Pan en el pais de las marravillas 2/3

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Olas aquí les dejo la segundo parte
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Apresuró un poco su paso al divisar la casa. La puerta de la familia Son estaba cerrada, pero no con llave, por lo que la abrió, como siempre que iba a visitarlos lo hacía. Aunque bueno, tenía mucho tiempo sin ir, más bien ellos eran los que casi vivían en su casa. Sonrió ante el recuerdo de tan longeva amistad.

-¿Hay alguien? -Preguntó con simpleza Trunks mientras se adentraba.

La sala de estar estaba vacía. Siguió buscando, al no encontrar a nadie se concentró en la energía, y para su mala suerte no pudo sentir ningún ki cercano, el también bajo su energía mientras esperaba a que alguien llegara, quizá al menos podría darle una sorpresa. Frustrado suspiró y se dejó caer en el sofá.

Se levantó al escuchar unos ruidos provenientes del piso de arriba, por lo que sin pensarlo tanto subió las escaleras en busca de algo o alguien. Había una recamara abierta y pudo ver como por la ventana también abierta el viento se llevaba papeles y ropas. Rápidamente cogió los que pudo y cerró la ventana.

Todo ocurrió en menos de un minuto, y una vez que los documentos estaban a salvo se dio cuenta de que eran trabajos escolares de ella, y que por lo tanto debía estar en la habitación de ella... de Pan.

Rápidamente los volvió a acomodar. Estaban bastante arrugados, abrió un cajón del escritorio para guardarlos y se encontró con una gran sorpresa: Ahí estaba una foto de él, Giru y su pequeña en el viaje espacial.

Se llenó de felicidad con tal recuerdo, pero al tomarla se dio cuenta de que estaba bastante arrugada. Como si lo hubiesen hecho a propósito.

-Debió haber sido un descuido. -Dijo mientras trataba de quitarle algunas rugosidades.

Mientras miraba la foto todos los recuerdos vinieron a su mente. Casi seis años, no parecía que hubiese pasado tanto tiempo. Sin embargo así era, prueba de ello es que su pequeña niña había crecido. Le costaba creer que era una mujer, pero tenía que aceptarlo. ¿Ya no era SU nena? ¿Cambiarían las cosas entre ellos?, y ¿Cómo la debería tratar ahora que ya no era suya, es decir, su peque? Porque no lo era...

Sonrió levemente recordando la última vez que la vio, había cambiado bastante y estaba bellísima.

-Ha crecido, ya es una mujer. -Afirmó. Pan ya no era más su pequeña, ahora era una mujer, a la cual no podría llamar su mujer...

Se sintió repentinamente sobrepasado por la verdad de sus palabras. Confuso se dejó caer en la cama.

Miró a su alrededor, el cuarto de una joven normal, a pesar de eso cada cosa que había allí le interesaba. Tenía años sin entrar, prácticamente desde que Pan era una niña.Volvió a mirar la vieja fotografía arrugada.

-¿Qué estas mirando?

Una voz llena de sorpresa lo sacó de sus pensamientos, rápidamente volteo a verla, Pan.
Pan acababa de llegar a casa y estaba extremadamente confundida, ni en sus más bizarros sueños se imaginó encontrárselo tendido en su cama...

Lo miró con suspicacia al notar que tenía entre susmanos esa foto que había intentado destruir para olvidar, pero no pudo, ya que la mejor parte del olvido es el recuerdo.Trunks notó su mirada confusa, y rápidamente se puso de pie.

-Lo siento Pan, había venido a buscarte y como no había nadie en casa decidí quedarme a esperar. Espero no te moleste.

Decidió continuar con su explicación al ver como la duda sólo aumentó en el semblante de la joven.

-Después escuché un ruido y subí a ver, era el viento que se llevaba algunos de tus papeles.-Señaló a la ventana ahora cerrada.

-Discúlpame si me he entrometido. -Dijofinalmente con algo de pena, después de todo no sólo se había metido a su casa, también a su habitación.

-No hay problema. -Respondió tímida pero sinceramente Pan.Ambos se miraron y rieron un rato con su situación. Ese reír era alegría pura.

-Entonces, ¿Has venido a verme? -Le cuestionó Pan como que no quiere la cosa, esa pregunta estaba cargada de duda, alegría e incluso esperanza.

-Sí. ¿Recuerdas que te prometí visitarte para hacer algo divertido?, pues aquí me tienes.

-¿Tienes un plan? -Preguntó Pan con su más grande sonrisa. No sabía que pensar de toda la situación, pero si sabía que la iba a disfrutar.

Estar con él la llenaba de vida, de esa vida que en ocasiones la tristeza y frustración le arrebataban. Estar con él era simplemente perfecto, no importaba que después sufriese con su ausencia, no importaba que sólo serían siempre amigos, nada importaba por una simple razón:porque lo amaba.

-¿Te sirvo más?

Goten miró a Bulma, tenía un gesto cómplice en su siempre lindo rostro.

-¡Por favor! -Le respondió alegre, casi de una manera descarada.

Bulma sonrió y atendió el pedido del joven. En estas alturas de la vida ya estaba acostumbrada a alimentar a saiyajins.

¿Quién lo diría?... Jamás en su vida imaginó lo que le esperaría al salir a buscar por primera vez las esferas del dragón, la primera vez que había salido en busca del amor, en busca de la felicidad.

Había realizado lo que la mayoría de las personas consideran imposible, había tenido numerosas aventuras, aunque también había estado expuesta a numerosos peligros. Sin embargo no se arrepentía de nada, ni siquiera de las veces que estuvo frente a la muerte, no se arrepentía porque había valido la pena. Había encontrado lo que salió a buscar, amor.

A Ciegas|| Trunks x pan ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora