Esta historia se basa en dos jovenes, Gabriel y Amelia, los dos pertenecen al reconocido instituto: Cromwell.
Gabriel de pelo negro ondulado, ojos verdes, alto, tez clara, medio flaco y con labios super rosas.
Él y Amelia pertenecen a cursos di...
Hola lector/a, espero que disfrutes de tu lectura, pero no sin antes darle la estrellita a este capítulo y comentar, gracias
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Gabriel seguía hablando y no sabía que responderle así que hice lo más razonable, le colgué.
Lo sé, soy una genio.
Guarde el celular en la cartera dispuesta a buscar a mi mamá y a Kendra así estuvieran a medio maquillar hasta que alguien tocó mi hombro,
-----Estoy lista. ----Kendra estaba parada frente a mi, se veía tan hermosa.
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El maquillaje era sencillo al igual que el mío, pero se la veía divina.
------Te ves hermosa.
---Tu igual.
La dos nos sonreímos, en eso escuchamos un grito y volteamos.
--¡¿Esa es la hora?!
Mi mamá estaba pagando en recepción y ahí vio la hora en el inmenso reloj pegado a la pared pero la chica negó. Nos acercamos.
----El Señor Marcos Brown ya ha pagado todo, no se preocupe.
Las tres nos quedamos mirando y nos echamos a correr. El chófer esperaba a fuera y mi celular volvía a sonar. Entramos al carro de inmediato deseando que Marcos no haya cancelado todo. No contesté ninguna llamada de Gabriel, claro que mi mamá me quería matar pero decidí mejor enviarle un mensaje "Ya estamos llegando", revisé la hora eran las 8:47, y íbamos a mucha velocidad pasándonos algunos semáforos en rojo, ni modo. A los dos minutos llegamos. Me quedé asombrada de la cantidad de gente que había y obvio todos nos estaban mirando ya que el carro no era nada más y menos que una limusina, si, me falto mencionar ese pequeño detalle. Me bajé primero y cerré mis ojos con fuerza ya que los flashes que botaban las cámaras me dejarían ciega. Volteé para ver a Kendra bajarse, y luego ambas ayudamos a mi mamá a bajar, tenía su velo puesto y parecía una verdadera princesa de Disney. Sin embargo nos dimos cuenta que su vestido se quedaría atascado en el carro, a decir verdad, era mu ancho. Pero ambas la ayudamos, ella sólo sonrió y disimuló.
Comenzamos a subir las escaleras de la Iglesia siguiendo la alfombra roja, hasta que lo vi, a Gabriel, estaba a un lado, se veía..perfecto.
Gabriel
Comenzaron a murmurar de que la novia ya había llegado, le sonreí a mi papá para tranquilizarlo obvio el ya estaba aliviado, entonces salí ya que Amelia y yo la ayudaríamos a Lia con su vestido, fue ahí cuando la vi, se veía hermosa con su vestido blanco y yo con terno, se veía como en un cuento de hadas. Su mirada conectó con la mía, recorrió mi cuerpo con ella. A veces pensaba que Amelia tenía pensamientos de chico, pero si eso era lo que la hacía única pues que así sea. Se acercó a mi y junto su mano con la mía para decir.
