Capítulo XIII - Domingo de pereza

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Makes me feel like a dangerous woman
Something about, something about,
Something about you! (8)

-Sí, me encantaría ser tu novia - le dije.

No podía estar más feliz. Sé que al principio sentía que no estaba lista para embarcarme en otra relación amorosa, y que también tenía bastante pena por lo de mis abuelos, pero ya estoy mucho mejor, y aunque sigo triste por no tener a mis abuelos nunca más, creo que merezco darme otra oportunidad para ser feliz, y qué mejor que sea al lado del hombre que desde un comienzo se portó como un verdadero príncipe conmigo, y que yo muy injustamente lo juzgué mal, pero que pese a eso, se ganó mi corazón con creces.

-Te juro que trataré de nunca defraudarte, y te prometo que haré todo lo que esté en mis manos, para que seas feliz -Me dijo conmocionado ante mi respuesta.

Lo miré y no daba crédito a lo que estaba oyendo, -éste hombre es un verdadero bombón, parece que me gané la lotería y todos los premios al conocerlo- pensé.

-Créeme que gracias a ti he sabido salir adelante después de una de las pérdidas más grandes en mi vida, si no fuera por ti quizás aún estaría sumida en el dolor y la depresión. -Le contesté con los ojos llenos de lágrimas y el corazón apretado.

Finalizado nuestro banquete, nos fuimos directamente a tomar un taxi rumbo a su casa. Al llegar a su hogar, nos dimos una ducha cada uno y nos acostamos, el día había sido uno de los mejores en mi vida, pero ya estaba cansada y reparé que él también estaba exhausto.

-Hoy es domingo, y se acaba el fin de semana, mañana lunes me espera un montón de trabajo -pensé después de despertar, eran las nueve de la mañana y el día había amanecido especialmente nublado, habían pronosticado en el canal del tiempo lluvias para hoy. No habíamos hecho planes de nada con Mateo, pero si era domingo y además estaba nublado y helado, que mejor que pasarse el día haciendo nada, o mejor aún; pasar un día entero viendo películas acostados comiendo dulces, chocolates y bebiendo cocoa caliente.

Mateo aun no despertaba, pero estaba dando señales de querer hacerlo, así que me propuse despertarlo tal como lo hace él; llenándolo de besos y mimos por todos lados, hasta que se encontrara oficialmente despierto.

-Buenos días amor -Me dijo aun adormilado.

-Buenos días cariño, por fin has despertado... mis esfuerzos han dado frutos -le dije divertida.

-Sí me ha costado despertar, estaba un poco cansado, pero ahora me siento fresco como una lechuga. -me dijo haciendo una especie de elongación con los brazos.

-¿Cómo?, ¿una lechuga?, que comparación tan ridícula -Le dije burlándome.

-Con que te parezco ridículo ¿eh? - Se acercó a mí repentinamente y me cogió de la cintura para llenarme de cosquillas en la panza, nunca lo había visto tan juguetón, y nunca me había reído tanto, creo que poco a poco tenemos mucha más confianza que antes para hacer locuras, y eso me encanta.

Ya era de tarde, y tal como había pronosticado el canal del tiempo; se largó a llover, el sonido del agua cayendo por el techo causaba efectos adormecedores en mí, pero Mateo ya había hecho palomitas y estábamos casi instalados para ver una maratón de clásicos del cine en la tv, sólo faltaban las golosinas, pero que va... no es algo indispensable.

El día se pasó volando, y sin darnos cuenta ya era media noche, momento de ir a la cama, se avecinaban extenuantes jornadas laborales desde mañana, y teníamos que llegar por lo menos algo más descansados. Era momento de marcharme a mi casa, así que nos despedimos por un largo rato, tomé mis cosas y me fui para la casa del frente.

Al llegar todo estaba tan oscuro, esa sensación de vacío reapareció apenas crucé por la puerta, prendí rápidamente las luces, y me fuí directo para mi cuarto, alisté un par de cosas, dejé mi ropa tendida en una silla para salir más a prisa y me acosté. Cuando ya estaba tendida sobre la cama, se me vinieron un montón de pensamientos a la cabeza, -¿Qué haré con ésta casa?, ¿Qué haré con las pertenencias de mis abuelos?. Aun no me quiero deshacer de nada, siento que es muy pronto, esperaré que pase un poco más de tiempo, y trataré de poco a poco ir remodelando la casa, quiero hacer varios cambios, pero en fin, eso vendrá después.

Apago las luces, escucho el silencio, cierro los ojos, y enciendo los sueños.

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