tranquilamente en su habitación.
— ¿Y bien? — Preguntó Andrea. — ¿Qué nos planean hacer esos tipos?
— Desde la última vez que nos vimos y que nos juraron venganza, dijeron que simplemente nos matarían torturándonos hasta el final — Respondió Angela.
— ¿Pero qué le hicieron ustedes para que buscaran venganza? — Preguntó Ángel.
— Simple; no caímos en su juego. Ellos nos invitaron a formar parte de ellos, nos enseñaron muchas cosas, incluyendo formas de ocultarnos y de poder enterarnos de muchas cosas con mucha facilidad. La forma de pasar desapercibida entre una multitud y nos enseñaron a aumentar nuestra velocidad al correr. — Respondió Andrea.
— En pocas palabras...— Dijo Andrés buscando respuesta.
— Nos enseñaron todo lo que saben y hasta más, los dejamos porque pensamos que no era lo correcto estar con gente como ellos y ahora ellos quieren quitarnos todo lo que nos enseñaron. La única manera de hacerlo es matándonos.
— ¿Y planean todo esto solo para matarlas a ustedes? — Preguntó Ángel.
— Pues sí — Respondió Angela.
Los chicos no iban a permitir que algo les pasase a sus más que amigas, por lo que quisieron idear un plan, pero ya las castañas tenían uno. Lo único que hicieron fue complementar el plan.
¿Cuál es el plan de las dos? Asegurarse de que ese grupo no consiga lo que quieran.
Con la ayuda de Finn, obtienen influencia para que Bonnibel los ayude. Con la ayuda de la pelirosada, obtienen el acceso a registros del liceo y archivos privados, ya que la pelirosada y Gumball son los únicos con acceso a estos archivos. Con estos archivos, tendrían la forma de llegar a la casa de las castañas.
Pero había algo con lo que ellos no contaban para nada. La única falla en ese plan.
Las castañas, además de tener más influencia que ellos, no habían puesto una dirección real en el registro escolar. Todo era falso.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Así de arrecho tienes que ser para poner una dirección falsa en el registro escolar, pero más arrecho tienes que ser para hacer tal plan.
Holis :333 espero que les guste el cap >w</
- Vic~
ESTÁS LEYENDO
See you later ~ HDA · Finnonna · AU Escolar
FanfictionEste fic es como un pequeño recorrido hacia mis comienzos en la escritura. Es decir, de hora de aventura, volviendo a la pareja de FinnxFionna, pero inclinándome a una temática realista donde los protagonistas conllevan una vida escolar y la guerra...