Ardiente Tentación (K.S)

Capítulo 97

  – Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves bellísima, corazón.
– Gracias – dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y lo abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda – gracias por dejarme entrar en tu vida.
– Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste la que me llamó, ¿recuerdas?
– Sí, pero... – me quedé callada, no sabía si era buena idea que él supiera que Jazzy me había contado sobre su primera novia – tú rompiste las reglas... ¿desde cuando Kendall?, necesito saberlo, por favor.
– Casi desde el principio, ¿recuerdas la noche en que llovió? – asentí con la cabeza – me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía coche, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo mismo no quería ilusionarme, estaba muy confundido ____ y quizá rompí las reglas antes que tú.
– Te amo Kendall, creo que te amé desde el primer segundo que te vi.
– Creo que yo también, eres la única mujer con la que eh hecho el amor y, si me lo preguntas, no sabría decirte exactamente cuando sentí esa diferencia, así que como veras, definitivamente el agradecido de que hayas entrado a mi vida soy yo – me beso tiernamente los labios – ahora tengo que cambiarme, nos toca recibir a los invitados.
– ¡Qué nervios!
– Relájate, te ves preciosa, impresionarás a todos, ya verás.

Bajamos y salimos a la terraza, ya había algunos invitados que platicaban con Kevin y Diana. Más tarde Kendall me presentó a algunos de sus tíos Austin, Marck y Ernest, hermanos de Kent, muy serios ellos, por cierto.

A las seis en punto nos colocamos en nuestros respectivos lugares, todos los Schmidt en primera fila, Julieta y su hermano detrás de nosotros y del otro lado los papás de Dylan. Calculé que serían unos 200 invitados. El sacerdote ya se encontraba en el altar y Dylan también, visiblemente contento y nervioso. La melodía empezó a sonar y entraron las damas, con vestidos color lila y una cinta rosa en la cintura, cuando llegaron a su lugar Jazzy hizo su aparición, del brazo de Kent, comenzaron a caminar por el pasillo, ambos con una gran sonrisa. Al llegar al altar, Kent entregó la mano de Jazzy a Dylan que la recibió gustoso y se pararon frente al padre que dio inicio a la ceremonia. Dijeron sus votos emocionados y después Kendall y la madrina les colocaron el lazo. Al terminar, Jazzy y Dylan se dieron un dulce beso y después caminaron por el pasillo mientras les aventaban pétalos de margaritas.