-Hola, cariño, ¿qué tal los cursos de pintura?
-¿Has estado en prisión?
-No...
-Bueno, pues yo lo estuve durante esas dos semanas.
Dave Hits, amiga inseparable de Bryn desde que entraron al instituto, colocó sus maletas en la parte de atrás de la camioneta Suburban, arrojó una pequeña petaca de color marrón a un lado de las latas de cerveza y se dispuso a seguir hablando con su amiga.
-Me parece que jamás había estado en algo tan aburrido.
-No hemos recogido a Mavis, no descuentes la idea de que puedas encontrarte algo aún peor.-Dijo Bryn entrando en la cabina de la camioneta ignorando la pestilencia del nuevo aromatizante de Frank. El chico, leía una revista introductiva al campo de las setas y hongos en aquél lugar.
-Vamos, Mavis no es tan mala, además llevará su propio auto, sólo quiere asegurarse de que no la dejaremos plantada.
-¿Qué les parece ese lugar?
Ambas chicas, una vez que Dave se colocó el cinturón de seguridad, se giraron hacia el chico del que había provenido la última frase que, por unos segundos, se quedó flotando en el aire.
-¿El cuál?-Se atrevió a cuestionar Dave.
-El bosque-Prosiguió Frank, dejando de lado su revista.
-Vale, me parece que nos será muy útil para la investigación.
-No les estoy preguntando eso, Bryn.
-¿A qué te refieres entonces?-Arremetió Dave.
-A que no hay muchos datos de él.
-Da lo mismo, cierra la boca, arranca la camioneta y vamos por Nicky.
Los veinte y pico minutos que hicieron de casa de Dave a casa de Nicky fueron tranquilos, ninguno habló, a menos de que se trataran de dar indicaciones o pedir dinero para gasolina, a cambio de las palabras, Frank, puso un disco de NSYNC y dejó que las canciones corrieran sin mucho entusiasmo.
Para cuando llegaron con Nicky, el chico ya se hallaba fuera de su casa, con las maletas esparcidas alrededor del buzón, sentado sobre la banqueta mientras miraba su reloj como si con eso fuera a correr más rápido el tiempo.
No tardó mucho en darse cuenta de que la camioneta estaba del otro lado de la calle y como un rayo, se echó las maletas en los hombros y en la espalda y corrió hacia sus amigos como si no hubiese un mañana.
Aunque en realidad, nadie dice que lo haya.
Para las doce y quince, Mavis Sáenz, su tan querida instructora, ya les estaba dando ordenes específicas de qué hacer y qué no hacer dentro del bosque, en los parámetros del lago y en el hotel a casi medio kilómetro de distancia el centro verde.
-Bryn, quedas a cargo de Nicky. Nicky, procura no prenderle fuego a Bryn.-Fueron unas de las instrucciones de Mavis.
-Vamos, Mav-Trató de defenderse Nicky, con la boca llena de semillas de girasol-No le prendería fuego a Bryn adrede-Terminó la oración con media docena de semillas de girasol siendo expulsadas de su boca. Era evidente que, intencional o no, Nicky era el "hazme reír" del pequeño grupo de amigos.
-Como sea, Nicky, mantente alejado de los fósforos, cariño. Frank y Dave saben cuidarse solos, pero como no les confío, sí, lo siento, chicos, no les confío nada; Dave se queda conmigo.
-¿Por qué no se queda Frank?
-Por que Frank sabe sobrevivir en el bosque sin tener la necesitad de pintarse las uñas o llevar joyería pesada-Culminó Mavis para seguir con las indicaciones- ¡Ahora todos a los coches! ¡Dave, vas conmigo!
-¿Soy el único que cree que Mavis es lesbiana y quiere con Dave?
-¡Escuché eso, Nicky, y será mejor que cierres las boca!
Esa tarde, mientras se aproximaban a su destino, Bryn, pudo jurar que Frank no le quitaba los ojos de encima.
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Shh. Silencio, pueden escucharte.
HorrorNo dudes en seguir corriendo. No mires atrás, no te atrevas a mirar atrás. Ellos saben que estás asustado. Te persiguen, y no dejarán de hacerlo. Sal del bosque. Escóndete. No grites. No llores. Ellos se alimentan de todo eso. Muévete más rápido...