El terror le recorrió el cuerpo, y sus piernas buscaron la ayuda de su cerebro, que estaba congelado, para correr hacia el interior de la casa.
La figura se movía lenta hacia Bryn, los pasos parecían cansados y lo único que sobresalía de entre las tinieblas, eran dos esferas blancas que a modo de ojos, la veían. Cuando sus piernas se sintieron lo suficientemente fuertes como para responder, Bryn, se irguió lo mejor que pudo, como si eso le impusiera una barrera a la figura de enfrente, aprisionó el libro contra su cuerpo y se dispuso a salir corriendo, pero antes de que se diera la vuelta, él le habló.
-¿Bryn?
Esa voz. Esa voz jamás la haría correr, jamás en la vida, por que esa era la voz de la que estaba enamorada. Se giró sobre los talones, y se encontró casi de cara a Frank, con el rostro compungido, la maraña de cabellos sobre la cara y un extraño caminar.
-Frank, me espantaste-Se atrevió a decir. Había estado tanto tiempo conteniendo el habla, y la respiración misma, que su voz sonó como sacada de una película de horror.
-Lo siento, Bryn.-Hasta ese momento, Frank no había dado señales de notar el libro entre las manos de Bryn, o quizá lo hubiese hecho pero no le daba importancia.
-¿Quieres...pasar?
Antes de que pudiese recibir una respuesta concreta, un movimiento repentino entre los árboles más cercanos a las cabañas, alertó a ambos chicos, que no dudaron en pasar un segundo más afuera.
La habitación de Bryn seguía siendo un chiquero, las maletas cubrían casi todo el suelo y la cama, que apenas y tendida, había dejado de verse apetecible y ahora le parecía especialmente incómoda. Acertó en sus pensamientos una vez que Frank y ella lograron quitar las maletas del camino y llegaron hasta la cama para dejarse caer sobre ella. Bryn, tenía los ojos rojos de cansancio, además, el hecho de saber que el siguiente día iría a recoger setas a un bosque prácticamente desconocido, tampoco le daba ánimos.
Frank se estiró sobre el colchón y tocó con una de sus blancas manos el hombro de Bryn. Ella se estremeció, sintió de nuevo esa extraña sensación recorrer su cuerpo y optó por aumentar esa distancia que los tenía separados. Bryn sabía que a Dave le gustaba Frank, el problema, era que, a Bryn también le gustaba Frank, y estaba casi segura de que al no negarlo abiertamente, a Nicky también podía gustarle.
-Debió haber sido Mavis, parece que de verdad le ha afectado el hecho de que Dave venga con nosotros.
Tardó en reaccionar. La chica se quedó observando la curvatura del mentón de Frank, el largo cabello y su tan perfecto perfil, que no notó cuando los labios de éste comenzaron a moverse.
-¿Bryn?
La chica, como pudo, salió de su ensimismamiento y miró con atención a Frank, esperando captar la pregunta.
-Lo siento, no te escuché, ese bosque me desconcierta-Mintió.
Frank, pareció entenderlo todo y por primera vez en su vida, Bryn, creyó que a Frank algo de verdad le daba un poco de miedo. ¿A caso era el bosque? ¿Era eso en realidad?
-No lo sientas, eso es lo que suelen hacer las cosas desconocidas: darnos miedo.
Bryn no dijo nada, quizá porque sus labios no querían articular nada, quizá porque su mente no quería reaccionar, o quizá, porque los ojos de Frank la miraban con fiereza.
Pasaron un largo rato mirándose, tanto que Bryn puso analizar cada pequeña forma en el iris de Frank, casi sintió que podía notar la profundidad de la pupila, y también percibió que él se estaba acercando. Tal vez estaba mal hacerlo, quizá estaba mal besarlo. Vamos, era el amor imposible de su mejor amiga...Aunque en realidad, también el suyo. Es más, Bryn recuerda haberlos presentado hacía mucho tiempo. ¿Por qué habría de estar mal un beso?
No pudo pensar nada más hasta que e rostro de Frank estuvo frente al suyo. Sus respiraciones se cruzaban, y de pronto, la cama pesó a ser blanda.
-Me gustas, Bryn.
-Gracias.
-¿Por qué?
-Porque nunca le había gustado a nadie.
Se besaron, se besaron ante la baja intensidad luminosa de los focos, ante los rayos de luz de luna que se colaban por la ventana, y se besaron, ante algo que de haberlo visto antes, ahí, pegado a esa misma ventana, no se hubieran besado.
---
La cálida luz de la mañana con la que Bryn acostumbraba despertarse en su casa, no se hizo presente ese día. Las nubes, repletas de agua, se movían sigilosas sobre sus cabezas, y hasta los rostros de sus amigos habían cambiado. Todos a excepción de Mavis.
La mujer llevaba a Dave a un lado suyo, con unos pantalones cortos que mostraban unas buenas piernas perfectamente bronceadas la semana pasada, ahora todos parecían haber aceptado la teoría de que Mavis estaba secretamente enamorada de Dave, aunque no era de extrañarse, por que Dave era muy bonita.
El aspecto de diosa que Dave cargaba consigo, sus cortos atuendos y sonrisas carismáticas, habían sido unas de las fuertes razones de porqué Bryn no había tenido jamás un ligue. La teoría de Bryn era que cuando tienes a una chica alta, con bonitas piernas, buen rostro y perfecto cuerpo a tu lado, tú, chica que levanta poco más de metro y medio del piso, con el cabello hecho un desastre y ese espantoso sombrero para ocultar el cabello; te vuelves invisible.
Pero ahora todo había cambiado, y Frank y Bryn lo sabían, porque no dejaban de mandarse sonrisas cómplices y gestos cariñosos. Bryn, en realidad no sabía qué pasaba entre ellos desde la noche anterior, lo único que sabía, era que le gustaba. Frank se había quedado esa noche con ella en la cabaña-bodega. Frank y Bryn habían estado hablando toda la noche, conversaban, se reían, tomaban cerveza y se besaban a ciertos ratos; jamás llegaron a notar a la figuras del bosque, pero ellos sí los notaron, el calor los atraía, era como si percibieran que había cuerpos tibios cerca de ellos. Pero Bryn y Frank nunca si dieron cuenta, por más cerca que estuvieran, por más que se asomaran por las ventanas.
-Mueve el trasero, mujer-Gritó Mavis a Bryn, que se había perdido de nuevo en sus pensamientos y ahora mismo trataba de recordar la noche anterior. Así que cuando Mavis me gritó, trató de mover el trasero.
-Estás advertida, Mavis-Gritó Frank, que iba un palmo por debajo de Nicky y Bryn.
-Tú también mueve el trasero, Frank, quizá te sirva de ejercicio-Escupió por fin Mavis.
-Da lo mismo, chicos, de cualquier forma encontraremos unos buenos hongos alucinógenos y todos estaremos bieeeeeeeeen-Remató Nicky, sacándole una sonrisa al grupo.
Siguieron caminando colina arriba por lo menos media hora más, hasta que llegaron a la parte más tupida del bosque; los árboles yacían imponentes frente a ellos, con ese dejo de buenos y viejos consejeros que en la vida siempre han tenido. Ahí fue cuando Mavis pareció olvidarse por un segundo de Dave y se centró en conseguir la mayor cantidad de hongos posible. Había de todos colores y formas, incluso encontraron unos a los que Nicky se refirió como"Apetitosos, suculentos y muy llenos de mierda", por que era así como estaban: llenos de mierda. Los ciervos en los bosques de ese lado del país eran muy abundantes, y según las especulaciones del grupo, también eran unos ciervos demasiado sucios. Así que tendrán que limpiarlos, y era mejor hacerlos rápido, ya que, aunque el grupo no se hubiera dado cuenta...ellos estaban cerca, hambrientos y también muy enojados...
-----
¿Qué tal si presionas ese botón que dice "Votar", vamos, él quiere ser oprimido.
ESTÁS LEYENDO
Shh. Silencio, pueden escucharte.
HorrorNo dudes en seguir corriendo. No mires atrás, no te atrevas a mirar atrás. Ellos saben que estás asustado. Te persiguen, y no dejarán de hacerlo. Sal del bosque. Escóndete. No grites. No llores. Ellos se alimentan de todo eso. Muévete más rápido...