La boda.

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Frank se encontraba en la habitación, ya se había puesto el traje blanco que había escogido junto con Mikey.

-no te muevas Fank-decía Lindsay mientras peinaba su pelo.

-no me gusta que peinarme, nunca lo hago-contestó el.

-hoy será la excepción.

Lindsay peinaba su cabello de lado y dejando un leve flequillo en la frente.

Ella llevaba un vestido azul marino de un solo tirante. El color de los vestidos de las chicas los había escogido Frank.

-¡Frank!-gritó Jamia entrando por la puerta. El y Lindsay la miraron, ella tenía un vestido también azul-¿ya estás listo? El lugar está casi lleno.

-vamos enseguida-contestó el chico-si alguien se apurara-dijo refiriéndose a Lindsay.

-pues si alguien dejara de moverse-respondió ella de igual manera.

Como se había mencionas ya las cosas había mejorado mucho para la feliz pareja. Gracias al trabajo de Gerard y su gran éxito había comprado un departamento propio, sólo serían Frank y el. Mikey se mudo con Ray y ahora la vieja habitación de Gerard le pertenecía a él.

Ahora era el momento de sembrar una boda.

Frank estaba parado frente a las grandes puertas, se encontraba totalmente solo en el oscuro pasillo pero podía escuchar las voces al otro lado de las paredes.

-aquí está el ramo- dijo Lindsay apareciendo de repente y le entregó el ramo de rosas rojas.

-gracias-lo recibió Frank.

-¿estás nervioso?

Frank sonrió.

–bastante.

–no lo estés, todo saldrá bien...es curioso, siempre imaginé que algún día caminaría al altar con Gerard, y ahora lo hago pero yo no soy la novia-sonrío tiernamente–eres el indicado para esto.

Frank le devolvió la sonrisa.

–gracias Lindsay...

....

Gerard había entrado al lugar hace unos minutos y se encontraba parado en el altar. Usaba un traje de alta costura que había comprado hace años para "una ocasión especial" que nunca había llegado, pero ahora era el momento.

A lado de Gerard estaba Mikey, el padrino y el que tenía los anillos.

Los familiares y amigos de ambos estaban sentados, todos esperando a que las grandes puertas se abrieran y Frank caminara algas ya el altar.

Gerard solo podía pensar que estamos sumamente nervioso, Mikey lo notó porque vio que comenzó a mover su pierna y trataba de disimularlo un poco.

–Gerard, cálmate...–susurró en su oído.

–lo siento...

Cuando terminó de decir eso no hubo necesidad de esperar más, la música empezó a sonar anunciando que el novio estaba a punto de caminar por el altar.

Todos se pusieron de pie, las grandes puertas se abrieron y Jamia fue la primera en salir con un lindo ramo de rosas blancas y cuando ella llegó a su lugar, entró Frank acompañado de Lindsay. Frank se veía guapísimo en su traje Blanco y al verlo caminar hacia el con esa enorme sonrisa, Gerard no pudo evitar sentirse feliz, tan feliz que incluso se sorprendió soltando algunas lágrimas.

Dios, se sentía tan bien. Él amaba a Frank, lo amaba demasiado y estaba seguro de que este era su destino, estar con Frank, el amor de su vida y tener un futuro juntos.

Lindsay se colocó al lado de de Jamia y Frank se puso frente a Gerard. Al llegar se tomaron de las manos.

La ceremonia siguió como cualquier otra, hasta que llegó el momento de los votos.

–ahora los novios dirán sus votos–dijo el juez haciendo una seña a Gerard para que empezara.

Miro a Frank directo a los ojos, estos brillaban y solo sabía que no quería dejar de mirarlos nunca.

–Frank...–comenzó Gerard–eres la persona más especial que jamás he conocido, sin ti, mi vida no tendría sentido, y cualquier persona podría decir que solo lo digo por decir, pero es cierto. Antes de conocerte yo tenía idea de quién era, no sabía que estaba haciendo, no sabía a dónde ir. Todo el tiempo estaba deprimido y cuando llegaste a mi vida todo me pareció tan claro. De pronto yo era feliz, tenía ganas de verte, de estar contigo, todo era tan diferente. Lo cambiaste todo, Frank, todo en mi vida cambió gracias a ti. Y yo... Solo puedo dar gracias, gracias por haberte conocido...

El discurso de Gerard había sido motivador, las madre de Gerard lloraba de felicidad sentada en su lugar y Frank solo creía que era la persona más afortunada del
Mundo por tener a Gerard.

–fue un hermoso discurso, Gerard–dijo Frank limpiándose una lagrima– yo no sabía a que me enfrentaría al llegar a Nueva York, estaba asustado, no sabía si las cosas resultarían y tendría que regresar a casa. Estaba confundió y solo pensaba en lo mucho que quería que mis sueños se hicieran realidad...y lo hicieron, Gerard, eres el amor de mi vida y no puedo imaginarme en otras circunstancias, te amo.

Todo se sentía tan irreal para la pareja, era obvio que para ambos solo existían ellos en su pequeño mundo perfecto.

–Gerard Arthur Way–hablo el juez– ¿aceptas a Frank Anthony Iero como tú esposo y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, por el resto de tu vida?

Gerard miró Frank, estaba seguro de su decisión.

–acepto–Dijo.

–Frank Anthony Iero– continuó el juez–¿aceptas a Gerard Arthur Way como tu esposo y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, por el resto de tu vida?

–si–contesto Frank–acepto.

–por el poder que me otorga Nueva York, yo los declaro esposos. Pueden besarse.

Gerard se acercó a Frank y se inclinó sobre el para poder besarlo, tomó su mentón subiendo su mirada y sus ojos se encontraron provocando magia en el ambiente. Sus narices se tocaron y finalmente juntaron sus labios.

Era oficial, eran esposos y una bella pareja.

Se dieron un abrazo, día lamente había acabado, había pasado y no podían estar más felices.

Se tomaron de la mano y corrieron hacia el carro que los esperaba afuera del lugar, solo para que la historia volviera a comenzar.

.....

Holaaaaa!!!!!!

Ya esperaban esto??
Que esperan de esta historia??
Que creen que pasará??

Gracias por leer :3

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Por cierto, creo que empezaré a publicar mensajes.

Mi vida con Gerard (Frerard).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora