Capitulo 2: Los tres simios.

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-Cuando estamos en preescolar extrañamos el kínder -hice una pausa- Cuando estamos en la secundaria queremos volver al preescolar y por supuesto nos arrepentidos mucho más cuando empezamos la universidad señora Maller, extrañamos el secundario más que nada y este es el ciclo de la vida según yo.

Mi teoría es que vivimos arrepintiéndonos de todo lo que decimos hacemos y hasta de lo que pensamos y en algún cierto modo está bien, somos personas, seres humanos que se equivocan desde que nacen hasta que mueren-

-Gran suposición alumna, como siempre al pie de la materia- La vieja Maller sonrió y tomó un par de anotaciones en su libreta.

Para aclarar cualquier tipo de confusión la señora Maller es la profesora de Filosofía, y digo señora porque es tan vieja que me da lástima decirle anciana, es una gran persona con una paciencia de perros, para ser más claros una mujer común y corriente, basta de charlas.

-Veamos quien sigue...- La señora Maller quedó con la vista fija un segundo y volvió a subirla -Señor...- rebusco con la mirada -Benet, si, Benet- lo miro desafiante

Samuel Benet puso cara preocupada girando la vista por todo el salón esperando un milagro caído del cielo.

-Espero haya realizado la síntesis que le tocó señor Benet, ¿Tengo que informarle que usted está reprobado mi clase para hacerlo entrar en razón?- Oh no Meller enfureció, pensé y estaba en lo correcto porque había una arruga en su frente y era signo de frustración en ella.

-Yo... eh... ahh...- balbuceo -yo no...-

-¡SIGUIENTE!- El exclamante grito de la vieja Meller resonó en todo el salón enmudeciendo hasta las moscas, -María Garrett tu análisis por favor.-

Y gracias a satanás que esta si había hecho su tarea.

Cuando la clase finalizó todos salimos como animales hambrientos a la cafetería, el almuerzo había llegado, creo yo que esta es la mejor parte del día, la que todo alumno ansia que llegue para devorar todo lo que este a su alcance, aunque mi caso es diferente, esta parte del día casualmente la paso en la biblioteca esperando el almuerzo para volver a entrar a clases, digamos que no es muy habitual en mi la costumbre de compartir alguna comida con mis amigos o siquiera conmigo misma. Busque a Rose, mi mejor amiga con la mirada y la vi sentada en las mesas delanteras del salón.

-¿Qué haces en este lugar? Nosotras siempre nos sentamos al fondo Rose- su mirada viajó a mis ojos y me sonrió.

-¿Sabías que van a hacer audiciones musicales? Podrías participar ya sabes tú eres muy buena tocando instrumentos- sonrió y metió un trozo de pollo en su boca.

-Sabes que no suelo tocar más que para mí.- hice una pausa -Y de todas formas no aceptarían, tan solo mírame...- ella iba a responder pero le corte -Oye no me has respondido porque estas sentada aquí y no al fondo maldita, deja de cambiarme de tema-

-Estoy esperando que el chico nuevo me note. Un grito chillón salió de su garganta

-¿Chico nuevo? ¿Hay un chico nuevo en la escuela? Pregunté curiosa

-Si bobita, vives encerrada en un globo de agua y nunca te enteras de nada- reprochó riendo e iba a responder pero me calló exaltada -¡Ahí viene Cass, ahí, ahí!- señaló la puerta del salón y le di un manotazo

-No señales idiota quedas mal.- refunfuñe

-Cállate está caminando hacia aquí y estuve toda la clase de arte tratando de que me note, no lo arruines perra.- bajo la mirada y empezó a poner cara de Rose tierna. Iugh, voy a vomitar. Rose es una de esas personas que ama ser notada, no la culpo, es hermosa, es fiel, buena compañera, siempre fue una excelente novia a pesar de querer llevar todo como ella quiere. Levante la vista y vi como 3 per... No, 3 simios caminaban con la vista fija en nuestra ubicación. Uno por delante y los otros 2 siguiendo sus pasos como un par de secuaces.

-Rose- una voz grave resonó y ella bordo levantó la vista fingiendo inocencia.

-Oh, Daniel- sonrió fingiendo no haberlo visto antes -Hola, que lindo est... eh... digo... te ves bie... quería decir qu...- suspiró frustrada -¿que necesitas?- y una sonrisa salió victoriosa al ver que logró formular una respuesta.

-¿Que no es obvio? Quiero que salgas conmigo- no se escapó ni una sonrisa de sus labios.

-¿Como en una cita?- río Rose

-Yo no tengo citas, ni novias sólo chicas- La mirada de Rose decayó mostrando decepción.

-Oh, eh, yo creí que...- fue interrumpida por el simio frente a sus ojos

-¿Te acostaras conmigo o no? He visto como me mirabas en clase- parecía apurado, como si tuviera todo tan planeado. Mire a mi amiga quien padeció, seguramente esas no eran las palabras que ella estaba esperando de su adorado Daniel, uno de los simios tras el río mientras que el de su izquierda sólo se mantuvo serio e inquieto.

-Escucha Darell- hable por primera vez en esta tensa conversación y todos los ojos se posaron en mí.

-Soy Daniel- sentenció.

-Eso a mí no me importa, escucha esto simio, no sé a qué clase de chicas estás acostumbrado tener pero te equivocaste de mesa, mi amiga no se acostara contigo porque tiene un mínimo de dignidad y respeto hacia su persona, si estás buscando algo fácil vete a un bar y apuesto que más de una niña se te tirara encima sin que tú te des cuenta.- Nótese mi enojo. Mire hacia su costado el simio dos me miraba con cara de sorprendido, como si las palabras "Te has metido con la ley" quisieran salir de sus labios.

-Cállate niña, que tú seas fea y gorda no es problema mío- escupió y me tense, mi mundo calló y deje de comer para pararme de la silla

-Nos vemos luego Rosie- me dirigí a mi amiga y con la mirada baja sin responder a las palabras de el simio

-Cassie... No te vayas, él no lo dijo enserio solo... tan solo... no te lo tomes tan mal- Su mirada tenia preocupación y sabia en lo que estaba pensado, "Cassandra caminara hasta el baño y se deprimirá como todos los días porque tiene un autoestima muy bajo y acaban de llamarle gorda" y estaba en lo correcto. Salí de la cafetería dirigiéndome al baño con las miradas de los cuatro posadas en mi con cierta confusión al no escuchar mi defensa, no iba a responderle, no gastaría más saliva en el porque me había herido sin darse cuenta y yo no podía siquiera pensar, se había formado un nudo en mi garganta con esa palabra que tanto resonó en mi cabeza desde que salí de la cafetería hasta que llegue al baño... "gorda"

Basta Cassandra, ya paso, supéralo. Me repetí una y otra vez hasta que calme mi ansiedad de romper todo lo que tenía a mi alcance.

"¿Que te sorprende? Sabes lo que eres, el solo te lo estaba recordando idiota" Dijo la voz de mi cabeza. Y caí en la cuenta de que no sabía por qué me dolía tanto esa palabra si yo me la decía todos los días.


Gracias por leer y perdón si hay algo mal, soy nueva en Wattpad y me esfuerzo mucho escribiendo ♥ En la portada tenemos a Daniel Grey

CassieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora