Capítulo II - La noche

24 3 0
                                    

Nota de la Autora;

Aquí os dejo para vuestra imaginación y deleite una foto de cómo sería Mateo si que existiese. Recuerden que sólo es una historia fictisia, ningún hecho de éste relato pasó de forma verídica, y tampoco describe la vida de la autora (ósea yo).

;)

**

Habían pasado unos días y yo estaba en mi habitación era de noche y escuchaba a lo lejos los ronquidos incesantes de mi abuelo, no podía conciliar el sueño, la casa de mis abuelos era de dos pisos y yo dormía en una de las habitaciones del segundo piso, desgraciadamente en verano mi habitación se volvía insoportablemente cálida por las noches y yo tenía que dormir prácticamente desnuda.

Estaba recostada en mi cama revisando el correo en mi laptop cuando de repente escuche el sonido de un auto acercándose por la calle, enseguida alguien bajándose del auto y cerrando la puerta. Me dispuse a pararme de la cama y a oscuras miré a través de la ventana, era el chico del otro día, lo recordé, estaba vestido como de oficina con zapatos de vestir, pantalón de tela, camisa y corbata. Muy alto y esbelto por lo demás y sacando las llaves de su pantalón trataba de abrir la puerta de la casa. Miré toda la escena desde lo alto de mi ventana detenidamente, él volvía a salir de la casa rumbo a su auto a sacar unas cajas del maletero parecían pesada.

Luego de haberlas dejado al interior de la vivienda, regresó a cerrar inmediatamente su auto bloqueándolo con sus llaves, al parecer se había percatado de que alguien lo observaba y miró hacia mi ventana, avergonzada me corrí hacia el lado de la pared rápidamente y cerré lo más que pude la cortina. - ¡Qué horror! Se había percatado de que lo estaba observando, y encima estaba yo sólo en ropa interior, pero después pensé; - Dudo que me haya reconocido, mi habitación tenía las luces apagadas, solo la luz del laptop iluminaba tenuemente la recámara.

Al otro día me levanté muy temprano, me bañé y tomé desayuno velozmente, tenía planificada una entrevista de trabajo. Al salir de mi casa noté que aún seguía el auto de aquel chico estacionado en el frontis de la casa, sin mirar más me dispuse a tomar un taxi e irme,

-mejor llegar temprano, quiero ese puesto de trabajo y es importante ser puntual en estas cosas, me dije a mi misma.

Le pagué al taxista y me bajé, al mirar el edificio donde era la entrevista quedé sorprendida, era realmente un gran edificio lleno de ventanales y todos muy brillantes, al entrar en el lobi le pregunté a la recepcionista por la señorita Ana María Villegas.

- Un momento por favor -. Respondió muy formal, tomó una especie de teléfono y oprimió un botón, - Buenos días señorita Ana María, ha llegado la chica que esperaba,- hizo una pausa y luego volvió a hablar - está bien...- Me miró y dijo

- Pasé por favor es en la oficina dos, piso veinte. - Muchas gracias respondí cortésmente.

Al subir en el elevador me fijé en el lujo de aquel edificio, era realmente espectacular todo a mi alrededor incluso el mismo elevador tenía un toque de elegancia pura, realmente quería trabajar ahí.

-Solo espero que me valla bien en la dichosa entrevista - Pensé.

El elevador paró, había llegado a mi destino, nerviosa caminé hacia la oficina que me había dicho la recepcionista, estaba visible a primera vista, antes de tocar el timbre respiré hondo y me calme, me miré iba presentable; zapatos de vestir, pantalones de tela color beige una hermosa blusa blanca semi transparente, un lindo bléiser color palo rosa, mi bolso y muy bien peinada y perfumada, sin duda toda una profesional acorde a un gran trabajo.

Toqué el timbre y enseguida se abrió la puerta, me recibió una hermosa mujer casi toda vestida de azul marino.

-Hola tú debes ser Valentina Montero -Me dijo al otro lado de la puerta sonriendo.

- Así es, mucho gusto señorita Ana María - le dije saludándola con un apretón de manos muy formal

-Sólo dime Ana María por favor.- Agregó muy agradable, y continuó; - Siéntate por favor - señalándome unas sillas que se encontraban en frente de su escritorio.

Yo sólo asentí y me senté en una de ellas, ella se dirigió hacia un mini bar que tenía en su espectacular oficina y me dijo sonriendo; -Qué te gustaría beber Valentina, tengo sodas, té helado y agua.

-Un té helado respondí muy agradecida de su gesto, ya que venía llegando y ya estaba haciendo mucho calor afuera y ya estaba sedienta.

Me paso la botella y nos dirigimos a lo que verdaderamente importaba; la entrevista.

-Muy bien Valentina he revisado tu portafolio gráfico y me parece increíble, cumples con nuestras expectativas y más. - Cruzándose de manos muy sonriente, luego siguió; -Como sabrás esta es una agencia de diseño donde no sólo hacemos catálogos y páginas webs, sino que también trabajamos con grandes empresas y hacemos todas sus campañas publicitarias, tenemos mucha experiencia en ello. -Añadió. -Además recibimos sólo gente que esté muy bien capacitada y con mucha creatividad y ganas de trabajar en equipo, y bueno por lo que ví en tus otras entrevistas de trabajo, digamos las psicológicas, te defines como una persona muy proactiva y por lo que estoy viendo has hecho unos trabajos realmente buenos, sabes manejar los programas que exigimos y sin duda tienes mucho talento. -Prosiguió- Ahora lo que quiero que me respondas con sinceridad; ¿cuáles serían tus expectativas de renta?

La miré serenamente y respondí; -entre un millón y un millón y medio. Estaba siendo sincera y creo mi trabajo realmente vale más pero en fin igual estaba bien en pedirle esa cifra.

Me miró se cruzó de manos y volvió a preguntarme seriamente; -Y estás de acuerdo en presentarte mañana mismo a trabajar?. Yo sonreí le dije que sí.

-Muy bien- dijo. - Entonces nos vemos mañana aquí mismo a las ocho y media de la mañana

Finalizada la entrevista y ya camino a mi casa, miraba la ventana del taxi y pensaba entusiasmada en la idea de empezar a trabajar en lo que realmente me gusta; el diseño, por fin podría desenvolverme en ese mundo aún desconocido para mí, sentía temor pero al mismo tiempo ansiedad y alegría, quiero destacar en lo que hago y quiero aprender mucho, esa era la idea.

La Vida sigueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora